Aportar e irradiar cultura a pesar del distanciamiento social.
Desde el Plan Nacional de Lecturas Santa Fe compartimos una experiencia de lectura y escritura que nos convidaran desde la Biblioteca Popular Roberto Fontanarrosa de la ciudad de Rosario.
Saludamos a esta Biblioteca Popular en su 22° aniversario y agradecemos sus aportes.
Crónicas del encierro.
“…en cierta literatura, las pestes, las epidemias y las pandemias crean también escenarios de cofradía y de amor, pequeñas políticas que afloran cuando alrededor todo es bruma, parece desmoronarse y los individuos deambulan sin ton ni son”. SKLIAR, Carlos (2020)
Estamos en la ciudad de Rosario, abril de 2020, y se ha decretado el aislamiento social obligatorio, extrañamos el compartir con los otros lo cotidiano. Hay una necesidad, un deseo, un derecho psicológico, físico, humano de estar en comunicación con otros seres humanos por fuera de la familia.
Somos sujetos sociales, nos constituimos como tales en la relación con los otros, con el nosotros.
La Biblioteca Popular Roberto Fontanarrosa como institución cultural complementa el proceso de educación de la comunidad por lo tanto no puede cesar su actividad sino arbitrar los medios que le permitan continuar aportando e irradiando cultura a pesar del distanciamiento. Pero, ¿cómo hacerlo?
Entonces surge la idea de lanzar por las redes sociales de la Biblioteca, una convocatoria, “Crónicas del encierro”, que nos acerque, que nos haga sentir que podemos seguir estando con la gente, leyendo, escribiendo, que sea un registro particular y único de un momento impredecible de la historia de esta ciudad, del mundo. O como dice Carlos Skliar en su libro “Mientras respiramos (en la incertidumbre):
“La vida como una artesanía narrativa. Los que cuentan historias como artesanos de un mundo quizá mejor, o más amplio, o más largo, o más hondo, o más duradero, o más remoto y, por ello mismo, tan parecido a la memoria singular y colectiva”
“Contar sobre las penas que nos acechan, sobre las lecturas que hacemos; contar…sobre los pasos dados, pequeños o extensos; contar las veces en que fuimos y no fuimos a un lugar determinado; contar las decisiones e indecisiones; contar el tiempo en que nos hemos quedado absortos mirando a un hombre o una mujer, a un niño o a un anciano, y las cosas que hacían o dejaban de hacer; contar con la verticalidad de un reloj de arena y la intensidad de un reloj de sol; contar la espesura de lo fino y la delgadez de lo sólido; contar en voz alta para quizá despertar otros cuentos; contar el silencio, para recibir el cuento; contar lo incontable, para que pueda ser contado; contar con otros y contar con alguien, sentir ese sostén del relato sin el cual el lenguaje y la vida-y el mundo- se caerían abruptamente de las manos…No hay tópicos determinados en la narración, no existe ningún canon que pueda prefabricarse o, en todo caso, la narración expuesta en el mundo a través de las voces de las vidas resulta ser interminable, inagotable, inextinguible” (Skliar, 2020)
Y llegó la respuesta, surgieron los artesanos de la palabra, los creadores de las historias, los que enviaron sus escritos contando hasta lo incontable, pero que ahora querían compartir y estar más cerca. Emergió el deseo de ser parte de un nosotros. Adultos y niños, mediados por la tecnología, se hicieron presentes.
Pero los textos eran muchos, se nos ocurrió entonces que podríamos reunirlos en un libro. Así fue que “las crónicas del encierro” se convirtieron en uno; en una producción colectiva, una creación de múltiples autores, que todavía no se conocen personalmente pero, que coincidieron en un trabajo común que demuestra la necesidad humana de comunicar-nos, de encontrar-nos en los momentos difíciles, para apoyarnos mutuamente y superar la soledad y las dificultades.
Un libro que dejará para el futuro testimonios de un tiempo diferente que logró convocarnos y unirnos.
Prof. Albina Carignan
Bibliografía:
SKLIAR, Carlos (2020). Mientras respiramos (en la incertidumbre),CABA, ed. Noveduc.
Autor/es: | ALVIRA, ADRIANA AMELIA |