«Construcción de nuestro espacio», el sueño de la escuela N° 1077, Campo La Delia.
“Imaginar es ausentarse, lanzarse hacia una vida nueva” (Gastón Bachelard)
Cuando evocamos imágenes en torno a las escuelas rurales, con frecuencia a las ya consabidas paredes y patio, se nos presenta la amplitud del espacio habitado por sistemas vivos diversos, variados, complejos en cada territorio. Esas imágenes existen en el territorio santafesino y usualmente son el punto de partida de las palabras, de la capacidad de nominar el mundo, de escribirlo, describirlo, ilustrarlo, dedicarle poesías, canciones, y también son espacios donde transitamos, donde proyectamos sueños, donde imaginamos transformaciones a partir de las que habitamos un poco más, este suelo.
Hacer de cada escuela, espacios habitables, supone resignificar la noción de hogar, como aquellos lugares donde sentimos que somos y podemos ser, que habitamos como si fuese la propia casa, sentimos el amparo de la materialidad que la escuela y los adultos ofrecen. Y al abrigo de ese alojar infancias, es que estas van, progresivamente construyendo y ampliando los bordes simbólicos que supone el pensar, el hablar, el leer, el escribir, el jugar, el cantar, el aprender a ser sensibles, el vivenciar experiencias en conjunto, como puntapíe de lo común.
Y son los sueños de las casas que habitamos -la propia y la que simboliza la escuela- que guardan la memoria de quienes transitaron este espacio antes que nosotros, albergando, protegiendo y posibilitando, que otras y otros continúen soñando en paz. La escuela N° 1077 "Martín Miguel de Güemes", ubicada en Campo La Delia, se dió la tarea de imaginar y construir un espacio de encuentro colectivo, que trabajaron desde el año pasado, inaugurándolo el 21 de septiembre de éste año.
Las coordinadoras del proyecto Prof. Mónica Gomez (carpintería) y Maria Parra (Directora) comparten los fundamentos:
En octubre del año 2.022, comenzamos a transitar un camino que dejará huellas profundas en la escuela primaria santafesina el marco del “Plan 25: con 25 horas semanales de calidad en las escuelas primarias de la provincia de Santa Fe”. Estas horas fueron pensadas en nuestra institución para concretar el “sueño”, de docentes y alumnos, construir un espacio en el monte, donde podamos ir a leer, jugar, aprender, pensar, entre otras cosas. Un espacio de encuentros entre docentes y estudiantes que habiliten la circulación de la palabra, la construcción de ámbitos de lectura y escritura, el desarrollo del pensamiento científico y de experiencias innovadoras que abran la puerta a otros mundos posibles y amplíen los horizontes simbólicos de todas y todos. Por eso se utilizaron las dos horas de fortalecimiento curricular, en el área de carpintería, con la profe que idealizó este proyecto. Se comenzaron a transitar nuevas propuestas pedagógicas fortalecidas, “para que nuestros alumnos estén en la escuela, aprendiendo más y mejor”.
A principio de este año 2.023, llegaron a nuestra institución nuevas horas de los profes de nuclearización y eso nos dio el hincapié y decir si lo vamos a lograr. También buscamos la participación de la familia, actores fundamentales en la educación de nuestros niños. Todos trabajamos con un mismo objetivo, queremos ser parte de una transformación en la estructura de la escuela primaria. Buscando nuevos espacios donde los alumnos se sientan parte. Este es un proyecto del área de carpintería donde intervienen las demás especialidades, trabajando con entusiasmo y compañerismo.
Muchos estamos concientizados de medidas básicas para cuidar el ambiente, como reciclar, reutilizar y reducir el consumo, pero hay otras acciones y elecciones en nuestras vidas que lo afectan en gran medida y lo desconocemos, como el uso de la madera. La madera ha sido el material natural más utilizado por el ser humano, es el único material reciclable, reusable y sostenible que, usado con responsabilidad, es una elección acertada si queremos cuidar los montes y el medio ambiente.
Un producto fabricado con madera tiene un ciclo de vida más largo de lo que podíamos imaginar, la madera triturada puede recuperarse y desarrollar un nuevo papel en la composición de tableros y aglomerados utilizados en carpintería, además se puede utilizar la Viruta para transformarla en celulosa. De esta manera surge la propuesta de armar en el monte que se encuentra dentro del predio de nuestra escuela, un espacio dónde el alumno pueda estar en contacto directo con la naturaleza, reciclando la madera que es un material de este lugar.
Sin lugar a dudas esta incursión arquitectónica propuesta institucionalmente, moviliza otros modos de encontrarse, de re-encontrarse en los espacios, de admirar e internalizar valores en base a los que el desarrollo personal, grupal y del territorio; se hará siguiendo las coordenadas democráticas que construyen ciudadanía amorosa y responsablemente.
Celebramos que esta isla flotante transporte la imaginación de niños y niñas, de docentes y familias, hacia un mundo donde quepan, todos los mundos posibles.
Autor/es: | FAVIT, CLAUDIA ELENA |