El desarrollo de la autonomía y la retroalimentación formativa
Escuela: época y sentidos
La idea es pensar la primacía de la escuela como agente fundamental de socialización. En este sentido, la idea es pensar qué tipo de socialización precisamos hoy.
(Fundación Luminis)
En este post, retomamos el abordaje de la retroalimentación desde la perspectiva que ofrece pensar sus aportes a la construcción de un estudiante capaz de enfrentar desafíos, resolver problemas e interactuar con otros. Entonces en este sentido nos interesa reflexionar sobre los aportes que el intercambio entre pares pueden hacer al desarrollo de las capacidades para el fortalecimiento de la autonomía, desde las contribuciones que permiten los procesos de valoración formativa.
Este desarrollo en los estudiantes es con frecuencia una expectativa de logro en los distintos documentos curriculares, pero su logro demanda pensar estrategias de enseñanza como la gestión social del aula para promover y habilitar el diálogo, las interacciones entre ellos mismos para aprender los unos de los otros. En este contexto en los que gana la partida la virtualidad al hacerse escuela en casa detona un desafío al docente que debe generar espacios de interacción entre pares. Las videoconferencias, las videollamadas son una respuesta posible a estos desafíos para que los estudiantes establezcan sus relaciones y propicien un lugar común, compartido, de confianza y cercanía, donde se hace posible se cumplan los objetivos programados y logros en el acceso a contenidos seleccionados y producción de sentidos.
Esos espacios de intercambio y diálogo requieren siempre de una toma de decisiones. La escuela obligatoria forma ciudadanos responsables para vivir en una sociedad democrática, donde las prácticas cotidianas del aula -como así también los enfoques didácticos a los que adhiera un determinado espacio curricular- se orientan en una misma línea formativa. Estas prácticas de conocimiento se sustentan en un marco didáctico-pedagógico que les da cabida y les permite expandirse.
Si bien hay distintas posiciones sobre la evaluación entre pares, -algunos estudios la ponderan y otros la critican-, existe acuerdo sobre algunas orientaciones para tener en cuenta en la implementación de esta propuesta en el trabajo con los estudiantes: sugerir que las retroalimentaciones entre pares sean anónimas; trabajar sobre un protocolo o una guía de preguntas; alternar retroalimentaciones por escrito con devoluciones cara a cara, y organizar devoluciones de un equipo a otro.
Las mejoras en las producciones de los estudiantes
La confianza crea un sitio de convivencia que el acto pedagógico nos permite. Afianzar esta idea mejora la producción de nuevos saberes, nuevas experiencias, nuevos horizontes. El estudiante generalmente no reconoce, porque no sabe, que sus aportes y participación funcionan para producir conocimiento, es decir que por ello constituyen, educativamente, un objetivo.
Se insiste en que los tipos de retroalimentaciones reconocidas por los pares son aquellas que se han generado en un clima de confianza, de trabajo e intercambio, en que la ignorancia y el error son aceptados, donde se ofrecen ejemplos o sugerencias con lenguaje sencillo, con el fin de mejorar un trabajo, una producción, un desempeño.
Para llevar adelante un proceso de evaluación entre pares y que esta, efectivamente, cumpla con su función de retroalimentación, es necesario destinar un tiempo para que los estudiantes comprendan el para qué, el sentido, conozcan las diferentes estrategias que se pueden utilizar, así como los obstáculos posibles que inevitablemente encontrarán en el camino.
En este sentido, el docente debe ofrecer ejemplos, protocolos, aspectos para tener en cuenta en el momento del intercambio y tiempo para practicar y revisar en conjunto dichas prácticas. Los estudiantes tienen que conocer los objetivos de la tarea, el tipo de demanda cognitiva que esta implica y los criterios de valoración para ofrecer una retroalimentación que contribuya al aprendizaje de su par.
Un instrumento para la evaluación entre pares
Uno de los protocolos que propone Anijovich (2017) en su libro La evaluación como oportunidad es el protocolo Entre pares, que promueve el trabajo colaborativo entre los propios estudiantes, hecho que enriquece a los participantes en la medida que promueve el trabajo con otros.
El trabajo colaborativo se basa en aquella afirmación de que se aprende con mayor satisfacción del estudiantado, entre pares, por ello, los docentes afirmamos que una actividad realizada en grupo, colaborativamente, bien diseñada, ofrece un resultado de los aprendizajes más efectivo, más espontáneo, más natural y rico, que el que tendría la suma de trabajos individuales en un conjunto.
La conectividad, la virtualidad permite algunas herramientas para trabajos colaborativos como documentos compartidos Google Drive, padlet, redes sociales, whatsapp, etc., los que constituyen herramientas muy útiles para trabajar con ese propósito.
A continuación presentamos un protocolo Entre pares que se puede utilizar de manera oral o escrita, aportados por el profesor o creados con los estudiantes, que promueve la comprensión de los temas a desplegar y pone en juego estrategias metacognitivas, para implementar en tareas grupales. Anijovich (op. cit.) plantea tres preguntas que sirven como valoración para este protocolo entre pares:
1.¿Qué aspectos valoras del trabajo de tu compañero/a?
2.¿Qué Ideas son comunes/diferentes entre tu producción y la de tu compañero/a?
3.¿Qué parte del trabajo de tu compañero/a es novedosa para vos y podrías incorporar en el tuyo?”
Los docentes estamos convencidos de que es fundamental que la comprensión y contexto del concepto “retroalimentación” se trate pedagógicamente hasta naturalizar su relevancia en el acto del intercambio. Ser naturalizada su comprensión y funcionalidad de manera que el estudiante reconozca en sus procesos de participación que esta manera de comunicarse , en cualquier orden de la vida, transforma las perspectivas, borra prejuicios, abre ventanas para mirar nuevos paisajes.
Favorecer la retroalimentación entre pares
La potencia del intercambio entre pares no sorprende al docente. Se lo experimenta en cada clase. Cuando la intervención de un estudiantes motiva la participación de otros, proporciona una dinámica en el acto pedagógico que hace más feliz al conjunto. Por ello, hacer uso de instancias que transforman y sensibilizan momentos didácticos, es una ventana hacia la mejora pedagógica.
Los estudiantes, en ese espacio de diálogo y participación, construyen significados que provocan reacción y acomodamientos, como también un nivel de escucha y comprensión hacia información nueva o experiencia inédita, que se amplifica luego en la vida diaria y fuera del acontecimiento escolar. Son los docentes los profesionales que captan esta oportunidad y la enriquecen en diversas propuestas que propiciarán el nacimiento de dudas, interrogantes, afirmaciones, discusión, análisis, asociaciones, ejemplificaciones, uso de conocimientos previos, consolidación del diálogo.
Anijovich propone atender un recurso poderoso:
“La metáfora del andamiaje, propuesta por Wood, Bruner y Ross (1976), pretende ilustrar los procesos de enseñanza y de aprendizaje que tienen lugar en las interacciones diádicas entre adultos y niños. Esta metáfora hace referencia a un hecho observado en numerosos estudios: en determinadas circunstancias, cuando un adulto interacciona con un niño con la intención personal de enseñarle algo o a hacer algo, tiende a adecuar su grado de ayuda al nivel de competencia que percibe en el niño o bien que le atribuye; lo cual quiere decir que a menor competencia del niño, mayor será la ayuda que proporciona el adulto, y viceversa: cuanta mayor competencia adquiere el niño progresivamente, el adulto va retirando su ayuda, el andamio construido inicialmente, hasta el momento en que el niño/aprendiz es capaz de realizar la actividad autónomamente”
A continuación, una actividad a modo de ejemplo y que la presentamos entre paréntesis, y abierta a sugerencias.
(Para compartir el valor de una actividad de evaluación entre pares, proponemos poner sobre una mesa larga las producciones de respuesta a una consigna de trabajo, resueltas por distintos grupos de estudiantes. Luego invitamos a los estudiantes a recorrer cada una de las producciones y ofrecerles sugerencias de mejora, que pueden escribir en papeles adhesivos. Cuando terminan de leer y sugerir en una producción, avanzan sobre la siguiente, leen los comentarios del grupo anterior y agregan nuevos.
Para finalizar, pensamos en las capacidades que se desarrollan en los estudiantes al promover estas prácticas de evaluación formativa)
La experiencia de mirarse a sí mismo en su relación con el aprender a conocer, cuál es su estado sobre las cosas y cómo ese estado se transforma a medida que va resolviendo un desafío, una propuesta, un interrogante, requieren de un tiempo propio por un lado y otro que ofrezca la propuesta áulica, o el dispositivo de aprendizaje que se le proponga a ese estudiante. La posibilidad de registrar este acontecer en sus detalles aparentemente más insignificantes, genera la producción de sentido en una época de tiempos cortos, poco valorado a la hora de internalizar lo referido como insumo necesario para enriquecer los actos autoevaluativos y de la retroalimentación.
Bibliografía
-Anijovich, R. (2010). La retroalimentación en la evaluación. En R. Anijovich (comp.). La evaluación significativa (pp. 129-146). Buenos Aires: Paidós.
-Anijovich, R. y Cappelletti, G. (2017). La evaluación como oportunidad. Buenos Aires: Paidós.
-Anijovich, R. y Cappelletti, G. (2020). El sentido de la escuela secundaria. Nuevas prácticas, nuevos caminos. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Paidós.
Recuperamos de YouTube: La Pedagogía que vendrá: https://www.youtube.com/watch?v=UAqQbeus2dc
Autor/es: | CASTRICONE, LUCAS |