“Los trazados de la tiza sensibilizan la memoria”.
“El maestro aprende a enseñar enseñando, pero también aprende y aprendió a enseñar aprendiendo” Andrea Alliaud.
Inicia un mes especial, donde el enseñar y el aprender se tiñen mutuamente componiendo colores inéditos para un momento particular.
El equipo de la Subsecretaria de Educación Superior en este tiempo de construcción colectiva histórica de producciones pedagógicas únicas agradece el compromiso ético, pedagógico y social que reivindica las trayectorias docentes santafesinas.
Somos sonido y las palabras son semillas porque hacen eco desatando lazos, liberando historias y movilizando un GRACIAS, convirtiendo configuraciones en nuevos trazos de historias docentes vividas como testigos y testimonios de la artesanía pedagógica epocal.
Equipo Subsecretaria de Educación Superior
“Los trazados de la tiza sensibilizan la memoria”.
Atesorar y abrazar las historias vestidas de trayectorias, con rostros y palabras docentes reivindica la biografía de cada uno y una que miraron desde la posibilidad, favorecieron encuentros donando un tiempo y un espacio a cada estudiante como un otro singular.
Es el momento de homenajear las bitácoras pedagógicas en un mundo incógnito y cambiante, desde donde emergen las preguntas más álgidas e inquietantes que revalorizan la relación entre la enseñanza, el aprendizaje, la existencia y la escuela con un sabor peculiar.
La metáfora de la acción educativa implica renunciar a la urgencia y recuperar la imaginación provocando el pensamiento, seduciendo a la crítica y habilitando la pulsión incesante de enseñar a aprender con pasión.
El arte de educar es una tarea exquisita que requiere de docentes que se animen a adentrarse en el mundo de la reflexión transformativa y de las arenas movedizas de lo incierto, de la complejidad del desconcierto, poniendo en movimiento sus representaciones primitivas y matrices aprendidas.
La práctica educativa requiere conocer la intimidad de los textos escriturados con el color de cada contexto, porque su pedagogía nace en cada imago construido, donde otro se inscribe haciéndose parte de una identidad común que habilita aprender a ser desde la sensibilidad colectiva.
La provocación de caminar diversos suelos requiere de una y un docente itinerante, que promueva desplazamientos subjetivos, de la incomprensión al diálogo, del desconocimiento a la escucha, de la posesión a la libertad, porque en los trazos y trozos de tiza se mira desde el lugar del otro desde el respeto y la identidad.
Convocar a la inspiración y al deseo de superación requiere la conmoción genuina de experiencias pedagógicas que den sentido a la existencia común, donde devienen al encuentro a través de distintos rostros, descifrando lo indecible al tomar la palabra.
Los recorridos de la tiza sensibilizan la memoria cuando el docente se implica en su propia historia otorgándole nombres a ese instante íntimo y mágico de la enseñanza y del aprendizaje como una creación subjetiva y subjetivante que revisitan los momentos sublimes de la historia.
Lic. Giselle Leonetti
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |