“Primero de Mayo, sobre conquistas y flagelos actuales”
El Primero de Mayo conlleva la cualidad de revivir en la propia conmemoración la actividad del trabajo como formadora y constitutiva de subjetividades dentro del proceso histórico, donde la re apropiación del campo simbólico de la cultura habilita la inscripción del hombre en la dimensión de lo social.
El espacio de encuentro colectivo del trabajo abre la perspectiva sobre las aristas de la historia, los movimientos emblemáticos, la legítima lucha por los derechos, la significancia de los procesos sociales y subjetivos que el trabajo mismo conlleva.
Los Institutos Superiores forman ciudadanos comprometidos con la realidad y críticos de la misma, donde se educa para el trabajo docente o técnico, con proyectos trazados en la juventud y en la adultez que inspiran y aspiran su autorrealización en un futuro ejercicio profesional en condiciones laborales favorables, dignas y legítimas.
La Subsecretaría de Educación Superior está convencida de que la educación abre el mundo del trabajo para la comprensión crítica y el conocimiento reflexivo de la producción académica y técnica, manteniendo la esperanza como la espera activa que lleva a trabajar comprometidamente desde la libertad, la autonomía, la democracia y la garantía de los derechos.
Se agradece profundamente a los profesores: ARROYO, Ricardo Silvio; GÓMEZ, Miguel Ángel; PREVIALE, Fernando; PIGHIN, Walter Lionel y a la profesora MERIP, Adela en representación del Colegio Superior N° 42 “Dr. Agustín Luis Rossi”, Vera; por la producción histórica reflexiva: “Primero de Mayo, sobre conquistas y flagelos actuales”.
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg Patricia Moscato.
“Primero de Mayo, sobre conquistas y flagelos actuales”
Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan;
siempre me matan, me matan,siempre me matan…
Ayer vi a un niño jugando, a que mataba a otro niño;
ayer vi a un niño jugando, a que mataba a otro niño:
hay niños que se parecen, a los hombres trabajando.
¡Quién les dirá cuando crezcan, que los hombres no son niños,
que no lo son, que no lo son, que no lo son!
Fragmentos del Poema
”Me Matan si no Trabajo”
de Nicolás Guillén
Mayo es un mes marcado por una historia, una tradición de lucha que arrancó un primero de mayo de 1886 allá en Chicago, cuando un grupo de trabajadores organizó una movilización popular en reclamo de la jornada de ocho horas en una época en que lo “natural” era trabajar entre 12 y 16 horas por día y una mejora en las condiciones de trabajo. “Bajo la consigna: no queremos ocho horas de trabajo para trabajar menos; queremos ocho de trabajo para tener tiempo para cultura, y el arte, para cultivar las ideas, y para tener tiempo para estar con nuestros hijos y nuestras mujeres”, miles de obreros tomaron las calles y las fábricas. Las Jornadas continuaron durante varios días
Frente a las protestas, el país que decía tener (y aún lo sigue diciendo como excusa para invadir y saquear) “la mayor democracia” del mundo respondió brutalmente y, fraguando un atentado, encarceló a un grupo de militantes populares con los que intentó escarmentar a toda la clase trabajadora de los Estados Unidos y por qué no, de todo el mundo. Tras un proceso plagado de irregularidades, de injusticias, de mentiras, fueron detenidos los dirigentes anarquistas –llamados hoy “Mártires de Chicago”- y condenados a muerte por la horca el 11 de noviembre de 1887.
Pasaron muchos años ya de aquellos crímenes de Chicago y miles de obreros después perdieron también su vida luchando contra el poder y la fuerza de quienes sólo les importa la defensa de sus intereses económicos y de sus negocios. Por ello, el 1° de Mayo es un día de homenaje y de conmemoración sobre la epopeya de los trabajadores, sus inquietudes, sus luchas por mejores condiciones de trabajo, por la jornada de trabajo, su salario y sus condiciones de vida. Es una fecha fundamental y trascendental del movimiento obrero. Fecha que “une a todos los trabajadores del mundo: a pesar de las diferencias en el idioma, a pesar de las diferencias en las creencias religiosas; a pesar de las diferencias en el desarrollo industrial, a pesar de las diferencias políticas”; traspasando todas las fronteras.
Desde entonces, los obreros y las obreras de distintos países del mundo, entre ellos la Argentina, eligieron el 1° de mayo, como jornada de lucha, de memoria, de ratificación de sus condiciones de ciudadanos libres con plenos de derechos, de trabajadores con derechos. Es una fecha para recordar y homenajear también a “nuestros propios mártires, aquellos que fueron víctimas de las dictaduras sangrientas y represivas que gobernaron al país durante varios años en el siglo XX, especialmente de la que usurpó el poder entre 1976 y 1983. Por ellas, miles de trabajadores y trabajadoras fueron víctima de persecuciones salvajes, secuestros, torturas y desapariciones; de amenazas de despidos, de rebajas salariales, de precarización laboral. Aquellas dictaduras “instalaron prescripciones para orientar el comportamiento de la sociedad (y de los trabajadores), cuyos contenidos han acentuado la ponderación de los valores y reglas del mercado, la importancia de lo individual frente a lo colectivo, la competencia como eje de las relaciones, la mercantilización de los vínculos y la primacía de lo privado sobre lo público” [1]
Y también, el 1° de Mayo constituye una fecha en la cual debemos homenajear a los cientos de “mártires de la actualidad”; de trabajadores, sub-ocupados y desocupados que no tienen más instrumento de lucha que “el derecho de resistencia”. Resistencia que provoca que la violencia contra los patrones aumente, con relativa frecuencia como consecuencia de los despidos y las reducciones de puestos de trabajo. Trabajadores, sin derechos pero con muchas obligaciones. Mártires de modelos económicos que erosionaron y erosionan con escandalosa impunidad los derechos conquistados por los trabajadores a lo largo del tiempo. “Modelos económicos que produjeron y producen una inédita concentración de poder, riqueza e influencia social en manos de un grupo cada vez más reducido de la población, mientras que las vastas mayorías nacionales son relegadas a la marginación y a la desesperanza, a la exclusión y la pobreza”.[2]
Mártires de gobiernos seudo-democráticos que, con amenazas de despido; con flexibilización laboral, con rebajas salariales, con precarización laboral –y con la complicidad de algunos dirigentes sindicales que colaboran con los empresarios y los gobiernos de turno-, erosionaron y erosionan cada vez más los derechos conquistados y consagrados. Gobiernos que utilizan la inseguridad e incertidumbre, el miedo y pánico como medio de coerción social, y donde la democracia pareciera consistir en el mero trámite de facilitar la pauperización de nuestra sociedad o en profundizar el proceso de "globalizar la miseria". Gobiernos que permiten márgenes de ganancia escandalosos para unos pocos, la avaricia sin límites, con modelos donde las leyes que protegen a los trabajadores se hacen cada vez más “flexibles”, como inflexibles se vuelven las leyes que garantizaban el enriquecimiento ilícito de muchos de los funcionarios a los que se les paga sueldos y sobresueldos con la excusa de defender los derechos de los trabajadores.
Ante esto, el 1° de mayo trasciende el ámbito de la conmemoración, del homenaje y del festejo y debe constituirse en una instancia, un espacio de encuentro colectivo para abrirse a la reflexión y al debate colectivo sobre la sociedad en que vivimos. Un debate colectivo que está pendiente, y que resulta más que necesario abrirlo a todos, un debate que incluya derecho de los trabajadores y distribución de la riqueza. Sobre todo en el contexto de la sociedad Argentina actual en la que como consecuencia del modelo económico del gobierno anterior y de un contexto atravesado por pandemia hay 18,5 millones de pobres y 4,7 millones de indigentes.
Si bien, párrafo aparte, en éstos dos años de pandemia, nuestro país tomó medidas protectoras sobre los trabajadores: se han otorgado licencias con goce de haberes a los trabajadores mayores de 60 años y aquellos que forman parte de “grupos de riesgo”, embarazadas, empleados públicos que no presenten servicios esenciales, y a los progenitores que tienen que cuidar de sus hijos; se estableció que la pandemia y las medidas de aislamiento no iban a ser consideradas “fuerza mayor” por lo que no se permite a los empleadores aplicar “Procesos Preventivos de Crisis”; estableció la prohibición de despidos; doble indemnización; Covid-19 como enfermedad laboral; regulación del teletrabajo para el sector público y se recomendó al sector privado “la adopción de medidas para habilitar el trabajo a distancia”; además se otorgaron préstamos a tasas excepcionales para autónomos; bonos para empleados públicos de la salud, autónomos, empleadas domésticas y un “Ingreso Familiar de Emergencia” para personas sin ingresos, entre otras; los derechos de los trabajadores fueron duramente maltratados y resistidos por los grupos de poder.
Poe ello, el 1° de Mayo debe volver a consagrarse como la utópica de una Sociedad distinta, que nos permita vivir en una sociedad libre y abierta, donde se garantice condiciones sociales, jurídicas e institucionales, los derechos e igualdad de condiciones de dignidad para todas y todos. Implica asumir compromisos respecto a estas situaciones de injusticia, de desamparo y desarraigo no sólo desde la empatía sino desde los propios actores rezagados para que puedan abrir nuevos e inéditos canales de representatividad en el procesamiento de sus demandas hasta ahora insatisfechas.
El reconocimiento y el respeto por los derechos de los trabajadores nos son un problema exclusivo del Estado. Nuestra responsabilidad como ciudadanos consiste por un lado en buscar medios alternativos para luchar por ellos, y por otro en conocer las obligaciones del Estado para exigir que las cumpla. Si nos mantenemos al margen de las políticas destinadas a la defensa de los derechos de los trabajadores, las obligaciones de procurar bienestar laboral seguirán teniendo un nivel de simples manifiestos, y sólo aparecerán en el discurso de las campañas políticas de aquellos que aspiran a tener o mantener un cargo público. Es tiempo de que nos empecemos a preocupar por ello, de que pensemos en ello seriamente.
Debemos volver a aquel humanismo que supimos conseguir, a solidarizarnos con los más desprotegidos, volver a reclamar aquel humanismo que proclamaba el Libertador San Martín cuando abolía la esclavitud en el Perú un 12 de agosto de 1821: “Una porción numerosa de nuestra especie ha sido hasta hoy mirada como un efecto permutable, y sujeto a los cálculos de un tráfico criminal: los hombres han comprado a los hombres, y no se han avergonzado de degradar la familia a la que pertenecen vendiéndose unos a otros. Las instituciones de los pueblos bárbaros han establecido el derecho de propiedad en contravención al más augusto que la naturaleza ha concedido.” Debemos volver a ser aquel “arriero” que devuelva la magia a los caminos y senderos de lucha por la dignidad de los trabajadores.
En las arenas bailan los remolinos
El sol juega en el brillo del pedregal
Y prendido a la magia de los caminos
El arriero va, el arriero va.
Es bandera de niebla su poncho al viento
Lo saludan las flautas del pajonal
Y animando a la tropa por esos cerros
El arriero va, el arriero va.
El arriero (Atahualpa Yupanqui)
AUTORES: Colegio Superior N° 42 “Dr. Agustín Luis Rossi”, Vera.
- ARROYO, Ricardo Silvio.
- GÓMEZ, Miguel Ángel.
- MERIP, Adela.
- PREVIALE, Fernando.
- PIGHIN, Walter Lionel.
BIBLIOGRAFÍA
- BORÓN, A & otros. (2001). Tiempo Violentos, Neoliberalismo y Desigualdad en América Latina. CLACSO.
- ZICCARDI, A. (Comp.) (2001). Pobreza, Desigualdad Social Y Ciudadanía. Límites De Las Políticas Sociales En América Latina. CLACSO
- OIT Noticias: “Los derechos fundamentales en el trabajo pueden contribuir a lograr una mejor reconstrucción después de la COVID-19”. Comunicado de prensa .28 de octubre de 2020. Ginebra. En: https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_759294/lang–es/index.htm
- RIFKIN, J. (200). Fin del Trabajo. Paidós. Bs. As.
- SVAMAPA, M. (2005). La Sociedad Excluyente La Argentina Bajo el Signo del Neoliberalismo. Alfaguara SA. Buenos Aires.
[1] ZICCARDI, A. (comp.) (2001). Pobreza, Desigualdad Social Y Ciudadanía. Límites De Las Políticas Sociales En América Latina. CLACSO
[2] BORÓN, A & otros. (2001). Tiempo Violentos, Neoliberalismo y Desigualdad en América Latina. CLACSO.
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |