Entre lo heredado y lo construido en el Nivel Inicial como una posibilidad de pensar en las infancias.
Crear la ocasión, inmersa en las coordenadas del destiempo del tiempo desde la posibilidad del espacio propicio implica acercar a las infancias a otras instancias de encuentro con el aprendizaje como un espacio jugado y valorado.
Instalar en los profesorados de formación docente de educación inicial la posibilidad de reflexionar sobre prácticas conjugadas y habilitantes de refugios del deseo y albergues del placer lúdico es una excusa para deleitar escenas novedosas y potenciales colectivos.
La Subsecretaría de Educación Superior invita a la lectura “Entre lo heredado y lo construido en el Nivel Inicial como una posibilidad de pensar en las infancias” de la Prof. María Soledad Chervo Isola del Instituto Superior del Profesorado N.º 24 “Héroes de Malvinas” de la localidad de Villa Gobernador Gálvez y de la Escuela Normal Superior Nª36 “Mariano Moreno” de la ciudad de Rosario, como acontecimiento valorativo de la formación docente de educación inicial en la Provincia de Santa Fe.
Porque damos paso a la magia de las palabras que se transforman en cobijo, sonrisas y arte. Damos paso a la construcción de significados y a los juegos del lenguaje.
¡Muchas gracias María Soledad!
Subsecretaría de Educación superior.
Mg. Patricia Moscato.
Entre lo heredado y lo construido en el Nivel Inicial como una posibilidad de pensar en las infancias.
Si entráramos hoy a una sala de Jardín de Infantes en nuestro país, nos encontraríamos con prácticas que responden a costumbres y tradiciones, en muchos casos transmitidas de generación en generación, y que esconden su historia. Estas ideas, en lugar de perderse, olvidarse o modificarse, subsisten otorgándole al Jardín una forma particular de ser.
Por momentos, pareciese estar en una institución de comienzos de siglo, con las contraseñas agazzianas para identificar las pertenencias de los niños; los encajes, encastres, enhebrados y plantados montessorianos; los saludos iniciales, la rutina del descanso después del patio, las canciones y la merienda, el cultivo de la huerta de origen froebeliano. Los espacios amplios, llenos de color, materiales didácticos, mobiliario preparado para las primeras edades, literatura para abrir un amplio vocabulario y universo simbólico, filosofía con niños y niñas, experiencias de aprendizaje en espacios lúdicos
El Nivel Inicial atravesó rupturas, ciertas tensiones y cambios desde su construcción para consolidar su propia identidad. Las prácticas pedagógicas fueron buscando su rumbo y sentido a lo largo de su historia.
Los cambios que han ido operando en el quehacer cotidiano de las salas del Jardín de Infantes, han estado vinculados en algunos casos a virajes acerca de las concepciones teóricas acerca de la infancia, en otros, se centraron en las modificaciones en las perspectivas educativas desde las cuales definir los modos de enseñar de estas edades…., y en otros estuvieron ligados fuertemente a los desarrollos teóricos de los campos desde los cuales surgen la selección de contenidos que se consideran importantes de enseñar a los niños de corta edad. Cada uno de esos cambios tuvo su correlato en las definiciones curriculares que, en algunos casos acompañaron tendencias ya que se daban en las salas, y en otros intentaron instalar, a través de prescripciones en las practicas docentes. (Sarlé, y otros, 2010)
Como educadores debemos reconocer que las y los docentes del nivel inicial, tanto en su formación como en su práctica aprenden a preparar ambientes motivadores, espacios donde se habilite la palabra y los turnos de intercambio, los cantos como expresión de distintos lenguajes, la presencia de materiales para jugar, el tiempo en el patio, la disposición de los espacios, el mobiliario junto con el tamaño de los muebles, de promover el cuidado y el autocuidado de los niños y niñas , la observación de la naturaleza en relación al contexto, el trabajo con los emergentes que acontecen en la cotidianeidad del aula, el trabajo colaborativo y la exploración de todo tipo de materiales tanto artísticos como reciclables.
El modo en que se suceden y organizan las actividades buscando el sentido en el tiempo propio de la actividad y el tiempo en que las y los niños ya terminan de realizarla, valorando la observación de los educadores y sus estrategias de enseñanzas y el formato de mediación, su acercamiento, su afecto, su atención en relación a la diversidad sugiere una concepción de aprendizaje diferente, un lugar donde el niño es protagonista, activo, donde las actividades propician libertad, autonomía e independencia y autorregulación. Donde aparece el cuerpo en un lugar central de aprendizaje, donde los sentidos adquieren relevancia.
Un espacio donde la sorpresa interviene a diario, desde el dialogo cotidiano, desde la escucha activa y hasta disparatadas en algunos momentos, donde la risa, la sonrisa y la alegría se vive plenamente, sin censuras.
La pregunta que nos invita a pensar en revisar y re mirar nuestras prácticas sería, ¿qué transformaciones se deben operar en nuestros jardines de infantes para que se transformen en espacios privilegiados de apropiación de conocimientos para la infancia?
Cuando hablamos de prácticas de la enseñanza no podemos desvincularlas del papel que juega en rol docente en ellas y como se vincula.
Freire plantea que el papel del educador es fundamentalmente dialogar sobre situaciones concretas, ofreciéndole simplemente los instrumentos con los cuales él se alfabetiza. Por eso la alfabetización no puede hacerse desde arriba hacia abajo, como una donación o una imposición, sino desde adentro hacia afuera con una simple colaboración del educador. (Freire, 2011)
Desde este enfoque , Ángel Pérez Gómez sostiene que “ la práctica profesional del docente es considerada como una práctica intelectual y autónoma , es un proceso de acción y reflexión cooperativa, de indagación y experimentación donde el profesor/a aprende al enseñar y enseña porque aprende, interviene para facilitar y no imponer o sustituir la comprensión de los alumnos/as, la reconstrucción de su pensamiento intelectual; y al reflexionar sobre su intervención ejerce y desarrolla su propia comprensión”. (Gomez, 1998)
La actividad de la enseñanza en diversos escenarios y contextos, las experiencias prácticas de valor que suceden hoy en los jardines de infantes nos invitan a pensar, dialogar, construir, interpretar las propuestas didácticas, permiten entender visiones de la educación y la enseñanza para favorecer su compleja compresión. Convocan a pensar en los otros y retomar el desafío de enseñar a aprender en contexto.
Es un reconocimiento sagaz de la complejidad, la comunicación pedagógica humana que exige un compromiso tanto emocional cuanto cognitivo, un dialogo genuino que se sustenta en sentimientos recíprocos de interés, confianza, respeto, aprecio, afecto y esperanza de los participantes para pensarnos dentro las instituciones.
Analizar la tarea docente en el nivel inicial desde una perspectiva didáctica enmarcada en los contextos que les dan sentido a las prácticas de enseñanza, dotar de sentido teórico o conceptualizar saberes construidos en la experiencia permiten abrir y a la vez focalizar la mirada a la multidimensionalidad del acto de enseñanza. Cada dimensión de este complejo entramado sostenido desde la amorosidad como un desafío. Éste permite construir y poner en juego un conjunto de virtudes, que incluyen la tolerancia, la paciencia, la apertura, la mesura y la disposición de escuchar, con las que se habilita al otro para que hable. Así pues, la aventura del conocimiento está sometida a combinaciones variables e inciertas, de temporalidades muy diferentes y a la complejidad misma.
A modo de síntesis, podemos decir que en las aulas de nivel inicial coexisten diferentes corrientes de pensamiento, diferentes métodos y pedagogías de una identidad en construcción. Estas características intrínsecas de la vida de las aulas nos desafían a una mirada comprometida, a transitar epistemológicamente la realidad de la complejidad en el conocimiento y por ende, en el currículo escolar, que se constituye en un reto epistémico y pedagógico. Un reto por un lado a reflexionar sobre la tradición educativa y por otro lado una invitación a lo nuevo, integrar, no acumular o excluir, lo nuevo y lo actual a partir de generar cambios en las maneras de concebir y de pensar.
Virginia Gonfiantini la cual plantea que “ solo si comenzamos a pensar a educación, no como la normatividad pedagógica heredada de la Modernidad Clásica asociada al dispositivo de control de la conducta y de la episteme, y comenzamos a pensarla como un sistema alejado del equilibrio cuya única constante sea el devenir caótico con sus nuevas lógicas explicativas( al igual que las lógicas propias del mito, de lo religioso, de lo cosmovisión) desde lo multidimensional, desde lo transdiscipliar, desde el entramado generador de alternativas genuinas y desde la posibilidad de construir y comprender una nueva figura epistémica, solamente desde ahí vamos a poder atisbar otro mañana” (Virginia Gonfiantini, 2020)
En una sociedad tan desigual con características diversas debemos participar en la construcción de un curriculum con las categorías planteadas en el desarrollo de este ensayo como diversidad, inclusión, interculturalidad, género, demandas identitarias y culturales en el contexto educativo del currículum escolar. Y como educadores debemos presentar experiencias significativas dando oportunidad de vivenciar, desde la escuela real, propuestas críticas, liberadoras y transformadoras. Pensar en cómo abordar estos cuestionamientos, problematizar y cuestionar sus bases son los nuevos desafíos que abordamos hoy.
El reconocimiento de su carácter histórico nos lleva a reconocer la heterogeneidad en los modos de vivir la infancia, por eso hablamos de infancias en plural. La lectura de los diferentes textos, libros y autores nos lleva a interrogarnos sobre las condiciones de existencia y reproducción de las infancias, que nos obliga a plantearnos qué tipo de procesos y fenómenos sociales afectan la vida cotidiana de las infancias; de qué modo, en fin, los niños y las niñas se bosquejan en la existencia social en la medida que los consideramos como sujetos de derechos.
Profesora María Soledad Chervo Isola
Profesora de Nivel Inicial – Profesora en Ciencias de la Educación UNR
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |