Lo Histórico y lo simbólico Recuperar y trascender la memoria colectiva.
“Recordar es volver a pasar por el corazón”
Eduardo Galeano
Educar para el nunca más es un ejercicio de la memoria que revisita los legados de los gritos de la historia.
Pensarse, ubicarse e inscribirse desde la reviviscencia de la memoria define el tiempo de los tiempos que trascienden las huellas de los exterminios que no se olvidan.
Promover el sentido histórico, agrietando la cultura del silencio, develando la invisibilidad del sufrimiento, portando voz al dolor y a la injusticia, se constituyen en una de las tareas insoslayable de la formación de formadores.
Mantener con vida el coraje del recuerdo, releer las miradas de tristeza y desesperanza de los tiempos del horror, evoca al espíritu comprometido con la verdad y la justicia a través de la memoria generacional.
Evocar las huellas de lo vivido por un pueblo articula sentidos y representaciones sobre el pasado y al mismo tiempo propicia la reflexión colectiva que multiplica la memoria pronunciando en voz alta las travesías del tiempo que nos hacen ser quienes somos.
La Subsecretaría de Educación Superior tiene el honor de ofrecer la lectura acerca de” Lo Histórico y lo simbólico. Recuperar y trascender la memoria colectiva”. Se agradece profundamente al Prof. Lic Mg Alberto Neirot. ISP 62 “Angela Cullen”- San José de la Esquina, quien generosamente ofrece su conocimiento al colectivo del nivel Superior abonando a la producción académica reflexiva.
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg. Patricia Moscato
Lo Histórico y lo simbólico
Recuperar y trascender la memoria colectiva
La conmemoración de fechas históricas, constituyen un ejercicio de la memoria…
Recuperar efemérides, recreando y visibilizando tanto el proceso histórico concreto como su significación en el plano de lo simbólico es menester vital para propender a una educación en valores democráticos, respeto a los Derechos Humanos y mantener la memoria viva respecto a la tragedia que significo el último golpe cívico militar de 1976.
La Historia Reciente Argentina y su contemporaneidad nos muestra la aparición de la violencia estatal sobre la sociedad civil, que podemos hurgar en el Siglo XX, comienza a partir del derrocamiento de un gobierno democrático en 1955, donde tanto las fuerzas represivas sublevadas contra un gobierno legítimo y legal, en formato de militares y civiles, comenzó una escalada de violencia política, que atravesó, toda la década del 60 y llegó a su cenit a partir de la nueva década setentista.
La violencia estatal y para estatal ejercida contra núcleo poblacionales, en particular, trabajadores, jóvenes y mujeres, constituyó un presagio de una catástrofe social, como fue el golpe de 1976.
El recorrido histórico entre 1955 y 1976, nos exhibe una sociedad propendiendo a recuperar derechos conculcados y un protagonismo social que los sectores dominantes obturaron durante mucho tiempo.
Esa efervescencia socio-cultural con diversos dispositivos políticos, fue generando una sociedad movilizada y en búsqueda, tal vez no demasiado clara, de horizontes de bienestar material y de dignidad humana que, colisionó con las clases dominantes argentinas que pugnaban por mantener sus privilegios.
Las interrupciones Constitucionales
Desde 1930, donde se produce el primer golpe de estado contra un gobierno democrático y la réplica de los mismos hasta el último de 1976, exhuma atávicas contradicciones entre los intereses populares y de las clases dominantes que defienden a cualquier costo sus privilegios materiales, sociales y de élite.
En este sentido el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”, eufemismo trágico y perverso desde lo discursivo, constituye el punto más alto de las violaciones masivas y sistemáticas de los Derechos Humanos en Argentina.
El Plan Sistemático de exterminio, desaparición y torturas de amplios sectores sociales, implicó un entramado de complicidades y encubrimientos de sectores civiles e institucionales, que fueron permeables y participes en diferentes niveles del genocidio producido contra la sociedad argentina.
A partir de la recuperación democrática en 1983, comienza un tortuoso, sinuoso y complejo pero claro camino por Memoria, Verdad y Justicia, sobre la tragedia de 1976.
Es aquí donde los caminos se bifurcan en pos de Justicia y reparación histórica para las innumerables víctimas de la dictadura cívico-militar, pero también la educación argentina en diversas formas, modalidades e instrumentos, comienza otro proceso de recuperación de la Memoria Histórica, procurando introducir el reciente y trágico derrotero histórico, en un insumo de valor en términos de Derechos Humanos, conocimiento del pasado reciente, visibilizando el proceso histórico, llevándolo al interior de las instituciones educativas y al espacio áulico.
En esta dirección, la institucionalidad educativa, recupera y obtiene un protagonismo necesario para dotar de una narrativa histórica con un relato acorde a lo sucedido procurando un herramental pedagógico donde la práctica docente toma centralidad en aspectos no mencionados hasta ese momento: Democracia y Derechos Humanos.
Pedagogía de la Memoria
Próximo a cumplir 40 años del fin de la dictadura cívico-militar y la recuperación democrática, se impone la necesidad de tanto, revisar nuestras prácticas docentes en relación a sostener la memoria colectiva, reivindicando Verdad y Justicia, como realizar una introspección de la variedad del instrumental pedagógico-didáctico en la enseñanza de la Historia Argentina reciente como de poner en su justo término, la reivindicación de valores democráticos y de Derechos humanos.
Es por ello que quienes ejercemos la docencia en instituciones de Nivel Superior, siendo Formadores de Formadores, debemos trabajar en una actualización permanente desde lo formativo y pedagógico, para poder transmitir, interpelar e interpelarlos, tanto a nuestros estudiantes, como entre el mismo colectivo docente, donde el debate y la reflexión permanente, nos posicioné en un lugar de referencia educativa.
Cerca de las cuatro décadas del fin de la dictadura cívico-militar, entendemos que la permanente e incesante investigación histórico-política de nuestro pasado reciente, logra producir conocimiento histórico novedoso, que debe ser volcado en los espacios institucionales educativos donde ejercemos nuestra práctica.
Asimismo, la producción de conocimiento científico sobre aspectos aún oscuros o no develados de las violaciones sistemáticas de los derechos humanos, nos auto impone, la necesidad de socializar colectivamente ese saber científico.
Profundizar la enseñanza y el conocimiento del proceso histórico 1976.-1983, operar dispositivos diversos en efemérides, actividades áulicas y extra áulicas, de extensión comunitaria, las producciones articuladas entre docentes-alumnos-comunidad, nos posibilita mantener vivo un debate necesario sobre nuestro pasado reciente.
El golpe de estado de 1976, constituye tal vez, la mayor tragedia humana en término de costo de vidas y sufrimiento de amplios sectores sociales, de nuestra historia. Pero también vincula la implementación de un proyecto económico cuya matriz social, propugnaba un país para pocos, de minorías iluminadas, que sostuvieron históricos privilegios en detrimento del conjunto del pueblo argentino.
Precisamente, nuestra labor docente consiste en articular y relacionar diversos componentes políticos, sociales, educativos, laborales, etc., que suelen aparecernos como separados o fragmentados en términos del conocimiento histórico, pero que debemos observarlos como un componente único, donde el proyecto que intento la dictadura, no fue solo la represión sobre la sociedad per se, sino esencialmente tenía objetivos claros y contundentes, disciplinar a los sectores populares a un modelo societal, Pre Ley Saenz Peña o similar a la Generación del 80 de fines del Siglo XIX, lo cual significaba una sociedad profundamente desigual.
Es por ello, que la consigna Memoria, Verdad y Justicia la profundización del conocimiento del período, en diferentes modalidades, es un imperativo categórico de la educación argentina. No pueden pasar ni desapercibidos ni reducidos, ni minimizados tanto el conocimiento de lo histórico fáctico como su implicancia histórica y su imbricación social.
El colectivo docente argentino y santafecino lo sabe y trabaja cotidianamente, para recupera la Memoria Colectiva, recrear los hechos históricos y darle una alta significación a lo simbólico.
Los desaparecidos, muertos, torturados, exiliados y todas y todos aquellos que sufrieron ese escarnio, merecen nuestro recuerdo permanente.
Autor: R. Alberto Neirot
Profesor de Historia (UNR)
Lic. Pedagogía Social (USAL)
Magister en Cs Sociales mención Sociología y Política –FLACSO
Docente Universitario y Provincial.
Integrante de la Cátedra Armenia UNR
Docente: ISP 62 “ Angela Cullen”- San José de la Esquina.
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |