El buen hijo de la Patria
A 250 año de su nacimiento y a 200 de su muerte, el gobierno nacional, a través del Decreto 2/2020, publicado en el Boletín Oficial el 3 de enero, determinó el 2020 como el “AÑO DEL GENERAL MANUEL BELGRANO”, resaltando su destacada actuación pública en el proceso que condujo a la independencia de nuestro país en el marco de las luchas por la emancipación sudamericana. Dice el decreto: “Que por su probada austeridad y honradez sacrificó sus propios intereses en pos de las necesidades de la Patria, siendo considerado por ello como uno de los ejemplos más destacados de virtud cívica entre los hombres y mujeres que forjaron nuestra Nación”
Manuel Belgrano fue un hombre de la Revolución. Ese no es un detalle menor. En los tiempos coloniales, los habitantes de Buenos Aires contaron con dos niveles diferenciados de identidad: la estrictamente local –que comprendía la ciudad de Buenos Aires -puerto y sus alrededores– y la de mayor alcance, la hispanoamericana. La identidad local de “patria” o Patria Chica está presente en estas afirmaciones de Esteban Echeverría, figura clave de la generación de 1837, en su Dogma Socialista (1846): “La patria para el correntino, es Corrientes; para el cordobés, Córdoba… para el gaucho, el pago en que nació. La vida e intereses comunes que envuelve el sentimiento nacional de la patria es una abstracción incomprensible para ellos, y no pueden ver la unidad de la república simbolizada en su nombre”. Si tomamos en cuenta esta afirmación de Echeverría, el concepto de “patria” que nace en mayo de 1810 no era equivalente al conjunto del territorio de la República Argentina (ya que hasta 1860 no puede hablarse de Estado Nacional Argentino), tampoco lo representaba el espacio del ex Virreinato del Río de la Plata ya que sufrió un proceso de fragmentación política propiciando que emergieran mini-estados provinciales con pretensiones autonómicas.
La identidad de mayor alcance o Patria Grande se puede observar en la letra del Himno Nacional Argentino. Compuesto por el porteño Vicente López y Planes con música del catalán Blas Parera oficializado el 11 de mayo de 1813 por la Asamblea del Año 13 como Marcha Patriótica.
ESTROFA 4
¿No los veis sobre México y Quito
arrojarse con saña tenaz?
¿Y cuál lloran, bañados en sangre
Potosí, Cochabamba y La Paz?
¿No los veis sobre el triste Caracas
luto, y llanto, y muerte esparcir?
ESTROFA 7
San José, San Lorenzo, Suipacha,
ambas Piedras, Salta y Tucumán,
la colonia y las mismas murallas
del tirano en la banda Oriental.
ESTROFA 6
Buenos Aires se pone a la frente
de los pueblos de la ínclita unión.
Y con brazos robustos desgarran
al ibérico altivo león.
Así podemos observar que en estas estrofas aparecen mencionadas localidades como México, Quito, Potosí, Cochabamba, La Paz, Caracas, La Colonia; y regiones como la Banda Oriental, que no pertenecen actualmente a la República Argentina, pero tienen en común su pasado como colonias hispanoamericanas. A su vez, esa mención convive con la referencia tanto a sitios del territorio nacional, como San José, San Lorenzo, Suipacha, ambas Piedras, Salta y Tucumán, como a las Provincias Unidas del Sud, entidad de la cual Buenos Aires pretendió ser la cabeza rectora, como lo había sido del Virreinato del Río de la Plata entre los años 1776 a 1810. Esta convivencia de identidades en el papel refleja dos nociones diferentes de patria. Por un lado, la vinculada a Buenos Aires y el territorio que las autoridades porteñas podían llegar a controlar en su pretensión de restaurar la autoridad centralizada del ex Virreinato rioplatense; y por el otro, la más amplia, vinculada a la identidad hispanoamericana.
Otro indicio del concepto de patria vinculado a la identidad hispanoamericana es la coincidencia de los colores elegidos por Manuel Belgrano en 1812 para crear la Bandera y la Escarapela del nuevo gobierno con epicentro en la ex capital del Virreinato del Río de la Plata, los escogidos por French y Beruti para repartir entre los vecinos porteños ese lluvioso 25 de mayo de 1810, y los tomados por varias naciones hispanoamericanas, entre ellas Uruguay, Nicaragua, Guatemala y Honduras.
Así es posible advertir que el concepto de “patria” no era unívoco, sino que reconocía un alcance local y otro regional hispanoamericano. Pero, ¿cuál era el de Manuel Belgrano? Lo podemos ver en los tres ítems siguientes:
a.-"No busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de La Patria”. (Carta de Belgrano a Feliciano Chiclana luego de la Batalla de Salta en 1813)
Aquí es clara la idea de Patria, es una construcción que debe sostenerse en la unión de los pueblos americanos con un pasado común que buscan la independencia política y el desarrollo económico-social de sus pueblos. Belgrano piensa, al igual que Bolívar y San Martín, en la PATRIA GRANDE. La carta a Chiclana está redactada en un contexto de triunfo de las armas patriotas no sobre otros americanos, sino sobre hombres (americanos y españoles) que defienden la causa del Absolutismo Monárquico (realistas/godos) contra la idea libertaria de los patriotas.
b.- “Mucho me falta para ser un verdadero padre de la Patria; me contentaría con ser un buen hijo de ella.”. (Palabras que le dirigió José de San Martín durante su único encuentro en la provincia de Salta el 29 de enero de 1814)
La “Posta de Yatasto” (nombrado como posible lugar de aquel encuentro) era una finca, o más exactamente como su nombre lo indica, una antigua “posta”, situada cerca de San José de Metán, en la provincia de Salta y es conocida por las reuniones que allí se realizaron, principalmente entre quienes se sucedieron en el mando de dicho Ejército (Pueyrredón/Belgrano, Belgrano/San Martín). Está ubicada junto al río Yatasto (de ahí su nombre), y fue construida durante la época colonial entre fines del siglo XVII e inicios del siglo XVIII, para ser utilizada como lugar de reposo de los viajeros y para la remuda de las cabalgaduras de los vehículos que hasta allí llegaban en viaje hacia otros destinos. https://elarcondelahistoria.com/la-posta-de-yatasto-1812/
Belgrano le escribió a San Martín en la Navidad de 1813: “Soy solo, esto es hablar con claridad y confianza; no tengo, ni he tenido quien me ayude y he andado los países en que he hecho la guerra, como un descubridor, pero no acompañado de hombres que tengan iguales sentimientos a los míos (…). Espero en V. un compañero que me ilustre, que me ayude y quien conozca en mí la sencillez de mi trato y la pureza de mis intenciones, que Dios sabe no se dirigen ni se han dirigido más que al bien general de la Patria y sacar a nuestros paisanos de la esclavitud”. El 11 de enero llegó San Martín a Tucumán y partió a Salta, a pedido de Belgrano, adonde llegó el 19. En algún punto de Salta se encontraron a fines de enero de 1814 ambos generales. Compartieron sus miradas sobre la etapa de la revolución en marcha y seguramente el concepto de Patria Grande que ambos sostenían.
c.- Ay, Patria Mía (en su lecho de muerte en 1820)
La noche del 19 de junio de 1820, la última de Manuel en este mundo, fue agitada y a las 7 de la mañana del 20 de junio de 1820, sin que nadie lo notara, moría Manuel Belgrano. Alcanzó a decir unas últimas palabras: “Yo espero que los buenos ciudadanos de esta tierra trabajarán para remediar sus desgracias. Ay, Patria mía”. https://www.elhistoriador.com.ar/la-muerte-de-belgrano-no-fue-noticia-por-felipe-pigna/
Para el general Belgrano, no había otra Patria más que la Patria grande, y no había mejor manera de querer, cuidar y defender esa patria que formando un sólido mercado interno, condición necesaria para una equitativa distribución de la riqueza: “El amor a la patria y nuestras obligaciones exigen de nosotros que dirijamos nuestros cuidados y erogaciones a los objetos importantes de la agricultura e industria por medio del comercio interno para enriquecerse, enriqueciendo a la patria porque mal puede ésta salir del estado de miseria si no se da valor a los objetos de cambio y por consiguiente, lejos de hablar de utilidades, no sólo ven sus capitales perdidos, sino aun el jornal que les corresponde. Sólo el comercio interno es capaz de proporcionar ese valor a los predichos objetos, aumentando los capitales y con ellos el fondo de la Nación, porque buscando y facilitando los medios de darles consumo, los mantiene en un precio ventajoso, así para el creador como para el consumidor, de que resulta el aumento de los trabajos útiles, en seguida la abundancia, la comodidad y la población como una consecuencia forzosa.” En Memoria al Consulado 1802 presentó todo un alegato industrialista: “Todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño en conseguir, no sólo darles nueva forma, sino aun atraer las del extranjero para ejecutar lo mismo. Y después venderlas.” Enhttps://www.elhistoriador.com.ar/manuel-belgrano-por-felipe-pigna/
Propuesta pedagógica
- En su autobiografía, Manuel Belgrano aseguraba: “Pasa un año, y he ahí que sin que nosotros hubiésemos trabajado para ser independientes, Dios mismo nos presenta la ocasión con los sucesos de 1808 en España y en Bayona. En efecto, avívanse entonces las ideas de libertad e independencia en América y los americanos empiezan por primera vez a hablar con franqueza de sus derechos.” ¿Cuánto pesan, para Belgrano, las circunstancias y la coyuntura para los hechos históricos? ¿Qué hecho libertario o revolucionario les parece que nos permite esta nueva coyuntura signada por el aislamiento social obligatorio?
- Leer con mucha atención la siguiente frase del historiador Gabriel Di Meglio: Esto no quiere decir, claro, que tengamos que dejar de estudiar la historia europea (como alguna vez escuché), sin la cual esta región es incomprensible, o la de otros espacios del mundo que también necesitamos para crear contextos y entablar comparaciones. Pero sí es importante no aplanar la historia general y rescatar las especificidades sin por eso construir falsos excepcionalismos. Hubo momentos en que casi todo el continente siguió patrones comunes, como pasó con las omnipresentes repúblicas oligárquicas y agroexportadoras de fines del siglo XIX o con las abundantes dictaduras militares de los años 60 y 70 del siglo XX; pero al enfocar más cuidadosamente en cada caso resaltan las diferencias con los demás. https://www.telam.com.ar/notas/201407/70736-patria-grande-patria-chica.php ¿Por qué creen que por momentos, Latinoamérica siguió patrones comunes? ¿tendrá algo que ver la idea de “patria grande”?
- Leer con mucha atención la siguiente frase de juan Bautista Alberdi Todos los argentinos son unos en nuestro corazón, sean cuales fueren su nacimiento, su color, su condición, su escarapela, su edad, su profesión, su clase. Nosotros no conocemos más que una sola facción, la patria, más que un solo color, el de Mayo, más que una sola época, los treinta años de revolución republicana. Desde la altura de estos supremos datos, nosotros no sabemos qué son unitarios y federales, colorados y celestes, plebeyos y decentes, viejos y jóvenes, porteños y provincianos, año 10 y año 20, año 24 y año 30; divisiones mezquinas que vemos desaparecer como el humo delante de las tres grandes unidades del pueblo, de la bandera y de la historia de los argentinos. No tenemos más regla para liquidar el valor de los tiempos, de los hombres y de los hechos, que la magnitud de los monumentos que nos han dejado. Es nuestra regla en esto como en todo; a cada época, a cada hombre, a cada suceso, según su capacidad; a cada capacidad, según sus obras. En Esteban Echeverría, Dogma socialista y otras páginas políticas, Buenos Aires, Estrada, 1948, págs. 177 y sigs. En Chiaramonte, José Carlos. ¿Qué diferencias sobre el concepto de patria plantea Alberdi con respecto a las ideas del general Belgrano?
- Bernardo de Monteagudo, en un escrito de 1811: “Todos aman su patria, y muy pocos tienen patriotismo: el amor a la patria es un sentimiento natural, el patriotismo es una virtud: aquel procede de la inclinación al suelo donde nacemos, y recibimos las primeras impresiones de la luz, y el patriotismo es un hábito producido por la combinación de muchas virtudes, que derivan de la justicia. Para amar a la patria basta ser hombre, para ser patriota es preciso ser ciudadano, quiero decir, tener las virtudes de tal […] El que no tenga un verdadero espíritu de filantropía o interés por la causa santa de la humanidad, el que mire su conveniencia personal como la primera ley de sus deberes, el que no sea constante en el trabajo, el que no tenga esa virtuosa ambición de la gloria, dulce recompensa de las almas grandes, no puede ser patriota, y si usurpa este renombre es un sacrílego profanador. […] ¡Oh momento suspirado! Las almas sensibles te desean, y se preparan a sufrir toda privación, todo contraste por tener la gloria de redimir la humanidad oprimida: los patriotas de corazón han jurado no acordarse de sí mismos, ni volver al seno del descanso hasta afianzar en las manos de la patria el cetro de oro, y ver espirar al último tirano, a manos del último de los esclavos, para que no queden en nuestro hemisferio sino hombres libres y justos. ¿Con qué valores está vinculada la palabra patria para Monteagudo?
- La siguiente es una entrevista a la historiadora Noemí Goldman sobre el concepto pueblo:https://www.youtube.com/watch?v=1_Wmng1PluE&feature=youtu.be
- “El sexo femenino, sexo en este país, desgraciado, expuesto a la miseria y desnudez, a los horrores del hambre y estragos de las enfermedades que de ella se originan, expuesto a la prostitución, de donde resultan tantos males a la sociedad, tanto por servir de impedimento al matrimonio, como por los funestos efectos con que castiga la naturaleza este vicio, expuesto a tener que andar mendigando de puerta en puerta un pedazo de pan para su sustento.” Manuel Belgrano, en su segunda Memoria al Real Consulado de Buenos Aires, citado en Aníbal Jorge Luzuriaga, Manuel Belgrano. Estadista y prócer de la independencia argentina, Universidad de Morón, Buenos Aires, 2004 ¿Cuáles son los males o problemáticas que el género femenino afronta en el siglo XXI?
- Belgrano tenía la paciencia del organizador, que prepara los elementos del triunfo; la intrepidez en el ataque; la firmeza en el combate y la constancia en la derrota; pero carecía de la ardiente inspiración del campo de batalla. Este contraste, más severo que el de Vilcapugio, fue debido en gran parte a la ciega confianza de Belgrano antes de la batalla, y a sus errores en el curso de ella; aunque entró por mucho la superioridad de las aguerridas tropas españolas, con mejores jefes y oficiales que los del ejército argentino, y sobre todo, la superioridad inmensa de su artillería. El cargo más serio que puede hacerse a Belgrano es no haberse sabido aprovechar de las faltas de su contrario, atacándolo en la bajada de la cuesta; y después no haber tomado ninguna disposición acertada para neutralizar las maniobras que dieron por resultado la derrota. Así, razón tenía hasta cierto punto Pezuela, al colocar los soldados argentinos más arriba de su general cuando decía: 'Las tropas de Buenos Aires presentadas en Vilcapugio y Ayohuma, es menester confesar que tienen una disciplina, una instrucción y un aire y despejo natural como si fueran francesas; pero si alguna vez volvieran a formar ejército con ellas, como sean mandadas por Belgrano y Díaz Vélez, serán sacrificadas por pocas. Estos dos caudillos no supieron hacer el menor movimiento, cuando obligándolos yo a variar su primera posición, marchando con el ejército sobre su flanco derecho, ellos que me esperaban por su frente no dieron disposición de tomar las alturas, por donde era conocida mi dirección, no hicieron otra cosa que darme su frente y hacer subir una nube de indios a una montaña de su espalda, que yo no necesitaba tomar'. El general Paz, no menos severo que Pezuela, señala estas mismas faltas; pero al mismo tiempo las explica diciendo: 'Es preciso considerar que estábamos en el aprendizaje de la guerra, y que así como era, el general Belgrano era el mejor general que tenía entonces la República. Estaba también falto de jefes, pues los mejores por varios motivos estaban ausentes: no tenía un solo hombre a quien pudiera deber un consejo, ni una advertencia: estaba solo, y solo llevaba todo el peso del ejército'. Pero si en la batalla pudo padecer la fama del general, mostrándose inferior al vencedor de Salta: en la retirada vuelve a aparecer el héroe de alma grande, el patriota de fe incontrastable, que no se rinde bajo los golpes del infortunio, y que continúa imponiendo al enemigo y y domina a los suyos, por su tenaz resistencia y fortaleza de espíritu. Situado con la bandera en la mano en las asperezas de la montaña, rodeado de las miserables reliquias de su ejército, continuaba contando reunión a los dispersos, en señal de que su general no los abandonaba." En: Bartolomé Mitre, Historia de Belgrano y de la independencia argentina. Buenos Aires, Eudeba, 1964. Muchos afirman que la historia oficial construyó a partir de la historia escrita por Bartolomé Mitre, la figura de nuestros próceres, especialmente la de Manuel Belgrano. ¿Te parece que esta afirmación puede verificarse en el texto?
Bibliografía sugerida
De Certau, M (1985), “La Operación histórica”, en Hacer la Historia, Jacques Le Goff (editor), Editorial Lacia, Barcelona
Goldman, N (2009): ¡El pueblo quiere saber de qué se trata! Historia oculta de la Revolución de Mayo. Buenos Aires, Sudamericana
Gómez Carrasco C. y Miralles Martínez P, (2015) ¿Pensar históricamente o memorizar el pasado? La evaluación de los contenidos históricos en la educación obligatoria en España »,Revista de Estudios Sociales, 52-68.
Hobsbwam E. (1995), Historia del siglo XX. 1914-1991. Barcelona, Crítica
Mitre, B (1964) Historia de Belgrano y de la independencia argentina. EUDEBA, Buenos Aires
Ricoeur, P (2003), “La intencionalidad histórica”, en Tiempo y Narración, Tomo I, Editorial Siglo Veintiuno, México.
Luzuriaga, A. (2004) Manuel Belgrano. Estadista y prócer de la independencia argentina, Universidad de Morón, Buenos Aires
Autor/es: | VIETTO, GREGORIO ESTANISLAO |