La memoria de los pueblos
“Todo está clavado en la memoria espina de la vida y de la historia
La memoria pincha hasta sangrar a los pueblos que la amarran y no la dejan andar…
Libre como el viento
Refugio de la vida y de la historia
Fue cuando se callaron las Iglesias
Fue cuando el fútbol se lo comió todo
Que los Padres palotinos y Angelelli
Dejaron su sangre en el lodo
Todo está escondido en la memoria…”
La Memoria. León Gieco
El desarrollo de la vida cotidiana durante la dictadura
Este tema sigue en el debate social y académico. El libro “Pensar la dictadura: terrorismo de Estado en Argentina”, expresa que la propia lógica de la represión clandestina permitió que los campos de concentración convivieran con millares de argentinos que siguieron trabajando, amando, estudiando y disfrutando de su tiempo libre. Sin embargo, esa aparente “normalidad” también estuvo afectada por un terror que se diseminó por todo el cuerpo social a través del miedo, la autocensura y la desconfianza, condiciones que de a poco fueron deteriorando el lazo social.
El impacto de la dictadura fue muy desigual en las distintas regiones del territorio nacional. Si bien el terror se expandió por todos los círculos sociales, no impactó del mismo modo en las grandes ciudades, las medianas y los pueblos pequeños. En algunos lugares de la Argentina, alejados de los grandes centros urbanos, era más fácil sostener que ahí “no pasaba nada”. Del mismo modo en aquellas localidades donde las fuerzas Armadas estaban integradas a la vida cotidiana era más complejo desentrañar el funcionamiento de la represión.
¿Cómo fue posible la vida cotidiana en medio del terror? ¿Todos los sectores sociales vivieron el período de la misma manera? ¿Qué sectores brindaron su apoyo activo al gobierno de facto, qué otros desplegaron estrategias de resistencia? ¿Qué pasó en las distintas regiones de la Argentina? ¿Quiénes salieron a la calle a luchar contra la dictadura? ¿Qué ocurrió, específicamente, en el campo de la educación, la cultura y los medios de comunicación?
Los invitamos a mirar este video del canal Encuentro: “La última dictadura militar” Parte 1
La última dictadura ¿tuvo apoyo social?
Las dictaduras en argentina contaron con el aval de diversos sectores de la sociedad. En todos los golpes militares -1930 contra el gobierno de Hipólito Yrigoyen, el de 1943 que dio cierre a la denominada década infame, el de 1955 contra el gobierno de Juan Domingo Perón, el de 1962 contra el gobierno de Arturo Frondizi y el de 1966 contra el gobierno de Arturo Illia- existieron sectores que dieron su apoyo, más o menos explícitamente. Un episodio tan grave como deponer a un gobierno elegido de manera constitucional difícilmente pueda concretarse por la acción de un único sector social, por ejemplo, las Fuerzas Armadas, sino que requiere de un conjunto de avales y alianzas sociales sólidas y ampliadas.
En el caso de la última dictadura existió, por un lado, un consenso tácito extendido y, por otro, un explícito más acotado. A diferencia del golpe de 1955, cuando multitudes antiperonistas salieron a manifestar su apoyo a la autodenominada Revolución Libertadora, en la noche del golpe militar de 1976 en Buenos Aires, la plaza de mayo estuvo completamente desolada. No hubo movilizaciones y mucho menos señales multitudinarias de adhesión al golpe. Sin embargo, muchísimos argentinos en el ámbito privado aceptaron el hecho como una “solución” a la crisis de gobernabilidad que se había creado en los últimos meses del gobierno de Isabel Perón, seguramente bajo la idea –recurrente en el siglo XX argentino- de que la única opción frente al fracaso del gobierno constitucional consistía en confiar a los militares las tareas de recomposición de la autoridad y el orden.
Este consenso tácito se complementó con otros consensos explícitos. Sectores de alto poder económico apoyaron el golpe, como lo prueba la fuerte suba de las acciones en la Bolsa de Comercio el día después del derrocamiento de Isabel Perón. Otros como la Sociedad Rural Argentina, el silencio o aceptación de los partidos políticos tradicionales, sectores de mayor jerarquía de la Iglesia dieron su aval en una reunión secreta con la cúpula militar. Y los medios masivos de comunicación proporcionaron una interpretación auspiciosa de la situación. Incluso, ciertos sectores de las organizaciones insurgentes interpretaron que el golpe favorecía las expectativas revolucionarias porque de ese modo se tornaría más visible para el pueblo quien era el verdadero enemigo.
Para pensar:
¿Cómo evaluar el comportamiento de los distintos sectores sociales frente al terrorismo de Estado?
¿Desconocían aquellos que avalaron el régimen militar el dispositivo de terror?
¿Cómo fue posible que a lo largo de todo el país hayan existido centros clandestinos de detención, la mayoría de ellos instalados en los grandes centros urbanos o en el centro de los pueblos?
¿Qué decir sobre el comportamiento social ante el mundial 78 y la guerra de Malvinas?
Bibliografía
- MINISTERIO DE EDUCACIÓN – Presidencia de la Nación “Pensar la dictadura: terrorismo de Estado en Argentina. Preguntas, respuestas y propuestas para su enseñanza.
- CALVEIRO P: “Poder y desaparición” Buenos Aires. Colihue, 2.004.
- VEZZETTI H: “Pasado y presente. Guerra y sociedad en la Argentina. Buenos Aires. Siglo XXI . 2002
Autor/es: | VIETTO, GREGORIO ESTANISLAO |