Entre Meetiempo y Zoomundos: algunas consideraciones provisorias, subyacentes y otras yerbas de este lado para mirar a todos los lados que sea posible.
“Aunque conservemos y descubramos nuevos archipiélagos de certidumbre, debemos saber que navegamos en un océano de incertidumbre” Edgar Morin.
Las nuevas escenografías cartográficas que enmarcan vertiginosamente a la educación se encuentran signadas por el protagonismo comunicacional que inauguran otras formas de conocer, reestructurando la percepción y provocando fenómenos socioculturales novedosos.
La incertidumbre es uno de los elementos constitutivos de la cultura actual, donde “el movimiento” como punto de referencia para interpretar la realidad, es indudablemente la ausencia de certezas que están en el centro de los procesos de cambio que caracterizan nuestro tiempo.
Atrás quedaron las verdades eternas, los determinismos y los actos de fe en la razón como único instrumento posible para acceder al conocimiento. Por lo tanto la nueva humanidad se encuentra atravesada por la incertidumbre cognitiva e histórica, constituyéndose en un desafío y simultáneamente en una herida que requiere revisión y análisis crítico para sanar y accionar a partir de ella.
Inmersos en una crisis profunda de certezas se requiere de nuevos dispositivos de pensamiento y acción. Siendo oportuna la reconfiguración significante del aprendizaje y la enseñanza a través de la transformación de propuestas pedagógicas contextualizadas desde el “Zoomundo y el Meetiempo”.
Se convoca a la reflexión de los cambios sufridos en este tiempo como habilitantes de reconfiguraciones pedagógicas a través de las palabras de Gabriela Balbuena del ISP N° 8 Almirante Brown.
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg. Patricia Moscato.
Entre Meetiempo y Zoomundos
La globalización, como uno de los rasgos distintivos de la Postmodernidad ha configurado nuevas subjetividades, nuevas formas de comunicación, nuevas maneras de estar en este mundo. Más aún, la Pandemia que estamos padeciendo permitió que la globalización pueda manifestarse en cualquiera de nuestros actos y da cuenta de ellos lo que ocurre en nuestro país desde el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio decretado por el Estado Nacional donde algunos vocablos de lengua extranjera tales como Meet, Zoom, washapp, app, mails, delivery y take away pasaron a ser parte de nuestra vocabulario en la vida cotidiana y muchos de ellos ya del vocabulario escolar.
Ahora bien, qué pasa en nuestra actual vida cotidiana globalizada, que tal como expresa Agnes Heller[1] :”La vida cotidiana no está ´fuera´ de la historia, sino en el ´centro´ del acaecer histórico: es la verdadera ´esencia´ de la sustancia social”, y en este sentido concebimos que cada historia de nuestros estudiantes está configurando una nueva historia en la educación porque sin lugar a dudas todo lo que está saliendo a luz ya sean las desigualdades sociales, las condiciones precarias del trabajo docente, la falta de lecturas del mundo, la distancia entre el discurso y las acciones, la desesperanza, la manipulación de algunos medios de comunicación hace que se torne urgente la necesidad de pensar en un ´nosotros´.
Pero pensar en un ´nosotros´ implica una revisión de nuestro yo, de mi tiempo, y de una mirada hacia el otro, hacia sus mundos, sus historias. Bartran [2] expresa “ a este nuevo extranjero de la cultura líquida, nos indica que se trata de un conjunto de símbolos que tienen en común la idea del alejamiento de un sujeto respecto del mundo que lo rodea, como si sufriera la atracción de un astro lejano cuya luz lo bañase con esa aureola que nos produce la sensación de extrañeza” y por ello la urgencia y vuelvo a esta idea de lo urgente porque considero que este es el momento histórico para poder desmenuzar aquello que la Modernidad nos impuso como dado y que si bien la Postmodernidad nos habla de lo líquido, tal vez sea desde allí donde podamos crear y recrear orillas para contemplar y venerar el lecho.
No todo se escurre, ni todo se estanca…
Algunas consideraciones provisorias, subyacentes y otras yerbas de este lado para mirar a todos lados que sea posible.
Hoy se manifiesta una gran necesidad de comprender: las familias piden ser comprendidas y se ven exhaustas ante la nueva función educativa que deben cumplir, los docentes piden ser comprendidos y se ven desbordados de tareas y jornadas laborales sin límites de horas reclamando el derecho a la desconexión, los estudiantes piden ser comprendidos por no contar con las herramientas tecnológicas adecuadas para llevar al día sus clases, es decir hay algo de lo vivencial que nos hace surgir esta necesidad de comprensión, como si a pesar de tanta conectividad, tanto estar en línea ( on line), tanta inmediatez nos causa zozobra .
Morin [3] expresa:” Vivir nos confronta sin cesar con otro, familiar, íntimo, desconocido, extraño. Y en todos nuestros encuentros y relaciones tenemos necesidad de comprender al otro y de ser comprendidos por el otro. Vivir es tener sin cesar necesidad de comprender y de ser comprendidos. Nuestra época de comunicación no es sin embargo un época de comprensiones”.
Tal vez se trate de enseñar a vivir, y entonces como expresa Morin :” , enseñar a vivir no es solo enseñar a leer, escribir, contar ni solo enseñar los conocimientos básicos útiles de la historia, de la geografía, de las ciencias sociales, de las ciencias naturales. No es concentrarse en los saberes cuantitativos ni privilegiar las formaciones profesionales especializadas, es introducir una cultura de base que comporte el conocimiento del conocimiento.”
Es que pasamos una vida aventurándonos a la incomprensión de nosotros hacia el otro y del otro hacia nosotros. Y esas incomprensiones que mencionamos pueden ´formatear´ comportamientos de frustración, de agobio, de congojas, y más aún si consideramos la manipulación que ciertos medios de comunicación hacen sobre la ciudadanía-consumidor. Entonces creemos que allí donde surgen estos comportamientos es donde debe acompañar el profesor o la profesora para que sin negarlos pueda recrear estos aspectos existenciales en esperanza, pero con plena conciencia de este devenir histórico y de nuestra propia finitud. Tal vez “La incertidumbre, reconciliándose con las virtudes del escepticismo hegeliano, destruye nuestras certezas artificiales y nos muestra los riesgos del presente, los límites del saber y la parte de misterio del universo” como expresa Morin.
Como profesora de futuros docentes necesito transmitir esperanza y pasión. Porque:”Se vive muy mal sin razón, se vive muy mal sin pasión. Así la única racionalidad sería la de conducir nuestras vidas en una navegación permanente, en una dialéctica razón/pasión. No hay pasión sin razón, pero no hay razón sin pasión” expresa Morin, y es la pasión la que me permite sentirme afectada por las situaciones de mis estudiantes, de sus pesares, de sus dolores y ante esto no puedo menos que aferrarme a la esperanza que algo se puede, que ese algo es transformador y emancipador.
Han abundado discursos fatalistas que en la supuesta defensa de los estudiantes más vulnerados no les daban la posibilidad que sientan éstos que no todo estaba perdido. Las palabras de Paulo Freire [4] :“Una de las tareas primordiales de la pedagogía crítica radical liberadora es trabajar sobre la legitimidad del sueño ético-político de la superación de la realidad injusta” intentan describir algo de esto y claramente es injusto lo que atraviesan nuestros estudiantes que no tienen un techo propio, no tiene un salario, o son explotados en trabajos, no cuentan con las herramientas digitales para esta nueva modalidad de enseñanza.
Pero la enseñanza que abrazamos es una enseñanza de respeto hacia los estudiantes o como expresa Freire:” Es defender una práctica docente en la que la enseñanza rigurosa de los contenidos nunca se implemente de una manera fría, mecánica y falsamente neutra” y el principal gesto de respeto es concebir a la esperanza como necesidad ontológica.
Desde el Taller de Práctica II del Profesorado de Educación Primaria del Instituto N 8 Almirante Brown, venimos obstinados por acompañar las trayectorias educativas de los/as estudiantes y construyendo juntos intervenciones en instituciones escolares y socio-comunitarias donde, en el caso del Taller II del que estoy a cargo desde 2015, a través de proyectos se promueve la lectura.
A la hora de elaborar la propuesta destaco en principio el respeto a la libertad de cátedra y también todos los espacios institucional para que circule la palabra que nos ponían a los profesores en un rol protagónico. Y desde estos espacios surgía el gran debate: prácticas si, prácticas no. Un debate que claramente dejó entrever las concepciones reales, es decir las convicciones de cada uno de los /as profesor/as, más allá de lo que sus discursos podrían decir.
Que el gran desafío fue pensar que nuestros/as estudiantes hagan sus “prácticas” desde la modalidad virtual nadie lo duda. Tomar conciencia que los/as estudiantes no podrían hacer las prácticas como ciclos lectivos anteriores era el primer paso y era lo que considero el primer gesto de coherencia. Si concebimos a las prácticas como aquellas intervenciones pedagógicas que los/as estudiantes realizan en instituciones, ancladas en un proceso histórico, político, económico, social determinado, y hasta un contexto institucional, sería coherente que no fueran iguales a las anteriores. Pues nunca me asustó el cambio, ni lo nuevo, ni lo irruptivo y aprendí a vivir con el caos y la falta de certeza, sin dejar de sentirme por momentos algo frágil.
Pero esa fragilidad desaparecía cuando había que amparar, acompañar, reparar, sostener biografías: las de mis estudiantes. Y fue ese :” No hay nada mejor que imaginar otros mundos para olvidar lo doloroso que es el mundo en el que vivimos” de Umberto Eco el que me instó a elaborar junto a mis alumnos/as una propuesta que involucre a la lectura como experiencia, y fue a partir de obras literarias de autores santafesinos seleccionadas por ellos/as que propusieron a cinco escuelas primarias, con contextos sociales distintos, una secuencia de clases donde además pudieron escribir cada uno/a un cuento y la invitación era poder preguntarse dónde están cuando escriben.
Sin llegar a ser escritores literarios pero si autores de una historia que será leída a otros. Y aquí también surge otra invitación y es a preguntarse dónde están cuando leen. Y así preguntando-se, y así invitando-se las propuestas se empezaron a tejer con los sentires propios de cada escuela, singular. Y entonces ya no solo fue seleccionar obras literarias y leerlas a través de un video y enviado por una aplicación, sino que ya fue escribir un cuento y animarse a leerlo a otros y a escuchar qué les pasaba a los otros cuando escuchaban ese cuento.
Un/a profesor/a de Plástica debe por lo menos haber dado unas pinceladas para transmitir esa experiencia; un/a maestro/a debe escribir un cuento, corto, cortitito al menos para poder transmitir esa experiencia a los pequeños. No lo convierte en escritor, lo convierte en alguien que sabe lo que hace cuando hace, que sabe lo que dice cuando dice y tal vez ese escrito sea una experiencia que lo transforme porque lo acerca a lo que sienten los/as niños.
Finalizando setiembre estamos en plena elaboración de las clases para ser en octubre la concreción de ellas. Fue sumamente importante que se sientan bienvenidos /as en esta etapa, como lo fue también el inicio del trayecto, donde los7as estudiantes recibieron por parte de destacados profesionales de la educación una palabra esperanzadora y augurios de transformación. Nada es azaroso. Por cada video de buenos augurios que recibían la zozobra iba desapareciendo, íbamos reparando sueños.
Y así comenzaron a vincularse con los equipos directivos de las escuelas asociadas, y con las co-formadoras, y se hacían reuniones virtuales, y l entusiasmo crecía y se alejaba día a día, con cada acción de ese pesimismo que muchos han querido instalar.
El resto de las actividades comprende la filmación de videos con narices de payasos, y luces, y títeres, y pelucas y animalitos de cartón para regalar por washapp. Y así se instalarán pantallas gigantes en una esquina cualquiera de calles de tierra para que los cualquiera escuchen; también en una biblioteca popular y otras veces en la vereda de algún geriátrico desde donde de alguna ventana se asome algún anciano que vea algo que lo conmueva. No escuchará un cuento impreso, pero será tan conmovedor para ese anciano como para ese estudiante que pudo a través de su palabra sentir que pudo conmover.
Y aquí celebro con alegría y agradezco que estas prácticas no hayan sido iguales a las de otros años…
Invitamos a recorrer el video realizado por los actores institucionales, posicionandose en el link adjuntado.
https://www.youtube.com/watch?v=TWN9NRrepT4&feature=youtu.be
Profesora: Gabriela Balbuena.
BIBLIOGRAFÍA
Bartra, G. ( 2008) Cultura líquida en la tierra baldía. Katz editores.
Freire, P. ( 2012 ) Pedagogía de la indignación. Buenos Aires. Siglo XXI
Heller, A. (1972) Historia y vida cotidiana. México. Grijalbo.
Morin, E. ( 2015) Enseñar a vivir. Manifiesto para cambiar la educación – 1 ª ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Nueva Visión.
[1] Heller, A. (1972) Historia y vida cotidiana. México. Grijalbo.
[2] Bartra, G. ( 2008) Cultura líquida en la tierra baldía. Katz editores
[3] Morin, E. ( 2015) Enseñar a vivir. Manifiesto para cambiar la educación – 1 ª ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Nueva Visión.
[4] Freire, P. ( 2012 ) Pedagogía de la indignación. Buenos Aires. Siglo XXI
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |