Series Nucleares
El fascinante mundo de las pantallas convoca en todo momento, pero muy especialmente en este tiempo de aislamiento. El quedarnos resguardados en nuestros hogares nos acerca a películas, cortos web, video-clips, plataformas de streaming y, por supuesto, a las series. Son estas últimas las estrellas de la producción audiovisual del momento, y en especial lo son para las y los estudiantes quienes crecen atravesados por este tipo de formatos audiovisuales. Es frecuente escuchar en nuestras aulas -durante las clases, en los recreos y en los pasillos de la escuela- diálogos entre estudiantes basados en preguntas como: “¿viste la serie tal? ¿por qué capítulo vas? ¿qué temporada? ¿ya la terminaste?”. Las y los docentes no podemos mantenernos ajenos a la mirada generacional y tecnológica que ofrecen estas expresiones artísticas.
¿Por qué acudir a los series para la enseñanza de las ciencias naturales? ¿Qué ventajas y limitaciones tienen estas producciones para la enseñanza de las ciencias naturales en la escuela secundaria? ¿Cómo han intervenido los espectadores en la construcción del significado de las imágenes? ¿Cómo han dado sentido a representaciones de la ciencia y del trabajo de las personas que hacen ciencia a menudo en conflicto?¿Cómo han reconciliado satisfactoriamente sus experiencias y expectativas respecto a la ciencia con su opinión, conocimiento y comprensión de ella?.
La integración de las series y la ciencia invita a docentes a analizar la especificidad del mundo contemporáneo y a pensar en común los desafíos que debemos afrontar en esta época, en tanto transmisores de conocimiento y de cultura, en particular en nuestro caso de la cultura científica.
Las artes, en general, y las ciencias, a su modo, narran historias, por ello hablamos de lectura y de textos fílmicos o relatos cinematográficos, tanto films como series. También sabemos que, a pesar de la existencia de las múltiples lecturas que ofrece un texto -en nuestro caso textos fílmicos- no cualquier lectura es válida. La multiplicidad de lecturas es una expresión directa del principio de subjetividad, por el cual cada espectador/lector se convierte en un “iniciador de acción” al elegir entre las propuestas éticas alternativas desplegadas por el film. De esta manera estaríamos afirmando que hay tantas lecturas posibles como lectores y, yendo aún más lejos, que cada lector puede hacer lecturas diferentes de determinado texto en distintas circunstancias de su vida.
Las series han acercado a los temas científicos desde muchos puntos de vista y han suscitado debates públicos sobre temas relacionados con las ciencias a nivel de la opinión pública y de la prensa (no especializada en Ciencia).
Precisamente una de las perspectivas ha incursionado en el campo de la reflexión sobre los límites y las consecuencias del progreso científico en el que sin duda el cine nos ha dado obras más notables. Películas como "El planeta de los simios", "2001" o "Gattaca" nos proponen temas de análisis y debate sobre aspectos básicos de nuestro tiempo (el control de la ciencia, el progreso sostenible, la conquista del espacio, la creación de seres inteligentes, la clonación y la selección genética,…).
Pero las series nos puede llevar también a otro tipo de debates más cotidianos: la energía nuclear y sus riesgos, la ecología, el conflicto entre desarrollo y respeto a la naturaleza, la ciencia al servicio del poder económico, la situación sanitaria de los países pobres.
En ese sentido se podrían utilizar infinidad de series para el despliegue de contenidos escolares. Para citar algunas -relacionadas con la ciencia- nos posicionaremos en dos sagas bastante actuales con temáticas que han convocado a nuestros estudiantes y referidas ambas a la problemática nuclear.
A mediados del año 2019 se estrenó una serie que logró gran cantidad de espectadores (y en especial público adolescente) llamada “Chernobyl”. En la misma se relatan los acontecimientos producidos en el famoso accidente nuclear, cuestión siempre interesante de analizar y en especial en vísperas de un nuevo aniversario de esa tragedia (acontecida un 26 de abril de 1986).
Anteriormente, en 2014, otra serie titulada “Manhattan” se había presentado en una importante plataforma, aunque con un perfil más bajo que Chernobyl. Esta serie relata el Proyecto Manhattan -sin escenas tan crudas ni realistas como Chernobyl- con la incorporación de elementos de ficción para matizar las relaciones interpersonales. Por momentos aparecen personajes históricos del Proyecto Manhattan como Niels Bohr y Robert Oppenheimer (aunque este último con un rol más gerencial que científico), pero el hilo de la historia lo cuentan personajes ficticios. Esto, en lugar de oficiar como polémica genera un ambiente posible de intromisión en la vida de un laboratorio real (al mejor estilo Bruno Latour), tal vez este punto sea el más alto de la serie.
En estas comunidades científicas no faltan la puja de poder, el comportamiento cooperativo y también el egoísta, el develar quienes trabajan y quienes se quedan con el logro de otros, la incorporación de la mujer en un equipo de trabajo en plena Segunda Guerra Mundial, las mentes brillantes alienadas y las miserias humanas. Y también, como elemento trágico, la ambición del logro científico por sobre el resultado final del proyecto (traducido en lamentos una vez detonada la bomba).
Wolovelsky (2013) en la revista Nautilus 2 Relatos para pensar la ciencia con respecto al Proyecto Manhattan plantea: “¿Cómo podemos entender que gran parte de los más grandes científicos y técnicos de la época hayan decidido trabajar y utilizar su conocimiento para la construcción de un arma que podía matar a cientos de miles de personas en pocos segundos? ¿Acaso el conocimiento científico no debía ayudarnos a mejorar la vida humana?”.
Así, con ambas series se podrían habilitar despliegues sobre crítica y producción científica basado en la problemática política y psicológica que conlleva en sí mismo “la cuestión nuclear” durante el siglo XIX, las primeras décadas del siglo XX, hasta el accidente de Chernobyl.
Desde el punto de vista específico del tema, es fundamental que el estudiante conozca la importancia del descubrimiento de la fisión nuclear, que surge en un momento en que el mundo está cambiando: lo natural se transforma en un mecanismo predecible, manejable y explotable por una burguesía que se afianza y que cree ciegamente en el progreso indefinido de la ciencia. En el siglo XIX, la belle epoque será sólo un paréntesis de la historia que concluirá con el horror más grande que conocerán los seres humanos, la bomba atómica.
El estudio de la ciencia en general -y la Física nuclear en este caso particular- debe tratarse desde un punto de vista interdisciplinar que permita abordar cuestiones sociopolíticas intrínsecas al dilema nuclear como fueron el darwinismo social, la eugenesia, la explotación de las personsa por las personas, la misoginia, la discriminación, el colonialismo y el capitalismo salvaje. Podría tomarse este tema de la energía nuclear y la bomba atómica como punto de partida -como marco macro- para adentrarse luego en lo micro y simbólico de los modelos atómicos, el átomo, los isótopos, la materia y la energía.
Lecturas que acompañen el trabajo con las series:
Con el fin de incentivar a los estudiantes para una lectura que colabore con el andamiaje para el estudio de la energía nuclear se podrían plantear textos de diversos géneros: históricos, periodísticos, epistolares y novelas. Una alternativa para proponer son lecturas críticas que atraviesen transversalmente a las series Chernobyl y Manhattan, para analizar la estructura lógica del discurso apologético y del discurso detractor de la energía nuclear.
A continuación se citan algunos ejemplos de textos.
-La serie Chernobyl está basada en un libro titulado Voces de Chernobyl de la escritora Svetlana Alexievich publicado por primera vez en 1997 por la Editorial Ostozhye. En el mismo se muestra el horror de lo vivido durante el accidente por medio de un ensayo de tipo documental muy ligado a la profesión de la autora, el periodismo. Para la confección del libro ella recopila información de sus entrevistados: residentes de Prípiat y Chernobyl, familiares de fallecidos, científicos, bomberos, liquidadores y afectados. Svetlana por este tipo de escritos -donde se entrelaza en forma de mosaicos la literatura y el periodismo- gana el Premio Nobel de Literatura en 2015. Convirtiéndose así en la primer mujer periodista en recibir ese galardón. Sus producciones hablan sobre los afectados en tragedias como la citada y también sobre conflictos bélicos, prestando un especial interés en el rol de las mujeres rusas durante la Segunda Guerra Mundial.
Este libro nos permitirá analizar con las y los estudiantes el accidente nuclear en Chernobyl, poner en discusión la Guerra Fría, la energía nuclear, y analizar cuán fiel es la serie televisiva a este libro casi periodístico. Pero también nos permitirá abordar y visibilizar la perspectiva de género: las mujeres en las guerra, en el periodismo, en los premios Nobel y demás participaciones femeninas que la historia pareciera olvidar.
-El sector energético de nuestro país no estuvo exento de miradas de reojo en torno a la saga. El impacto de la serie Chernobyl fue tan grande que las críticas a la Energía Nuclear argentina se hicieron sentir. En agosto del año pasado los jefes de los reactores nucleares se reunieron en nuestra provincia -en la ciudad de Rosario- para analizar el tema de la desconfianza nuclear a raíz de la serie. El artículo se puede ver en el portal digital del diario Aires de Santa Fe con fecha 10 de agosto de 2019. Disponible en:
Sobre este artículo es posible investigar ventajas y desventajas en relación con los combustibles fósiles, reactores funcionando y en construcción en Argentina, y el mundo, entre otras cuestiones sensibles a estas prácticas radioactivas.
-Existe un grupo de personas, los y las samosely, que han vuelto a vivir a la zona de alienación o zona de exclusión de Chernobyl (una especie de okupas radioactivos). Esta decisión insalubre la han tomado por cuestiones afectivas y económicas. Un artículo al respecto se puede encontrar en:
http://asociacionchernobilelkartea.blogspot.com/2013/07/samosely-las-ultimas-mujeres-de.html
Aquí se podría proponer abordajes sociales con nuestros estudiantes, haciendo un paralelismo, por ejemplo, con el aislamiento preventivo que hoy estamos viviendo y esta zona de reclusión que nos confina -por cuestiones de cuidado- dentro de nuestros domicilios. Especialmente se podría trabajar transversalidades entre los samosely y tanta gente en nuestro país que hoy vive en zonas de exclusión (personas en situación de calle, en indigencia, hacinados en barrios populares, etc.).
Asimismo, otra figura emblemática del accidente de Chernobyl eran los liquidadores encargados de apagar el incendio, expuestos directamente a la radiación. Aquí el paralelo se puede tratar con los “liquidadores” que trabajan hoy para combatir al COVID-19 (personal de la salud, entre otros).
-Esta semana varios medios de comunicación informaron sobre incendios forestales en los bosques de Chernobyl, la actualidad de esta nota se entrelaza con la historia radioactiva, y el miedo nuclear resurge. Este artículo nos brinda la posibilidad de trabajar en torno a la relación del fuego como catalizador de las reacciones nucleares: ¿habrá una relación entre el fuego y la reactivación de la radiación? Hay notas disponible en varios periódicos digitales de todo el mundo sobre este acontecimiento: https://www.bbc.com/mundo/noticias-52275762 o también: https://www.pagina12.com.ar/259058-se-reactiva-la-radiacion-en-chernobyl-a-causa-de-incendios-f
-Otra propuesta es la lectura crítica del artículo Los dos pilotos de Hiroshima del diario Página 12, del 11 de agosto de 2013. Este texto relata sobre los pilotos que llevaron las bombas nucleares a su mortal destino en Hiroshima y Nagasaki respectivamente. Se muestra dos desenlaces emocionales totalmente distintos en cada uno de estos aviadores al enterarse de lo que habían arrojado sobre esas poblaciones civiles. Esto permite trabajar sobre las consecuencias psicológicas y los alcances de la cuestión ideológica que encarna en estos pilotos. El artículo está disponible en: https://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-226515-2013-08-11.html
-Otro texto, en este caso epistolar, es la carta que cambió la historia de la segunda guerra mundial (y de la humanidad), autoría del científico más famoso de la época. En ella Einstein notifica al presidente de Estado Unidos Roosevelt que los alemanes estaban haciendo experimentos con reacción nuclear en cadena para producir una bomba atómica. Esta gacetilla se convirtió en el germen del proyecto Manhattan. La carta se puede encontrar en: https://naukas.com/2010/08/09/einstein-y-la-carta-que-cambio-la-historia/
-Además es interesante organizar una discusión con las y los estudiantes sobre el rol de Einstein como hombre pacifista, si la carta la escribió él o solo la firmó, si le fascinaba -y hasta qué punto- saber hasta dónde podría llegar el descubrimiento del átomo y de la energía nuclear, ¿podría haber visualizado las consecuencias de esa carta? Analizando también los motivos que orientan a los científicos a realizar una investigación determinada, o también las competencias de distintos grupos para llegar a un mismo logro científico y a un financiamiento.
-Dado que las escuelas son ellas mismas espacios visuales, pobladas y actuadas por tecnologías ópticas, pizarrones, carpetas, murales, audiovisuales, compartimos audios, como los grabados a partir de los contenidos de la revista sobre ciencia Nautilus, dirigidos a personas con disminución visual o con dificultades motoras, neurológicas y educacionales, o para quienes prefieran o necesiten acercarse a la reflexión sobre la ciencia a través de la narración oral. Proyecto Manhattan: http://www.rojas.uba.ar/contenidos/nautilus/proyecto_manhattan.mp3
-Resultaría muy significativo el trabajo con el libro Voces de Chernobyl de la escritora Svetlana Alexievich, retomando las actividades propuestas anteriormente, promoviendo el trabajo colectivo e integrado con el audiolibro de Voces de Chernobyl disponible en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=UTncRciB76o
El marco de abordaje
La sociedad es un todo, no se puede disociar a la ciencia que ocurre dentro de ella. La ciencia –y la tecnología- debe estar al servicio de los problemas sociales, así mismo hay que tener presente que hoy el desarrollo tecnológico está alterando todo: la vida íntima de las personas, las comunicaciones, el consumo, la salud. Es una omnipresencia donde puede entrar en juego el control social. Las grandes potencias mundiales invierten, en general, en una ciencia que no sale al encuentro de las necesidades humanas, sino que se asocian con políticas científicas militares e industriales. Los poderosos “juegan” con una ciencia para la defensa y producción, las problemáticas sociales a nivel global les son ajenas. El intercambio de opiniones entre lo científico y lo social representa para docentes involucrados y estudiantes un quiebre en estas dos culturas dentro del aula, y una ruptura a la segmentación por materias.
La bomba atómica es un punto de inflexión en la historia de la humanidad, representa el mayor horror que ha dado la ciencia: un arma de destrucción masiva a distancia y con efecto residual, que no ha hecho distinción entre civiles y militares. El accidente de Chernobyl también puso en duda a la pululante ciencia, agregó un derrotero a su “intachable” prontuario. Generó críticas por fuera y por dentro de las comunidades científicas, aparecieron los grupos anti-ciencia en todo el mundo, la epistemología constructivista, la filosofía de la ciencia con fuerte anclaje social y la sociología del conocimiento científico. Podemos apreciar también como la radiactividad emanada de la central nuclear en Chernobyl llega hasta nuestros compatriotas que viven en la calle en Rosario, en Santa Fe o en Buenos Aires. Son samoselys de una zona de alienación, la vía pública, al igual que tantos otros mutantes en nuestra América Latina: los pobres e indigentes que viven en eterna área de exclusión y bombardeo nuclear. Es sustancial abrirnos a enfoques didácticos que entrelacen saberes, que no se ajenen del contexto histórico, y en esto podemos citar al movimiento Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) como pilar de estas construcciones, como marco de abordaje. La finalidad de CTS es la de formar ciudadanos responsables para vivir activamente en una sociedad democrática, algo sumamente coherente con la obligatoriedad de la escuela secundaria, y con una ciencia que se crea en y para la sociedad.
Este enfoque permite una revisión científica, ética, histórica y política de una cuestión muy sensible, que sirve a la vez como punto de partida para el estudio interdisciplinario de otras problemáticas que desde la ciencia alcanzan a la sociedad, como los agroquímicos, el calentamiento global, los combustibles fósiles, los basurales a cielo abierto, la mega minería y la alimentación. En este mundo de intereses macroeconómicos es donde las y los estudiantes deben jugar con firmeza, valentía y entusiasmo una ciudadanía responsables científicamente alfabetizados.
El estudio de caso o situación problemática
Para generar interés en un estudio de caso o una situación problema es requisito incorporar otros valores (más allá de lo cognitivo, de los conceptos y hechos). Para esto abrirle la puerta a lo afectivo y emocional en áreas tan frías como la física y química puede resultar de gran ayuda. Con estos movimientos se intenta poner en relieve los despliegues de nuestros estudiantes para la toma de decisiones. El estudio de casos es interesante para este trabajo, donde se puede partir de una situación simulada pero factible como ser la instalación de una planta de energía nuclear en las cercanías de nuestra localidad. Un abordaje de este tema que hilvane lo desarrollado con anterioridad se puede desplegar mediante el juego de roles. Distribuyendo actores y funciones a grupos de estudiantes: grupos ambientalistas, prensa, científicos, habitantes de la localidad, grupos inversores de la planta nuclear, personal de otras plantas del país (como Atucha). Sobre estos casos el docente podría dar marcos de actuación, bibliografías y demás, para generar luego una discusión centrada en el tema de la factibilidad de la instalación de una planta nuclear en Santa Fe.
En cualquier de estos casos se pueden expresar las posturas mediante el uso de TICs como Canva para infografías o abrir un debate en foro utilizando classroom (aplicación de google) o crear un blog para dicho efecto. También haciendo uso de producciones de audios y video con editores libres (como Audacity y OpenShot respectivamente) como otro tipo de lenguaje posible para expresarse.
Todo este despliegue no hace a un trabajo confuso sino complejo, que es lo que amerita este tema (como tantos otros). La tecnología nuclear es capaz de establecer nuevos alcances medicinales, pero cuyo objetivo primero fue bélico. Una energía limpia -siempre que se mantenga resguardada y segura- y que bien podría destronar al combustible fósil. También es una energía necesaria si un país quiere armamento nuclear, pues para tener bombas se necesita tener centrales. ¿Podrá la humanidad -las grandes potencias mundiales- vivir parcialmente de la energía nuclear, quedándose solo con sus bondades? Y por otra parte, ¿podríamos prescindir de ese conocimiento?.
Estimadas y estimados colegas, las y los invitamos a compartir sus experiencias, ideas, y propuestas, para enriquecernos conjuntamente, a la siguiente dirección de correo electrónico: castricone_lucas@santafevirtual.edu.ar
Bibliografía
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Boido, G., (1996). Pensamiento científico. Programa de perfeccionamiento docente. Bs. As., Prociencia CONICET. Ministerio de Cultura y Educación de la Nación.
Fourez,G.(1997). Alfabetización científica y Tecnológica. Ediciones Colihue, Buenos Aires.
Ambrós, A.; y Breu, R., J. (2007). Cine y educación. El cine en el aula de primaria y secundaria. Barcelona: Graó.
Duschl, R. (1998). La valoración de argumentaciones y explicaciones: promover estrategias de retroalimentación. Enseñanza de las Ciencias, 16 (1), 3–20.
Wolovelsky, E. (2013). Iluminación. Narraciones de cine para una crítica sobre la política, la ciencia y la educación. Buenos Aires: Biblos.
Autor/es: | CASTRICONE, LUCAS |