Manuel Belgrano y la Educación
El siguiente artículo forma parte de las producciones que colegas santafesinos, docentes de nuestros Institutos Superiores, del área de Historia, han escrito a propósito del "Mes de Belgrano". En el mismo se profundiza sobre el legado de Manuel Belgrano en el campo de la educación y el arte. Coincidimos con el profesor Aldo Nicolini en que "Manuel Belgrano surge como el primer estadista-educador de la sociedad criolla pre y pos revolucionaria. Entiende a la institución escolar como una pieza clave de una sociedad moderna". Toda su obra tiene una connotación pedagógica, que, como educadores, es clave valorar.
Patricia Moscato – Subsecretaria de Nivel Superior
Manuel Belgrano y la Educación
Nos proponemos a través de estos argumentos, hacer una aproximación a las ideas de Manuel Belgrano en educación y su ubicación histórico-política, en el que la enseñanza de las artes y los oficios fueron impulsados con la creación de escuelas de dibujo y náuticas.
La narrativa de la historia de la educación Argentina, suele tomarse como punto de partida la confrontación del debate pedagógico con las posiciones enfrentadas de Cornelio Saavedra y Mariano Moreno. El presidente de la Primera Junta, conservador y fiel a las ideas coloniales educativas, con Moreno que se posicionaba en la corriente “pedagogía liberal”, admirado de la Revolución Francesa y a sus ideólogos, especialmente de Jean Jacques Rousseau que pensaba a las escuelas como instituciones formadoras de ciudadanía. En este debate no podemos dejar de pensar en la figura de Manuel Belgrano.
Manuel Belgrano surge como el primer estadista-educador de la sociedad criolla pre y pos revolucionaria. Asumió el compromiso político en articular los saberes de la economía política con los nuevos conocimientos de las ciencias experimentales, las artes mecánicas de la Revolución Industrial, con visualización de la institución escolar en la formación de una sociedad moderna pos colonial.
A los historiadores de la educación les atrajo la figura de Manuel Belgrano por sus posiciones frente a la importancia relevante del trabajo manual-intelectual como eje de la vida individual y social, productiva y cultural. Sostenía, Belgrano, que sólo a través de la educación las personas pueden emanciparse, conocer sus intereses que le permitirán vincularse con el desarrollo de la sociedad.
Formado bajo los principios de la Ilustración, piensa que la felicidad pública es una construcción moderna, que está guiada por la ética, permitiendo una acción productiva del Bien Común. Promueve el cambio político, la búsqueda de las libertades y el desarrollo personal. Los caminos para lograr estos objetivos son el trabajo y la adquisición de saberes, para poder cambiar las estructuras sociales, combinando los principios de innovación y modernización cultural y económica en el proceso de formación del Estado Nacional.
En las Memorias del Consulado, Belgrano enuncia posicionamientos de democratización de la ciencia aplicada que conducen a la formación de “hombres industriosos”, así denomina a los sujetos trabajadores, disciplinados y ordenados para su propio trabajo, en el que pueden vincular y articular su interés y el conocimiento. Hace alusión al dibujo como saber interdisciplinario, articulador entre la formación de artistas y los artesanos. En 1799, crea la Escuela de Dibujo. Fue el primer intento de enseñanza artística en el país. Los argumentos a favor de su creación, también los encontramos en las Memorias de Consulado, en las que hace referencia, a los beneficios de una escuela de Dibujo y Arquitectura para el ejercicio de las profesiones y el adelanto industrial. Insiste de manera reiterada sobre las ventajas del arte en los aprendizajes de la “sociedad moderna”, el 29 de Mayo de 1799 inaugura la Escuela en el Consulado y entre las innovaciones que proponía era la entrega de “útiles a los pobres” y permitía el ingreso a los aficionados al dibujo sin requisitos previos. También, desde el Consulado haría la propuesta de creación de escuela de dibujo en las principales ciudades del Virreinato, afirmando que el dibujo es “el alma de las artes”
Toda la obra de Manuel Belgrano tiene una impronta pedagógica, como relata Adriana Puiggrós, “imaginó un país de gente laboriosa, que cultivará la tierra, explotará las minas y producirá manufacturas,…, fundó la Sociedad Patriótica, Literaria y Económica, proyecto que vinculaba el progreso económico con el estimulo a la educación”. Durante sus campañas militares, la Primera Junta le encomendó la creación de cuatro escuelas, Puiggrós continúa relatando la gesta educativa belgraniana, el prócer dictó un Reglamento para las Escuelas del Norte, en el que establecía que estas escuelas debían ser estatales y administradas por los ayuntamientos, también dispuso que en las puertas de ingreso al establecimiento escolar debían estar los emblemas de la Asamblea Nacional Constituyente del año 1813, este hecho es de gran significación simbólica porque las diferencia de las escuelas parroquiales y de las viejas “escuelas del Rey”, se constituían en las “Escuelas del Nuevo Estado”.
También Puiggrós señala que en el Reglamento se disponía que la enseñanza se basa y fundamenta en el Espíritu Nacional diferenciándolo del extranjero. En relación a la profesionalización docente y al financiamiento del sistema escolar, indica que el gobernador de los pueblos debía hacerse cargo de los salarios docentes y aportar económicamente para el acceso de los niños pobres a las escuelas. Los docentes se harían cargo de su función a través de una convocatoria pública.
Como nos relata Rafael Gagliano en el artículo 18 del Reglamento, las características que debía poseer el docente eran: “el maestro” “… procurará con su conductas y en todas sus expresiones y modos de inspirar a sus alumnos, el amor al orden, respeto a la religión, moderación y dulzura en el trato, sentimiento de honor, amor a la verdad y a las ciencias, horror al vicios, inclinación al trabajo, despego al interés, desprecio de todo lo que deja la profusión y el lujo en el comer, vestir y demás necesidades de la vida, y en un espíritu nacional, que les haga preferir el bien público al privado y estimar más la calidad de americano que la de extranjero”.
Manuel Belgrano, es parte de la historia fundacional de nuestro país, pero todavía podemos hacerlo presente, interpelándolo de manera crítica para comprenderlo desde nuestra época.
Prof. Aldo Nicolini
Bibliografía:
- Arata, Nicolás: La formación del artesano en los escritos de Manuel Belgrano. Revista del IICE/30 (pág. 57/72).
- Dupuy, Ricardo: Macropolítica educativa en Santa Fe “el informe y la salida” Rosario Nuevo Paradigma 2007.
- Gagliano, Rafael: Escritos sobre la educación selección de texto Manuel Belgrano Buenos Aires UNIPE 2011.
- Puiggrós, Adriana: Qué pasó en la educación Argentina. Breve historia desde la conquista hasta el presente. Buenos Aires galería 2006.
Autor/es: | MOSCATO, PATRICIA CAROLINA |