“DÍA INTERNACIONAL DE LA EDUCACIÓN NO SEXISTA»
“… Para alcanzar una enseñanza realmente coeducativa hay que partir no sólo de la igualdad de los individuos, sino también de la integración de los modelos genéricos…”
Marina Subirats
Introducción
Durante el año 1989 la Red de Educación Popular Entre Mujeres (REPEM), reunida en Paraguay, declara el 21 de junio como Día Internacional de la Educación No Sexista. Esta fecha pone la lupa en la reflexión de prácticas educativas que permitan construir relaciones de respeto, igualdad y cooperación entre las personas sin estereotipos, prejuicios e inequidades de género.
La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de discriminación de la Mujer (CEDAW) de 1979, la Tercera Conferencia Mundial sobre la Mujer (Nairobi-1985) que consideró a la educación como la base para la mejora de la condición jurídica y social de la mujer y la Conferencia Mundial sobre Educación para todos (Jomtiem-1990) que planteó priorizar de manera urgente el acceso de niñas y mujeres a la educación libre de estereotipos de género, condensan un largo recorrido de reivindicaciones de los movimientos de mujeres que aún hoy sigue en marcha, siendo el Ni Una Menos una de sus expresiones más cercanas.
Las transformaciones sociales de las últimas décadas, así como el reconocimiento de los derechos humanos de las mujeres y la inclusión de la equidad de género en la agenda nacional e internacional, permiten acompañar cambios en el devenir de los sistemas educativos que históricamente han estado permeados no sólo por el sexismo, sino también por el androcentrismo.
Es importante aclarar que con el concepto de sexismo se hace referencia a una forma de discriminación que utiliza al sexo como criterio de atribución de capacidades, valoraciones y significados creados en la vida social. El sexismo es una construcción multidimensional conformada por prácticas, simbolismos, estereotipos, lenguaje, relaciones de poder entre las personas, en donde se establece el dominio de “lo masculino” y el menosprecio de “lo femenino” (Correa, 2012). De este modo, el sexismo forma parte de una organización social donde se supone un “sexo” superior a otros, manifestándose en discursos y prácticas discriminatorias hacia las mujeres y el colectivo de la diversidad sexual.
A su vez, el androcentrismo considera al ser humano de sexo masculino, blanco, adulto, occidental como el centro del universo, como la medida de todas las cosas, como el único observador y protagonista válido de cuanto sucede en nuestro mundo, como el único capaz de dictar leyes, de imponer la justicia, de gobernar el mundo, de ser dueño de la ciencia, la técnica y los medios de producción (Moreno Sardá, 1986). El sexismo sería una precondición del androcentrismo” (Contreras, 2011).
El sexismo y el androcentrismo permean las distintas significaciones de las feminidades, las masculinidades, las disidencias sexuales y sus relaciones, e impactan en la adjudicación y valoración desigual que desde la educación se hace de las cualidades y actividades del estudiantado a partir de la diferencia sexual.
Los postulados de la educación no sexista nos permiten problematizar las significaciones de género que circulan en las relaciones pedagógicas, los diseños curriculares, los modos de organización y funcionamiento institucionales, las formas de relacionamiento con las familias y la comunidad.
En este sentido, la inclusión de este día dentro del calendario escolar constituye una oportunidad para abordar contenidos de la Educación Sexual Integral enmarcados en la Ley Nº 26.150 que establece como uno de sus objetivos “propiciar la igualdad de trato y oportunidades para mujeres y varones”.
Si el sexismo en la educación reproduce y refuerza los roles femeninos y masculinos, haciendo aparecer como “natural” relaciones de poder jerárquicas e inequitativas entre las personas; esta efeméride nos brinda la ocasión para indagar en qué medida las instituciones escolares ya no reproducen esos estereotipos de género y ni naturalizan las desigualdades.
ACCIÓN FORMATIVA Nº 32.
21 de Junio “Día Internacional de la Educación No Sexista”
¿Por qué promover una educación no sexista?
Los procesos de socialización sostenidos desde la escuela contribuyen de manera significativa a la adquisición y el desarrollo de hábitos sociales, formas de relación, creencias, valorizaciones y construcción de la autoestima. En este sentido, los procesos de socialización de género interpelan en términos subjetivos, condicionando las conductas de acuerdo a lo “esperable o deseable” socialmente en un momento histórico determinado.
Las instituciones educativas son espacios que contribuyen en la producción de subjetividades e identidades, mediante procesos complejos, plurales y permanentes. Los mismos están inscriptos en lenguajes, teorías pedagógicas, normativas, lineamientos curriculares, y también en las prácticas diarias y cotidianas; a través de rituales, acciones y códigos que se van naturalizando.
Entre las divisiones que se instituyen en la escuela, la que aparece como más natural es la que refiere a sujetos masculinos y femeninos. Cada cultura, en cada momento histórico, define de modo particular y propio las formas que considera adecuadas y legítimas para la masculinidad y la feminidad. De este modo, clasifica, regula, aprueba o desaprueba prácticas e identidades sexuales.
Ha sido demostrado que la escuela no es neutra en la transmisión de las desigualdades de género y diversidad sexual, especialmente en relación con aquellos aspectos del aprendizaje escolar que no son oficiales o aquellas consecuencias de la forma en que la enseñanza y el aprendizaje están organizados y se realizan. En este sentido se hace referencia a las normas, costumbres y rutinas escolares; así como también a las expectativas docentes, las estructuras del conocimiento que están implícitas en las técnicas de enseñanza y las obligaciones que se derivan de la arquitectura de los edificios escolares (Vilamajó, 2006).
En este sentido resulta relevante pensar en la significatividad y el impacto que tienen los juegos y juguetes, la literatura y el lenguaje en la conformación de la subjetividad y en la construcción de las identidades desde la primera infancia.
Las siguientes escenas y situaciones nos posibilitan visibilizar el lugar fundamental que tiene la educación formal en los procesos de socialización y subjetivación de género y reflexionar acerca de rupturas y continuidades:
“En los problemas de matemática, las mujeres y las niñas van casi siempre al supermercado, o calculan la cantidad de ingredientes para realizar una torta; mientras que los varones hacen cálculos sobre el edificio que construyen o van al autódromo a correr carreras”.
“A los niños se les permite ocupar el espacio central de los patios, la cancha de fútbol y correr invadiendo el espacio que las niñas podrían utilizar en los recreos, interrumpiendo así sus juegos.”
“Históricamente a las niñas y mujeres se las ha vinculado con carreras humanistas, de salud y cuidado de otros/as, mientras que a los niños y varones con carreras de ingeniería o matemática”.
“Una niña puede representar a un varón para un acto escolar, pero a nadie se le ocurriría que un varón represente a una niña.”
“Los varones reclaman ser nombrados si un día saludamos con un “buen día chicas” pero no nos sorprende que las niñas no lo hagan.”
Quizás aún sea oportuno preguntarse ¿Cuánta vigencia tienen las investigaciones que en las últimas décadas del siglo pasado daban visibilidad a las diferentes expectativas sobre los aprendizajes y los comportamientos y asociaban la inteligencia y el alboroto con los niños y el esfuerzo personal y el buen comportamiento con las niñas? ¿cuánto pervive del discurso naturalizador que sostiene que de las diferencias biológicas devienen las desigualdades entre varones y mujeres? ¿cuánto siguen impactando estas desigualdades de género en las trayectorias educativas, las elecciones profesionales y las posibilidades de inserción y desarrollo laboral?
El enfoque integral de la ESI considera que las expectativas, roles, mandatos sociales y culturales que las distintas sociedades construyen para las personas, resultan de interacciones que se van dando en las instituciones que habitamos. En este sentido, la escuela es un espacio propicio para abordar las inequidades basadas en el género.
La perspectiva de género nos posibilita problematizar las diferentes significaciones sobre las mujeres y los varones y sus relaciones en la vida escolar, aun cuando esto aparezca de manera implícita o solapada. Por ello, es fundamental visibilizar la vigencia de pensamientos, valores y actitudes sexistas y discriminatorios que todavía perviven en las instituciones educativas.
La propuesta de la ESI invita a revisar las prácticas diarias de la educación, en particular aquellas que refuerzan estereotipos de género, naturalizan rituales y hábitos anquilosados, con el objetivo de poder ofrecer herramientas teóricas que favorezcan la reflexión, y la deconstrucción proponiendo una educación más participativa e igualitaria en cuestiones de género y diversidad sexual.
¿Cómo abordar esta temática en la Educación Inicial?
Una puerta de entrada para trabajar en pos de una educación no sexista es preguntarnos por el universo lúdico de las infancias:
¿Los niños juegan con muñecas y cocinas? ¿Las niñas juegan con herramientas y pelotas? ¿Seguimos los que nos dicta el consumo o nos atrevemos a explorar nuevos caminos? ¿Ofrecemos juegos y lecturas abiertos y creativos para que tanto niños como niñas puedan elegir libremente jugar a ser distintos personajes o nosotras/os les determinamos los roles, los juegos y las lecturas desde una paleta “rosa” y “celeste”?
Estos interrogantes interpelan cada día más las prácticas diarias dentro de las salas y nos desafían a repensar contenidos asociados al juego y a las posibilidades de elegir a qué jugar sin establecer etiquetas, a partir de un abordaje transversal en todos los ámbitos y áreas del conocimiento. De este modo, se trabaja en la igualdad de trato y oportunidades, recogiendo así los principios de respeto por la diversidad y el rechazo por todas las formas de discriminación.
Compartimos con la docencia una propuesta de interacción con las familias respecto al tópico tratado. La misma está pensada como una posibilidad para dar lugar a la expresión de los sentimientos y afectos. Puede ser modificada, mejorada, y se sugiere contextualizarla respecto a los agrupamientos de estudiantes que lideran pedagógicamente.
Propósito:
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Generar instancias de reflexión y problematización del sexismo que se reproduce en el cotidiano de las prácticas educativas a fin de promover una educación que pueda alojar la diversidad y garantizar la igualdad de trato y oportunidades para todas las personas del sistema educativo.
Contenidos:
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La exploración de las posibilidades del juego y de elegir diferentes objetos, materiales e ideas, brindando la igualdad de trato y oportunidades, evitando estereotipos de género.
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El desarrollo de la confianza, la libertad y la seguridad en los niños y niñas para poder expresar sus ideas y opiniones y formular preguntas que puedan inquietarlo.
Actividades sugeridas:
1. Les proponemos ver en familia el siguiente video:
¿A qué juega Zamba?, disponible en: https://www.youtube.com/watch?list=PLimL5CznNeCDWlbQ6T3-tlUhxYzdJW2Dl&time_continue=1&v=_M2KO5BeBG
Allí, se desarrolla un juego de preguntas y respuestas. Se puede pausar el video a medida que se realizan las preguntas y adivinar también entre quienes lo estén mirando.
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A vos: ¿a qué te gusta jugar?, ¿cuáles son tus juguetes preferidos?, ¿de qué te gusta/gustaría disfrazarte?
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Las personas adultas también nos pueden contar: ¿a qué jugaban cuando eran chicas?, ¿con qué juguetes?, ¿con quiénes?, ¿siguen jugando de grande?
2.¡Jugamos en Familia!
Primer momento:
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Invitamos a observar las imágenes del siguiente link: Imagen 1 A.jpg, Imagen 2 B.jpg realizando una lectura de las mismas: ¿qué está haciendo la niña?, ¿cómo está vestida?. ¿A qué estará jugando el niño?, ¿por qué estará vestido así? Imaginemos: ¿qué es lo que más les gusta hacer?
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Inventamos una historia colectiva…. Empieza un/a integrante de la familia y luego continúan por turnos los/as otros/as. Al terminar de narrar, se puede escribir y dibujar la historia entre todas y todos.
Segundo momento:
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Preguntar a los/as niños/as: ¿a qué te gusta jugar?, ¿de qué te gusta/gustaría disfrazarte?, ¿cuáles son tus juguetes preferidos?
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Las personas adultas también nos pueden contar: ¿a qué jugaban cuando eran chicas?, ¿con qué juguetes?, ¿con quiénes?, ¿siguen jugando de grande? Podemos compartir por llamada con un/a familiar (abuelas/os, tías/os, primas/os grandes)
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Podrán elegir/inventar un juego y jugar juntos/as. (Puede ser cualquier juego que deseen, la escondida, la rayuela, la mancha o popa, juegos de mesas, etc.)
3. Actividades del Cuaderno de Educación Sexual Integral para la Educación Inicial:
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¿Jugamos a qué somos…? (Páginas 59-60)
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¡A ordenar los juguetes! (Páginas 61-62)
Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/cuaderno-esi-inicial.pdf
Recursos para la docencia:
Compartimos audiovisuales destinados a la docencia, como aportes para ampliar conocimientos y formas de abordar este eje.
Éranse muchas veces. Jugar, contar, crecer.
Bibliografía consultada
Alonso, Graciela (2007) Espacios escolares y relaciones de género. En Korol, C. (comp) Hacia una pedagogia feminista. Colectivo América Libre.
Contreras, Graciela (2007) Sexismo en educación. En Gamba (coord.) Diccionario de Estudios de Género y feminismos, Buenos Aires, Biblos.
Contreras, Graciela (2011). Sexismo en la educación. Observatorio de equidad y género. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Correa Echeverría, Cecilia (2012) ABC de Género. Buenos Aires, Acercándonos Editorial.
Equipo Provincial de ESI (2019). Ministerio de Educación. Provincia de Santa Fe. Aula Abierta De ESI se Habla.
Moreno Sardá, Amparo (1986). El arquetipo Viril protagonista de la Historia. Ejercicios de Lectura no androcéntrica. Barcelona, España: Ediciones La Sal. Disponible en:
https://tallergeneroycomunicacionccc.files.wordpress.com/2011/04/amparo-moreno.pdf
Vilamajó, Alicia (2006) Las representaciones sociales de género en los discursos y las prácticas de las maestras y las madres en los primeros años de educación formal. Tesina de maestría en Poder y Sociedad desde la problemática del Género. Fhya. UNR. Disponible en:https://rephip.unr.edu.ar/handle/2133/2778/discover?filtertype=subject&filter_relational_operator=equals&filter=Problem%C3%A1tica+de+g%C3%A9nero
Autor/es: | CANDIDO, MARIA CLAUDIA |