“La soberanía que se realiza aprendiendo todas y todos a lo largo de toda la vida y entre todas las vidas”.
La potencia soberana es un lenguaje sobre el “cuidado del otro” que requiere una reflexión profunda sobre los dilemas filosóficos, antropológicos, culturales, políticos y educativos.
Ser soberanos brinda la posibilidad de construcción horizontal que dialoga con la memoria del pueblo sobre las raíces como conciencia crítica de posibles futuros colectivos.
La ética de la responsabilidad y la autonomía como narrativa de formación y transformación requiere de actitudes participativas soberanas que propician mediante el diálogo el encuentro como experiencia educativa.
La Subsecretaría de Educación Superior tiene el honor de invitar a reflexionar al colectivo Santafesino sobre el significado de la “Soberanía Nacional” a través de las palabras del Dr. José Ignacio Mendoza. Director Provincial de Asuntos Jurídicos y Despacho del Ministerio de Educación.
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg. Patricia Moscato.
“La soberanía que se realiza aprendiendo todas y todos a lo largo de toda la vida y entre todas las vidas”.
El saber es una experiencia educativa de diálogo y encuentro, que transforma lo existente en lo posible y, lo posible, en el empeño de cada generación por actualizar los desafíos de su hora, de su época, y de lo que espera prospere, se transforme, comience o termine.
La “educación participada”, refiere al protagonismo de cada enseñante y de cada aprendiz por hacerse en ese proceso de conocer, reconocer, conocerse y conocer a los otros, encontrándose con la maravilla de las diversidades, y con el modo mismo en que -gracias a ellas- nos podemos explicar mejor, más plenamente, como condición humana.
Y con esta disposición a “aprender a lo largo de toda la vida”, siempre volvemos a esa actitud de inquietud, de asombro, de intención movilizadora, sin detenernos en roles, haciéndonos los unos a los otros enseñantes y aprendices, porque el encuentro es con la humanidad de todos y no con los méritos de algunos.
El poder participar en lo que se enseña y en lo que se aprende, nos hace responsable de nuestras prácticas, definiendo una ética del cuidado, una pedagogía de la honestidad intelectual, un humanismo capaz de animarse a sospechar de sí mismo, para no conformarse y para provocarse a no dejarse captar por verdades hechas.
Recordando algunas fuentes, algunas naturalezas, nos volvemos hacia la palabra soberanía proveniente de la voz latina “super omnia”, que significa "sobre todo". Esta raíz, funda a la soberanía en la profundidad de la incondicionalidad de la persona, donde nutre su fortaleza no la soberbia de un saber, sino en el deseo permanente de aprender, y con aquel, transforma al mundo, se transforma a sí mismo.
Pero esta soberanía es significante, cuando hace soberanos a otros, capaces de no estar atados ni siquiera a la propia voluntad, libres para llegar más lejos sin dejar a nadie en el camino y sin llevarse a nadie puesto. Es la libertad incluyente, la que no anda cargando cosas, historias, rencores, estereotipos, de modo que tiene lugar para “cargar encima suyo” a quienes ya no pueden por sí solos.
Y esta soberanía que nos permite “andar desprendidos”, nos permite “estar sobre todo” permaneciendo como personas, sin cosificarnos, sin hacernos parte de estructuras manipuladoras, discursos direccionados, alegatos de odio, y solo entonces, proyectarse hacia un horizonte que podemos elegir, y sumar con generosidad y grandeza a quienes necesitan también ser parte de esta oportunidad de ser nosotros mismos, tan plurales como debemos serlo.
Dr. José Ignacio Mendoza.
Director Provincial de Asuntos Jurídicos y Despacho del Ministerio de Educación.
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |