¿Qué es lo especial? ¿Se puede ceñir su significado?
Ingreso a la Escuela especial Nº 2012. Los árboles celebran la Semana del Sordo.
¨ Incluir no es dejar entrar es dar la bienvenida ¨
Mariel Massari
El 9 de agosto se celebra en nuestro país el Día de la Educación Especial. Abrir puertas a las nuevas miradas, al rescate de lo diferente es una invitación a poetizar sobre lo especial a través del valor de la palabra.
Es ella la que empieza a significar el mundo. Somos palabras. Nuestro nombre es una palabra.
Por ellas accedemos a las posibilidades del decir. Y en esa posibilidad se encuentra la vehiculización.
En esta celebración retomamos la importancia de cómo utilizarlas. En el marco de esta modalidad de enseñanza poseen doble peso, connotación en demasía.
Ellas nos habitan y nosotros las habitamos. Comunican, enlazan, expresan. Por esto debemos estar muy atentos, a la intención que subyace y al misterio que las acompaña.
Desde este espacio invitamos a repensar los decires y abrirlos como posibilidad, oportunidad y diálogo no para definir sino para reconstruir.
La Subsecretaría de Educación Superior tiene el gusto de invitar a la reflexión colectiva a través de la producción de la profesora Natalia Cravero del ISP N°8 de la ciudad de Santa Fe.
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg. Patricia Moscato
¿Qué es lo especial?
¿Se puede ceñir su significado?
Por Natalia Cravero.
Imagen de portada: Ingreso a la Escuela especial Nº 2012. Los árboles celebran la Semana del Sordo.
En algún aula de Santa Fe, una maestra dice: “busquen en el diccionario” y un coro de 30 niños protesta, pero se encomienda a la tarea. La humedad amontona los sonidos del lenguaje. La voz áspera llega hasta nuestros días.
Dicen los niños que especial viene de especie (“linda fauna somos”), y que especie, refiere a su vez, a aspecto o apariencia.
Tenemos entonces un grupo de individuos, seres o cosas que comparten una apariencia. ¡Qué tal!
Entonces, pareciera que la apariencia determina la pertenencia a la especie: si el individuo porta anteojos, bastones y lentes; se trataría de la especie ciegos.
Si se ven audífonos e implantes, habría sordos.
Si el individuo, en cambio, se observa “lento”, “abúlico” e “hipotónico”; estaríamos frente a otra especie: intelectuales.
Algo de lo especial parece portarse en el cuerpo. Y, como lo vimos nosotros, la educación también lo vio. Asignó a cada especie su hábitat y así nacimos.
Los años transcurrieron y trajeron sofisticación: grados, baremos, escalas. La minucia en la observación asignó géneros, familias, clases, divisiones, reinos.
Algo que se porta en el cuerpo nos permite ocupar un espacio. No suena mal.
Ese espacio puede cobijarnos, darnos una identidad, hacernos nido.
¿Y si no salimos más?
No nos engañemos: no es suficiente, no alcanza. Hay que provocar, adolecer, romper.
La pertenencia a la especie parece dictada por las leyes de la naturaleza, infalibles e irrevocables. Sin embargo, todos en el aula del litoral argentino, saben que esos genes vienen ensartados en un sujeto y ese sujeto late en la cultura.
Lo saben todos, pero hay quienes prefieren no escucharlo. O quizás perdieron ese saber en el patio de la escuela ¿Será que el Salado se los arrebató?
Puede mi apariencia expresar hipoacusia; pero ella no definirá mi hábitat, mi espacio, mi porvenir. Puede que alguien me done la lengua de señas. También puede que la escucha distorsionada, que me ofrecen los audífonos, defina una forma de percibir el mundo: mi forma.
La impaciencia mueve a los estudiantes en sus bancos. Casi es recreo y ni cerca de encontrar una definición que, finalmente, se escriba en el cuaderno rojo.
De repente la voz vuelve a ser presencia y empalaga de cantarina.
¡Claro! ¡Ya lo tengo! Escriban:
La educación especial abre horizontes, nuevos escenarios, otras posibilidades. Es instancia cumplidora de sueños, pequeños y concretos a veces… inmensos y potenciados otras.
Educación especial es flexibilidad: renuncia a lo dogmático, aceptación de lo incierto, apartamiento de lo normal.
La educación especial hace con la educación lo que la poesía con las letras. Un hermoso revoltijo.
BIODATA
Nací en la ciudad de Santa Fe. Me recibí de Fonoaudióloga allá por el 2005 (tal lo esperado para mi especie) y, en 2013, puse punto final a la tesis de doctorado. Trabajé en escuelas de educación especial y, en sus aulas, mis saberes se hicieron estragos. Sin siquiera un supuesto en pie, fui derechito a los cuentos. Los niños me hicieron techo y tuve una librería pensada para cobijar infancias (ya sabemos, en realidad, quien se estaba salvando del desamparo). Estudié payamedicina, lengua de señas, narración oral. Habito las aulas de Educación Superior: como docente y como estudiante. ¡Si! ¡Leyeron bien! ¡Estudio para maestra! Lo que vengo siendo hace 41 años.
AGRADECIMIENTOS
Este relato debe su existencia a mis compañeros de tiza y pizarrón, a ellos doy las gracias. ¡Viva la educación espacial del 8!
∞ Brown ∞ (Hasta el infinito y más allá).
Exposición de Arte Inclusivo “Yo también” San Pablo, 2018
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |