De la Fiebre Amarilla al Dengue
En esta segunda entrega sobre el texto “Agua y adobe: relatos sobre el pasado de enfermedades presentes” de Rosana Errasti y Eduardo Wolovelsky, nos vamos a ubicar en el capítulo 2. En este segundo capítulo los autores nos presentan a “La fiebre amarilla en Buenos Aires” con una narración cuidada, bien contextualizada en la Buenos Aires de mediados y fines del siglo XIX, con elementos ilustrativos en un diseño dinámico que se conjuga con fotografías de esos tiempos.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral que se transmite por la picadura de un mosquito, entre otros el Aedes aegypti. Este insecto tiene la particularidad de ubicarse dentro de los hogares, o en cualquier lugar cercano donde encuentre un poco de agua disponible, preferentemente estancada y limpia (neumáticos, recipientes, floreros, bebederos de mascotas, latas y botellas abandonadas, etc.). En estos receptáculos es donde ponen sus huevos y viven sus larvas.
Este tipo de mosquito es el mismo vector que transmite otras enfermedades actuales como Dengue, Zika o Chikungunya. Estas tres enfermedades tienen en común el hecho que son producidas por virus, y contagiadas por un mismo vector, el Aedes aegypti, que transmite el agente patógeno – en este caso un virus – de un individuo enfermo a otro sano.
La fiebre amarilla se cobró muchas vidas en ese momento de nuestra historia, no estaban dadas las medidas sanitarias e higiénicas, y mucha gente vivía hacinada en conventillos y barriadas populosas. Tampoco había demasiada información sobre estas infecciones, ni de dónde provenían ni cómo se podrían prevenir. A este caos se sumaba el colapso de los cementerios y los sistemas de salud que funcionaban en esa época. La evidencia mostraba que la enfermedad se hacía más propensa para algunos sectores social que para otros, aunque nadie estaba exento.
Muchos textos hablan de una especie de lobby llevado a cabo en ese contexto porteño en función del privilegio de algunos grupos sociales en desmedro de otros más desfavorecidos. Se estigmatizó a las clases más bajas tomando como excusa a la fiebre amarilla, y se discriminó a muchas personas por sus condiciones socioeconómicas. Estas voces llegaban desde las clases aristocráticas, desde sectores de la prensa y hasta de quienes ocupaban cargos políticos o públicos. Podemos destacar en el texto de “Agua y adobe” un fragmento alusivo en relación con este planteo:
“Como ocurriera con otras pestes, en otros tiempos y en otros lugares, la ausencia de un culpable visible llevó a buscar un chivo expiatorio, y como en esos otros lugares y tiempos se terminó por acusar falsamente a un determinado grupo humano. Esta vez los señalados fueron los inmigrantes italianos. Insistentemente se hizo hincapié en su forma de vivir, hacinados y con poca higiene, como la causa de la epidemia, sin considerar que esas condiciones eran el producto de la pobreza y la miseria a la que habían sido arrojados por quienes, luego de convocarlos a poblar la Argentina, los habían abandonado a su suerte, negándoles toda ayuda oficial. La Comisión Municipal y la propia Comisión Popular, con el apoyo de la policía, llevaron adelante el desalojo de los conventillos, quemando la ropa y escasas pertenencias de sus inquilinos y lanzándolos a la calle sin alimentos ni atención médica.”
También se habla de este tema en un libro emblemático sobre medio ambiente y salud, como “Memoria Verde: historia ecológica de la Argentina” de Antonio Brailovsky y Dina Foguelman que rescata la posición nefasta de diarios de la época en relación a este brote de fiebre amarilla.
- Diario La Tribuna: “el pueblo debe prender fuego a los saladeros de Barracas”
- Diario El Nacional: “guerra a muerte a los conventillos y focos infecciosos que existen en la ciudad”, “desalojar a todos estos focos de inmundicias, pestes”, “¡nada de contemplación!”.
En el mismo texto también se destacan las medidas tomadas en Buenos Aires a partir de la epidemia, y los cambios posteriores que se introdujeron en el tema de sanidad. Los mismos se podrían enumerar así:
- Prohibido guardar cerdos en pie en el municipio.
- Funcionamiento y salubridad en industrias.
- Prohibido bañar caballos, carruajes y lanas en el río.
- Reglamenta el modo de extraer agua del río.
- Ordena separar la basura animal de los minerales domiciliarios.
- Sobre construcción de letrinas.
- Inspección de higiene en los conventillos, inquilinatos y bodegones.
- Prohíbe arrojar agua a la calle.
- Zona del río para lavar ropa.
- Inspección de alimentos de venta al público.
- Registro general de inquilinatos y conventillos.
Podemos apreciar, a la luz de epidemias similares en el pasado, que las actuales medidas de prevención, la higiene continua, el cuidado de las superficies y objetos con los que entramos en contacto son importantes para no reproducir errores fatales para la vida de las personas. Es importante que las medidas de higiene y sanidad estén siempre lo más adelantada posible a los sucesos para evitar males mayores. Hoy este tema suscita continuos debates en torno al COVID-19 relacionado con las medidas de aislamiento social preventivo y obliga, y de una supuesta rivalidad entre salud y economía, entre las ciencias médicas y las económicas.
Para el caso de los mosquitos, que transmiten el dengue, la ciencia aporta también productos químicos como repelentes. El N,N-dietilmetatoluamida (DEET) es el mejor repelente para el Aedes aegypti, y es un componente habitual de los insecticidas para mosquitos o garrapatas. Este químico fue uno de los tantos que surgió primero por necesidades bélicas en lugar para el bienestar de la sociedad y la prevención de enfermedades. Fue desarrollado y utilizado por el ejército norteamericano en la Guerra de Vietnam, y evaluado también con posterioridad como pesticida para su implementación en agricultura.
Cabe hacer un paréntesis y preguntarnos si avanza la ciencia en función del beneficio de la humanidad y de las necesidades sociales, o hay otros intereses primordiales o prioritarios que guían sus proyectos de investigación y descubrimientos.
El dengue en Santa Fe
El texto de “Agua y adobe” cierra su capítulo 2 sobre fiebre amarilla con este párrafo:
“Aunque es mucho el tiempo que transcurrió desde aquella epidemia de fiebre amarilla, el Aedes aegypti nos sigue desafiando con su presencia, pero esta vez
con la enfermedad del dengue. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurriera en aquel difícil año de 1871, hoy contamos con mucho conocimiento sobre el mosquito transmisor, ¿sabremos aprovecharlo?”
En estos tiempos la estrella epidémica es el coronavirus, y resulta indispensable para que no se propaga su infección en la población, el acatamiento de las recomendaciones que continuamente los infectólogos y gobernantes difunden por los medios masivos de comunicación. Pero también no debemos olvidar otros males que suceden en paralelo y que tal vez no tengan tanta prensa en estos momentos, como es el caso del dengue. Este mosquito, y la enfermedad viral que trasmite, acarrea en nuestra provincia una gran cantidad de infectados: al 7 de mayo del corriente año registramos ya más de 3700 casos en la provincia de Santa Fe.
Sugerencias de trabajo
Una propuesta de abordaje de este tema puede partir de diarios de la provincia de Santa Fe que hablan sobre la situación del dengue. Esta información nos puede servir como disparador de trabajo para analizar la curva de infectados, las variables que aparecen en ella, los lugares donde hay más casos en nuestra provincia, la realidad social de los afectados, los síntomas y las maneras de prevención.
También se pueden hacer infografías utilizando herramientas TICs para armar un flyer o folleto que ponga de relieve las medidas de precaución que hay que tener ante el mosquito, estas producciones pueden compartirse en los grupos de whatsapp, redes sociales, etc.
Así también, resultaría significativo hacer un tratamiento histórico del Aedes aegypti en nuestro país y provincia, desde mediados del siglo XIX hasta la actualidad, desde afecciones como la fiebre amarilla hasta las actuales: Dengue, Zika y Chikungunya.
Algunas noticias periodísticas que pueden ser útiles para estas sugerencias las encontramos en los siguientes enlaces:
Bibliografía:
-Brailovsky, A. y Foguelman, D. (1995). Memoria Verde: Historia ecológica de la Argentina. Editorial Sudamericana: Buenos Aires, Argentina.
-Errasti, R. y Wolovelsky, E. (2014). Agua y adobe. Relatos sobre el pasado de enfermedades presentes. Ministerio de Educación de la Nación, Buenos Aires.
-Wolovelsky, E. (2004). Certezas y controversias: apuntes sobre la divulgación científica. Buenos Aires: Libros del Rojas.
-Wolovelsky, E. (2008). El siglo ausente: manifiesto sobre la enseñanza de la ciencia. Buenos Aires: Libros del Zorzal.
-Wolovelsky, E. (2013). Iluminación. Narraciones de cien para una crítica sobre la política, la ciencia y la educación. Buenos Aires: Biblos.
-Wolovelsky, E. (2015). El siglo maravilloso. En el filo secular de la gran guerra. E-Book. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Libros del Rojas. Recuperado el 11/05 en: http://www.rojas.uba.ar/contenidos/publi_digitales/libro_elsiglomaravilloso_final.pdf
Se adjunta en PDF:
Ministerio de Salud de la Nación y UNICEF – Dengue, Zika y Chikungunya – Rotafolio – Enfermedades transmisibles por un mosquito.
Autor/es: | CASTRICONE, LUCAS |