Leer en casa. Registro e ingreso a la Biblioteca Digital del Ministerio de Educación de la Nación.
Lenta en mi sombra, la penumbra hueca
exploro con el báculo indeciso,
yo, que me figuraba el Paraíso
bajo la especie de una biblioteca.
Jorge Luis Borges (1960)
La lectura ha sido, sin duda, un objeto de estudio privilegiado a lo largo de la historia de la educación argentina. Es una práctica que sólo se logra si se propicia a través de propuestas concretas y sostenidas en el tiempo.
Para garantizar el derecho a la lectura, es necesario buscar, encontrar e inventar diferentes formas posibles y necesarias, de acercar a todos y a todas la posibilidad de sentir la lectura, de vivir la maravillosa experiencia de leer.
La lectura en voz alta es uno de los mejores caminos para crear lectores. Compartir la lectura es compartir placenteramente el lenguaje. La literatura escuchada, recibida como regalo en la voz de lectores experimentados y generosos nos permite participar activamente de actos de lectura, de este modo, sencillo y agradable, podemos recuperar nuestro propio vínculo con los poemas y relatos que nos acunaron, nos acompañaron en la infancia. Este encuentro nos invita a su vez a compartir, a socializar las prácticas lectoras.
Convidamos a explorar y compartir ese paraíso que refiere Jorge Luis Borges, ese maravilloso espacio de la Biblioteca virtual: la Biblioteca Digital (Bidi) del Ministerio de Educación de la Nación es una ventana virtual por la que podemos entrar al espacio mágico de la literatura, un portal de acceso a gran parte de nuestro patrimonio cultural, es otra manera de que estudiantes y docentes de todas las escuelas del país puedan acceder a libros clásicos y novelas.
Luis Sepúlveda, en su libro “Un viejo que leía novelas de amor”, cuenta cómo el protagonista, Antonio José Bolívar Proaño, encuentra una especie de fuente de la juventud en la lectura, pero al quedarse sin libros, descubre en ese vacío el significado de la soledad:
“Fue el descubrimiento más importante de toda su vida. Sabía leer. Era poseedor del antídoto contra el ponzoñoso veneno de la vejez. Sabía leer. Pero no tenía qué leer. (…) Pasó toda la estación de las lluvias rumiando su desgracia de lector inútil, y por primera vez se vio acosado por el animal de la soledad.”
Las y los convidamos a ser parte de esta Biblioteca Digital, que nos acerca a la literatura y también, puede acercarnos entre lectores y lectoras, en ese mágico mundo en que las historias nos atraviesan y nos acompañan a tejer nuestras redes.
Invitamos a compartir también esta forma de acceso a las lecturas y al abrazo que las palabras, en su belleza, nos ofrecen.
Bibliografía.
Borges, Jorge Luis (1960) El Hacedor. Editorial Alianza
Giardinelli, Mempo (2007). Volver a leer. Propuestas para ser una nación de lectores. Edhasa Buenos Aires.
Sepúlveda, Luis (2017) Un viejo que leía novelas de amor. 21ª ed. Barcelona: TusQuets Editores.
Autor/es: | ALVIRA, ADRIANA AMELIA |