“Otra” historia posible
“El desprendimiento que promueve el pensamiento descolonial conlleva la confianza en que otros mundos son posibles (no uno nuevo y único que creemos puede ser el mejor, sino otros diversos) y que están en procesos de construcción…”
Walter Mignolo. 2003.
Invitamos a reflexionar a través de un diálogo intercultural sobre la diversidad multiétnica de nuestro territorio y el reconocimiento de los derechos identitarios de los pueblos que habitan la “Abya Yala” (Tierra vital o tierra madura); término éste en lengua Kuna que se le daba a América antes de la llegada europea .
En nuestro país según el decreto 1584/2010 el 12 de octubre pasa a ser una fecha de reflexión histórica y de diálogo intercultural acerca de los derechos de los pueblos originarios. Para ellos, esta fecha no es un día de conmemoración, aún menos, de festejos. Así lo expresa metafóricamente un integrante de la comunidad Moqoit cuando nos habla de ello:
“11 de octubre: mi amada tierra, lugares fértiles y llenos de energías que emanan desde el entorno cósmico. Tiempos de armonía total con la tierra, espíritu ancestral que goza de las virtudes de la naturaleza imponente de mi apreciada América” (Máximo Santos etnia moqoit)
“12 de octubre: el cielo se vistió de gris, el sol por unos minutos ha ocultado su esplendor, pero aquí estoy presente, con mis raíces intactas. Somos la simiente de una generación noble y de grandes valores. Heredamos el legado de un espíritu manso y servicial al prójimo. Busquemos un nuevo horizonte, de valores, de respeto y amor por la existencia del universo” (Máximo Santos etnia moqoit)
Enseñar el proceso de conquista y colonización nos interpela como educadores desde un lugar de mediador intercultural sobre el respeto hacia las múltiples identidades de las diferentes etnias originarias que habitan nuestro territorio. Lo importante es ubicar a este hecho histórico no como algo episódico del pasado, sino que es necesario pensarlo como un proceso dialéctico entre pasado y presente analizando las estructuras vigentes desde categorías no eurocentristas.
¿Hemos aprendido en estos 528 años desde la llegada de los primeros europeos a escuchar las voces de los pueblos originarios?
¿Respetamos sus derechos identitarios a lo largo del año o sólo nos acordamos el 12 de octubre como una efeméride más de la historia nacional, provincial o regional?
Para la enseñanza de las Ciencias Sociales es fundamental la implementación de metodologías que interpelen la memoria colectiva, concibiendo la interculturalidad como un principio rector del proceso social continuo, se intentará construir relaciones dialógicas y equitativas entre individuos pertenecientes a universos culturales diferentes. Esto es factible a partir del análisis crítico sobre el proceso de dominación que comenzó aquel 12 de octubre por medio de la problematización de conceptos claves como: Pueblos Originarios, cosmovisión, conquista, invasión, etnocidio, genocidio, transculturación, entre otros.
Una posibilidad de ello es la “otra historia” a través de los relatos orales como herramienta de aprendizaje áulico para reflexionar sobre el etnoconocimiento de los Pueblos Originarios. Su transmisión oral intergeneracional (de ancianos a jóvenes) posibilitará el diálogo de saberes dentro del aula para el logro de aprendizajes interculturales. Se trata de una propuesta dialógica de encuentro y complementariedad entre las múltiples culturas que convergen en el aula de EIB de la provincia de Santa Fe.
La historia Oral en el aula como puente intercultural
La memoria colectiva es un importante instrumento de poder, siendo esto más evidente en las sociedades en que la memoria social es oral, permitiendo entender mejor la lucha por el dominio del recuerdo y la tradición. Particularmente la Historia Oral incorpora a la historia de la cultura a todos los hombres, sin importar la condición social a la que pertenezcan, o el alcance público de sus acciones. Interesan en tanto sujetos protagonistas del mantenimiento o transformación del orden sociocultural que caracteriza a un tiempo histórico determinado.
Luis Romero sostiene que “todos juntos dan forma a la ‘consciencia histórica’, una versión del pasado que no aspira a ser rigurosa ni cierta, pues las sociedades, al igual que las personas, operan libremente con su memoria: recuerdan, olvidan, adaptan bloquean, tergiversan, subrayan, esfuman; en suma se construyen un pasado adecuado a lo que quieren ser y a lo que aspiran llegar a ser. La pregunta por la verdad carece aquí de sentido: la consciencia histórica es permanentemente construida y manipulada, y suele ser el campo de combate de proyectos e intereses contradictorios” [1]
Los pueblos originarios de nuestro territorio poseen una rica tradición oral que no abarca solamente el relato de cuentos y leyendas sino que es "todo a la vez": religión, conocimiento, ciencia de la naturaleza, iniciación de oficios, historia, diversión y recreación; es por ello que podríamos hablar de un hombre particular puesto que posee una vivencia particular del mundo en donde todo está unido e interrelacionado. Para ello“…el método de la historia oral es el instrumento idóneo para recuperar aquella dimensión de los procesos históricos que generalmente se pierden en otro tipo de trabajo de índole histórica, la dimensión viva y maleable de la vida cotidiana de los individuos inmersos en la historia , los matices emotivos y personales, la óptica de los hombres de carne y hueso , su manera de sentir y percibir los acontecimientos y de percibirse a sí mismo dentro de ellos…".[2]
La pertenencia de las etnias originarias de Santa Fe a una cultura que tradicionalmente ha sido ágrafa ocasiona que su relación con la palabra sea cualitativamente diferente a la nuestra -proveniente de una cultura escrita:
“La oralidad como puente de conexión entre las personas de una comunidad originaria no queda en el simple acto comunicativo, la palabra en su sonoridad adquiere una dimensión de respeto a la escucha y valor en quien la expresa. También hay en este intercambio oral una red de percepciones que forman parte de este mundo comunicacional donde la palabra tiene otra significatividad conjugándose sentimientos, emociones, miradas, gestos, y una fuerte carga espiritual. Por eso la oralidad es un acto sublime y de gran importancia para la permanencia y continuidad en la historia, y la cosmovisión nativa en el trascender de los tiempos. Los ancianos encargados de esta misión, saben que la palabra tiene la esencia de llegar al espíritu.” (Docente moqoit)
Debido a que una cultura oral no dispone de textos, uno sabe lo que puede recordar; estos recuerdos son SU mirada histórica que no figura en la historia tradicional. De esta manera los relatos y su relación con la historia posibilita que en el aula se pueda vincular la dimensión de la gran historia con la de la historia local y que tal vinculación proporciona un anclaje que permite dar mayor consistencia al análisis de la última.
La importancia de la fuente oral, en nuestro caso, es que nos proporciona información sobre aquellos etnias que por ser ágrafas no poseen historia escrita o si existe está distorsionada. La información recopilada no se reduce a un conjunto de datos históricos y geográficos, sino que se trata de reconstruir la cosmovisión de los miembros de la comunidad entrevistados y rescatar aquellos aspectos de este pasado válido dentro del contexto escolar.
En sociedades ágrafas la transmisión de los conocimientos y su conservación se llevan a cabo por medio del relato de los ancianos a los niños y jóvenes, desarrollándose un verdadero proceso pedagógico dentro de las comunidades. Es este proceso el que ha permitido la reproducción, transmisión y recreación de su propia cultura y cosmovisión. Proponemos ver el siguiente video de un anciano de la comunidad qom de Santa Fe señor Roberto Arce para interpretar la importancia de la transmisión oral.
[1] Romero Luis.La historia y el presente. En Revista Noveduc nro 125.
[2] Schwarstein, Dora, Historia Oral y Memoria del Exilio, reflexiones sobre los republicanos españoles en la Argentina, en Anuario Nro 13 de Escuela de Historia: Fac. Humanidades y Artes, UNR, 1995, p.238.
Autor/es: | FUX, MARIA NAZARET |