La cotidianeidad en la pandemia, un tema de cuidados
Introducción
“La complejidad del tema está anclada en la multiplicidad de actores, instituciones y sectores que participan en el proceso de cuidado: se trata de diversos sectores de las políticas públicas (políticas de bienestar, educación, salud, etc.), de los servicios ofrecidos en el mercado, de todas las tareas domésticas visibles e invisibles, de la contribución de tareas realizadas a través de organizaciones sociales diversas, entre las cuales se cuentan —aunque no exclusivamente– las familias. Es claro desde el inicio que el tema sólo puede ser abordado desde una perspectiva intersectorial (Esquivel, Faur, Jelin, 2012:10).”
El tema del cuidado y las tareas de reproducción cotidiana tiene un ingreso relativamente reciente en las ciencias sociales. Los estudios promovidos desde la perspectiva de género y feminista, han contribuido a visibilizar la centralidad que el mismo tiene para el bienestar humano y la reproducción del sistema social.
“Cuidar” implica la atención y satisfacción de aquellas necesidades físicas, biológicas, afectivas y emocionales que tienen las personas. Si bien todos los seres humanos necesitan de cuidados, durante la niñez y la ancianidad o personas con enfermedades o discapacidades requieren de mayor cantidad de tiempo de cuidado.
Esta definición cobra sentido y adquiere complejidad en un contexto de múltiples significados marcado por la división sexual del trabajo. A partir de esta división se vincula, por un lado, el mundo público al trabajo productivo culturalmente asignado y asociado a los varones y, por el otro, el mundo privado-doméstico al trabajo reproductivo y de cuidado asociado y asignado a las mujeres, invisibilizando la interdependencia que hay entre ambos.
Las actividades y tareas de reproducción y cuidado cotidiano se realizan la mayoría de las veces sin compensación monetaria, están invisibilizadas como trabajo e infravaloradas a pesar de ser fundamentales para la preservación de la vida. Por lo general, se dan en un marco de relacionamiento próximo cara a cara, siendo en un gran porcentaje intergeneracionales ya que se cuidan a las personas en los extremos de su vida (niños/as y a personas adultas mayores) y tienen plazos cortos para su satisfacción (la necesidad de alimento, abrigo, contención afectiva, supervisión ante el peligro tienen tiránicos tiempos de vencimiento). También impactan negativamente en el uso del tiempo personal y de recreación de quienes cuidan.
Las formas de cuidar son producto y productoras de un conjunto de instituciones y normas sociales que establecen los modelos de “buenas prácticas” que responden a la dimensión ideológica y moral de determinados procesos históricos y sociales. El Estado, el mercado de trabajo, las organizaciones de la sociedad civil y las familias tienen diferentes grados de participación en cómo se organiza socialmente el cuidado. En nuestra sociedad, las familias, en la figura de las mujeres, adquieren gran protagonismo ante la ausencia de servicios público-estatales o la imposibilidad de comprar bienes y servicios de cuidado en el mercado. Muchas mujeres también participan en las organizaciones comunitarias extendiendo los límites de lo doméstico en relación con este tema.
Pero¿cuáles son las formas de cuidar en cuarentena?
Les invitamos a mirar este video para seguir reflexionando:
https://www.youtube.com/watch?v=JbdYwUwSUtM
La medida de aislamiento social, preventivo y obligatorio, que rige desde el 20 de marzo de 2020, ha implicado que un gran número de actividades económicas se vean suspendidas y otras consideradas esenciales reducidas a un mínimo funcionamiento. Si en tiempos de normalidad las mujeres realizan la mayor parte del trabajo doméstico no remunerado –el 76 por ciento según la Encuesta sobre uso del tiempo y trabajo no remunerado de Argentina, 2013– no sorprende que cuando la crisis sanitaria nos repliega al espacio doméstico la estructura desigual quede en evidencia, se acentúe y colapse.
El retorno obligatorio a la domesticidad que implica el confinamiento social muestra el largo camino aún por recorrer para lograr formas de organización societal que se sustenten en la corresponsabilidad social de los cuidados y libere a las mujeres de su exclusiva o preponderante responsabilidad. La crisis de los cuidados puesta en evidencia con el masivo ingreso de las mujeres al mercado de trabajo adquiere nuevos contornos con la aparición del coronavirus. En este sentido la pandemia puede profundizar las desigualdades por el alto porcentaje de participación femenina en las profesiones relacionadas con la salud y la educación produciendo que muchas mujeres sigan lidiando con la doble jornada de trabajo al interior de sus casas; o puede ser una oportunidad para contribuir al reconocimiento social del cuidado y para propiciar modos de redistribución más equitativa entre las personas convivientes, de acuerdo a sus posibilidades reales sin depender de los estereotipos y mandatos de género.
Es necesario decir que las desigualdades de clase imprimen particulares injusticias al tema de los cuidados que ameritaría un nuevo apartado para su abordaje.
Quizás este sea un tiempo para avanzar en formas más equitativas de distribución de los cuidados y la reproducción cotidiana al interior de los hogares y para imaginar, proyectar, crear nuevas formas que contemplen la corresponsabilidad social en estas tareas una vez superada la pandemia.
Propósito
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Propiciar una instancia de reflexión y problematización en torno a la distribución desigual de las tareas domésticas y de cuidado, en contexto de aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de COVID-19.
Contenidos
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División sexual del trabajo
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Cuidado y tareas domésticas
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El trabajo doméstico en contexto de pandemia
Propuesta de actividades
Les sugerimos poner en diálogo el siguiente audiovisual y la nota periodística adjunta:
Mi minuto (2012)
https://www.lavanguardia.com/vida/20180519/443694305503/dalessandro-pone-cifras-a-la-desigualdad-desde-la-economia-feminista.html
Otros recursos sugeridos de todos los videos
Coronavirus en Argentina: aumenta la desigualdad en las tareas de cuidado durante la cuarentena.
Quien cuida y quien prepara la cena como un problema social.
Cuarentena: el coronavirus deja en evidencia la desigualdad de los cuidados.
Género, cuarentena y Covid-19: para una crítica del trabajo doméstico.
EQUIPO EDUCACIÓN SEXUAL INTEGRAL – MINISTERIO DE EDUCACIÓN
Bibliografía
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Esquivel, Valeria; Faur, Eleonor y Elizabeth Jelin (editoras), (2012). Las Lógicas del cuidado infantil. Entre las familias, el Estado y el mercado. Buenos Aires, IDES.
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Rico, M. N. (2000) El proceso de institucionalización del enfoque de género en el trabajo sustantivo de la CEPAL. Santiago de Chile, CEPAL (DDR/1).
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Rodríguez Enríquez, C (2007) “Empleo femenino, economía del cuidado y políticas públicas. Algunas consideraciones desde la evidencia argentina”. En: Carbonero Gamundí, M.A. y Silvia Levín (Compiladoras) Entre familia y Trabajo. Relaciones, conflictos y políticas de género en Europa y América Latina. Rosario. Homo Sapiens Ediciones.
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Rodríguez Enríquez, C (2009) Las políticas de conciliación empleo-responsabilidades de cuidado y la distribución del trabajo. Exploración de argumentos económicos. VI Congreso de la Asociación Latinoamericana de sociología del Trabajo. México.
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Vilamajó, Alicia. (2010) “Problematizando las políticas de conciliación familias-trabajos en el marco del receso escolar por la Gripe A de julio de 2009 en la Argentina” en X jornadas de Historia de las Mujeres y V Congreso Iberoamericano de Género. Mesa temática Nº 17: Políticas Públicas y Género. UNLu.
Autor/es: | MOSCATO, PATRICIA CAROLINA |