San Martín y la libertad como dimensión colectiva.
Ni el adolescente estudioso encauzado a la vida militar
Tampoco el hombre…
líder,
valiente,
libre de cuerpo y alma.
Padre de su hija y de la Patria.
El imaginario colectivo y la representación acerca de sus ideales y su vida tiñen los procesos de la historia con nombre propio y procesos de identidad nacional.
Los sinuosos procesos del tiempo dejan entrever otras facetas del memorable José de San Martín, quien desde su posicionamiento invita a dialogar con las inspiraciones del honor, la lealtad, el amor a la verdad, a la libertad y a la Patria.
Ofrecer una pausa para la lectura de los hitos de la historia en el Nivel Superior es una buena ocasión para reflexionar sobre las tradiciones, los marcos interpretativos, el sentido curricular del contenido y el posicionamiento político pedagógico adecuado al colectivo del nivel.
La Subsecretaría de Educación Superior invita a conmemorar desde el diálogo lector-escritor acerca de este 17 de agosto, junto a algunas convicciones que nos siguen interrogando. Se agradece la gentileza académica del Prof. Sebastián Merayo. Becario del Conicet en el Instituto de Investigaciones Socio Históricas Regionales. Docente en el ISP N° 62 y en la EEMPA N° 1306 Roberto Fontanarrosa de la ciudad de Rosario.
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg. Patricia Moscato.
San Martín y la libertad como dimensión colectiva.
Por Sebastián Nicolás Merayo[1]
Desde la aparición del libro de Bartolomé Mitre, Historia de San Martín y la Emancipación Sudamericana (1887), en adelante, la sociedad ha ido construyendo distintos imaginarios en torno a la figura de José de San Marín. No vamos a hacer aquí un balance puntual de ello, solo diremos que tales representaciones han estado condicionadas por diversos escenarios y debates. En la actualidad, podemos afirmar que el ideario sanmartiniano se funda una suerte de consenso histórico a partir de sus acciones político-militares que, junto a Simón Bolívar, los ubican como las personalidades más determinantes en las luchas por las independencias de las colonias sudamericanas.
En el Facundo (1845) Sarmiento, presentaba a San Martín como un general educado en Europa bajo las reglas de la ciencia, sobre todo disciplinado, que, a diferencia de Bolívar, no podía ser visto como un caudillo popular o alguien que encabezara montoneras. Sus reglas, pertenecían a las leyes de la razón. ¿Era ello realmente así? ¿Por qué Sarmiento encontraba en Bolívar y no en San Martín un perfil verdaderamente americanista?
La figura del Libertador o el Padre de la Patria pereciera escurrirse a lo largo de la historia en una especie de mito legitimador que se desliza en diversos debates planteados en las permanentes encrucijadas del debate nacional y latinoamericano. Su apelación ha venido acompañada de un ímpetu por hallar en San Martín un personaje sin fisuras. Así, podremos comprender qué San Martín construyó la historia liberal de Mitre en sus ideas de organización nacional; o entender cómo un escritor de la talla de Ricardo Rojas acudió a la figura del Santo de la Espada; o la centralidad que el Revisionismo Histórico le otorgó a San Martín en su relato de lo nacional, lo mismo que el peronismo en las conmemoraciones por el centenario de su muerte en el año 1950; también podríamos agregar la incorporación de San Martín en la simbología de las izquierdas en los años ’70 y la reivindicación por su lucha antimperialista; entre otros. Son solo algunos de los imaginarios construidos alrededor del prócer.
La enseñanza en las escuelas tampoco escapa a estas formas de tratar su trayectoria y sus itinerarios. El relato historiográfico ha logrado impregnarse en los diseños curriculares y allí se representa, a lo largo de nuestras biografías escolares, un San Martín que pasa del niño nacido en Yapeyú al héroe de bronce, indiscutible, despojado de cualquier ideología y armado de clichés que solo se relacionan con alguna arenga militar, algún intercambio epistolar o las máximas a Merceditas. Esta idea del Padre fundador, nos presenta una vida armoniosa en etapas que hoy podríamos citar de memoria. Del joven militar formado en España al observador de los sucesos europeos y de allí, al personaje que solo pareciera hablar a través de hechos: batallas memorables, San Lorenzo, la gesta del cruce los Andes, su rol en los debates sobre la independencia, su posición frente a los debates internos, su mirada continental, el Protectorado del Perú, su relación con Simón Bolívar, Guayaquil, el intercambio con Juan Manuel de Rosas, el sable, etc., son algunos de aquellos “lugares comunes” en donde hemos aprendido a ubicar al héroe.
Lejos de alcanzar un consenso sobre su imagen, hoy los procesos políticos en Argentina, pero también en América Latina, nos muestran profundas escisiones y un particular retorno del discurso liberal en su faceta agresiva y de convocatoria. El autodenominado discurso libertario, he intentado mostrar una idea de nación en la que vuelven a operar sobre la figura de José de San Martín en sus referencias a la noción de libertad. No solo acuden allí para legitimar en forma pragmática sus intenciones, no es casualidad que la derecha acuda a dicho concepto para crear una idea que les permita sostener el discurso de guerra o de cruzada. No sería la primera vez que en nombre de la Libertad se convoca a la sociedad a participar del ‘fin de la opresión’. Aquí vale detenerse y preguntarse ¿Qué idea de libertad reivindican estos sectores? ¿Qué lugar tuvo el liberalismo en la emancipación de las colonias? ¿Dónde ubicar la idea de Libertad para San Martín?
Norberto Bobbio sostenía que las ideas de izquierda y de derecha encontraban su fundamento en dos tópicos que la modernidad había construido desde la Revolución Francesa. Para la izquierda era la idea de Igualdad el valor fundamental que los convocaba a llevar a cabo profundas transformaciones sociales y políticas. En cambio, para la derecha en su faz, se trataba de encontrar un tipo de libertad que sea homologada a la idea del librecambio y al derecho individual, basado en la protección de la propiedad.
Durante mucho tiempo, se ha instalado la idea de que las revoluciones y las guerras por las independencias de las colonias, fueron propiciadas por un clima de ideas basadas en la herencia de la Ilustración europea. Si bien las luchas por la emancipación en América del Sur están relacionadas a la ruptura que suponen las Revoluciones Burguesas en occidente, debemos aclarar que ello no fue un camino armonioso y unánime. No había una ruta directa hacia una idea de libertad total, más los hechos nos confirman que la consagración de las independencias políticas de Sudamérica, fue un hecho construido sobre la guerra. Tampoco había una idea acerca de qué sistema legítimo de gobierno debía crearse luego de aquellas luchas. Sin embargo, en todas sus manifestaciones, la guerra traía consigo una forma de interpretar los ideales de la ilustración sobre la base social y cultural existentes en América.
La guerra contra España y el rol que ocupó San Martín, se ubica en un punto de conexión y desencuentro entre aquella ruptura revolucionaria y las inmediatas disputas por los sistemas políticos y sociales que se debían crear en América de Sur. Afirmar la soberanía en manos del pueblo como parte del largo proceso libertador, significaba sostener la idea de que la libertad debía ser construida, sostenida y defendida colectivamente. El, “¡Seamos libres que lo demás no importa nada!”, venía a convocar una idea de nación heterogénea que articulara la lucha militar contra el imperio para luego construir política y socialmente aquella emancipación.
La construcción del nuevo orden, no solo parecía lejana, para ello se hacía necesario caminar en la lucha continental, ubicarse en la superficie de los debates internos y luego, marchar bajos nuevos esquemas de gobierno fundados en los principios de libertad e igualdad. ¿Qué libertad? ¿La de quiénes?
En primer término, es la libertad contra el enemigo. Una libertad conseguida bajo el signo de la guerra y en la conciencia de un pueblo que es convocado a esa lucha. Allí aparecía la noción de destino en tanto posibilidad cierta de construcción y de futuro. Ello se traducía en la posibilidad de una libertad que se propusiera marchar hacia un nuevo orden en el que se rompan las cadenas del antiguo régimen colonial. En ese sentido, la esclavitud fue uno de los elementos centrales que ponía al descubierto el sentido del orden colonial y el significado de las luchas por la emancipación.
¿Qué pensaba San Martin sobre la esclavitud?
“Cuando la humanidad ha sido altamente ultrajada y por largo tiempo violados sus derechos, es un grande acto de justicia, si no resarcirlos enteramente, al menos dar los primeros pasos al cumplimiento del más santo de todos los deberes. Una porción numerosa de nuestra especie ha sido hasta hoy mirada como un efecto permutable, y sujeto a los cálculos de un tráfico criminal: los hombres han comprado a los hombres, y no se han avergonzado de degradar la familia a que pertenecen, vendiéndose unos a otros. Las instituciones de los siglos bárbaros apoyadas con el curso de ellos, han establecido el derecho de propiedad en contravención al más augusto que la naturaleza ha concedido. Yo no trato, sin embargo, de atacar de un golpe este antiguo abuso: es preciso que el tiempo mismo que lo ha sancionado lo destruya: pero yo sería responsable a mi conciencia pública y a mis sentimientos privados, si no preparase para lo sucesivo esta piadosa reforma, conciliando por ahora el interés de los propietarios con el voto de la razón y de la naturaleza. (Levene, 1940)
No es nuestra idea forzar la imagen de un San Martín en la talla de nuestro pensamiento. Pero sí discutir sobre los imaginarios sociales que, tanto desde la escuela tradicional como de los medios de comunicación, se ha construido acríticamente. En igual medida, pretendemos debatir con ciertos posicionamientos políticos que en la actualidad vuelven a acudir a San Martín, en tanto héroe del liberalismo.
Desde nuestra interpretación sobre los hechos del pasado, consideramos que luego de la independencia de Chile, se consagran dos aspectos fundamentales en su trayectoria. En primer lugar, la ruptura definitiva con el Directorio. En segundo, el emprendimiento de una revolución entendida en su plano continental. Tras partir de Valparaíso a Perú, su flota y sus ejércitos, se constituyen en una fuerza que solo luchan por los principios de la Revolución Sudamericana, emancipándose de las ataduras locales que ponían freno a tal empresa.
En ese recorrido, el motivo de convocatoria se legitimaba en una idea de Revolución posible. O, mejor dicho, socialmente posible, para comenzar a romper los lazos con régimen que se había consumado sobre la base del genocidio. Aquella ruptura significó un momento de quiebre. A 200 años de su estrategia continental y ante un orden social en el que aún permanecen grandes desigualdades, la sociedad necesita revisitar una y otra vez los pasos de quienes comenzaron el arduo camino de una emancipación colectiva.
Autor: Prof. Sebastián Nicolás Merayo. Profesor de Historia. Graduado en la Universidad Nacional de Rosario. Becario del Conicet en el Instituto de Investigaciones Socio Históricas Regionales. Docente en el ISP N° 62 y en la EEMPA N° 1306 Roberto Fontanarrosa.
Bibliografía
Bobbio, N. (1995) Derecha e Izquierda. Razones y significados de una distinción política. Santillana
Bonilla, H. y Spalding, K. (1972) La Independencia en el Perú: las palabras y los hechos. En La independencia del Perú. IEP Ediciones.
Bragoni, B. (2019) San Martin – Una biografía política del libertador. Editorial Edhasa
Greco de Álvarez, A. (2012) San Martín en el imaginario popular del Siglo XIX. Revista de Historia Americana y Argentina, nº 47, 2012, Mendoza (Argentina) Universidad Nacional de Cuyo.
Levene, R. (1940) Historia de América, Tomo VI, Independencia y organización constitucional, Jackson Editores.
Stefanoni, P. (2021) ¿la rebeldía se volvió de derecha? cómo el antiprogresismo y la anticorrección política están construyendo un nuevo sentido común (y por qué la izquierda debería tomarlos en serio). Editorial Siglo XXI.
Ternavasio, M. (2009) historia de la argentina 1806-1852. Editorial Siglo XXI.
Video en YouTube
Sebastián Merayo: La estrategia continental de San Martín en https://youtu.be/OyihpFRRTJY
[1] Profesor de Historia. Graduado en la Universidad Nacional de Rosario. Becario del Conicet en el Instituto de Investigaciones Socio Históricas Regionales. Docente en el ISP N° 62 y en la EEMPA N° 1306 Roberto Fontanarrosa.
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |