Entramando recorridos personales y profesionales, enlazando saberes y experiencias en la formación docente continua.
Enhebrar, entrelazar, conectar y vincular la multiplicidad de prácticas docentes nos invita a pasar y pisar los diversos escenarios educativos situados como un lugar.
Es necesario que la pedagogía de un maestro comience por un suelo, una relación, porque el educar tiene que ver con situar e inscribir en un lugar, formar parte de una narrativa común con la posibilidad de aprender a ser, estar y habitar el mundo.
La educación no solo implica habitar un escenario, sino la necesidad de ser, ser alguien para sí mismo y para el otro. Donde los invisibles toman la palabra, se les habilita un decir y se valora su presencia.
Se necesita de docentes que se descalcen, que exploren formas de ignorancias, que se dejen afectar y se entreguen en el sentir del acto de enseñar. Docentes que miren desde la posibilidad, que acompañen, ayuden permitan, habiliten, favorezcan encuentros, que donen un tiempo y un espacio.
La provocación a pensar lo propio y al mismo tiempo caminar los diversos suelos es la expresión de una búsqueda incansable de creación de “otro mundo” donde convivan todos los mundos.
Los múltiples textos construidos en cada contexto proporcionan distintas practicas docentes, diversos lugares para que los sujetos construyan sus narrativas, sus visiones y escriban sus propias historias dentro y no fuera del tejido socioeducativo.
La Subsecretaría de Educación Superior propone el desafío de pensar juntos los entramados de los complejos escenarios que conforman la multiplicidad de prácticas situadas a través de la producción de la Profesora Laura Tataryn del Instituto Superior del Profesorado Nº 5 “Perito Francisco Moreno” de Cañada de Gómez acerca del “Entramando recorridos personales y profesionales, enlazando saberes y experiencias en la formación docente continua. Una mirada desde el interior de la Red Nacional del Campo de la Práctica. Muchas gracias Laura!
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg. Patricia Moscato.
Entramando recorridos personales y profesionales, enlazando saberes y experiencias en la formación docente continua.
Una mirada desde el interior de la Red Nacional del Campo de la Práctica
Introducción
Un sujeto se transforma en docente a través de un trayecto formativo que atraviesa diferentes etapas, producto de una construcción tanto subjetiva como social y es a través de ese entramado de variables que va construyendo su identidad profesional docente. Dicha identidad se configura como el espacio común compartido entre el individuo, su entorno profesional y social y la institución donde trabaja.
Por lo expuesto, considero oportuno realizar una breve presentación personal contándoles que mi nombre es Laura Tataryn, tengo 44 años y soy oriunda de Las Parejas, provincia de Santa Fe. Cuento con una trayectoria profesional de más dos décadas y la misma se despliega de manera ininterrumpida a través de desempeños en variados contextos socioculturales y en diferentes niveles del sistema educativo, tanto primario, como secundario y superior. Actualmente me desempeño de modo exclusivo en Formación Docente Inicial en Nivel Superior no Universitario, en el Instituto Superior del Profesorado Nº 5 “Perito Francisco Moreno” de Cañada de Gómez. Soy docente titular de espacios pertenecientes a los tres campos de la formación, pero mi mayor experiencia se enmarca dentro del Campo de la Formación de la Práctica Profesional. Esta experiencia laboral fue acompañada por una constante formación docente, tanto de grado como de posgrado, que siempre se reflejó en una sostenida actitud reflexiva respecto de la multiplicidad de factores que se articulan en el desarrollo de la práctica profesional docente. Dicho interés, articulado con el actual cursado de la Maestría en Docencia en el Campo de la Formación en Prácticas Profesionales, en la Facultad de Humanidades y Artes, fue lo que me posibilitó una vinculación tanto subjetiva como profesional con la Red Nacional del Campo de la Práctica.
Desarrollo
El origen de la Red
El cambio de planes de estudio llevado a cabo en el año 2001 en la provincia de Santa Fe planteó interesantes desafíos para los Institutos de Formación Docente. En estos diseños, apareció una nueva secuencia formativa para los Profesorados, la cual tomaba a los Trayectos de Práctica como espacios con formato de talleres, que acompañaban cada año de cursado. Los mismos se presentaban como cinco espacios curriculares, abiertos a definir y consensuar inter e intra- institucionalmente ya que no venían prescriptos en los diseños. Fue así como entre 2003 y 2007, los profesores de las carreras docentes de cuatro años de duración de los distintos Institutos de la zona sur de la provincia de Santa Fe, convocados por la profesora Liliana Sanjurjo, en ese entonces supervisora de Nivel Superior, deciden constituir una red de profesores de trayectos de la práctica, con el objetivo de construir un espacio de encuentro que permitiera socializar conocimientos y experiencias. Este trabajo en red se desarrolló por muchos años, pero por diferentes razones se fue diluyendo. El año pasado, la situación derivada de la Pandemia por COVID- 19 nos puso a los formadores del campo de la práctica en un nuevo lugar de indefiniciones y es así como la Red volvió a formarse. Por el interés que despertó a colegas de instituciones privadas, a Universitarios y a todos los formadores del país, la red dejó de ser un espacio construido exclusivamente por profesoras y profesores de la provincia de Santa Fe para ampliar sus alcances a todo el país, constituyéndose así en una Red Nacional del Campo de la Práctica.
Sobre lo que distingue a la Red de otras formas de culturas colaborativas.
La docencia debe ser concebida y ejercida como una tarea colaborativa, ya que el docente trabaja en equipo con otros docentes, en el marco de las instituciones educativas. La colaboración se focaliza en la tarea de las personas que están compartiendo un proceso de formación/producción y que para hacerlo se requieren mutuamente. En las culturas colaborativas se produce una circulación de conocimientos e ideas que se andamian en actitudes de apertura, compromiso, apoyo y asistencia mutua, lo que conduce a los docentes a tener confianza y seguridad.
Hargreaves y Fullan (2014) distinguen diferentes formas de colaboración que van desde las más débiles, constituidas por subgrupos separados, competitivos, aislados entre sí, a las más fuertes, donde se produce un trabajo en grupos, con compromiso y responsabilidad compartidas que se orientan hacia un propósito común, basados en el respeto y el cuidado mutuo. Identificamos a la Red como ejemplo de estos niveles más altos de colaboración ya que se basa en el establecimiento de vínculos horizontales entre sus miembros, donde todos los saberes son valorados, tanto los propios como los de los demás. Otro rasgo es que en esta forma de cultura colaborativa se produce una coordinación no- directiva, donde la capacidad de escuchar, dialogar, trabajar junto a otros y con otros, se constituyen en las condiciones de un trabajo compartido que genera un movimiento sistémico que conduce a la construcción de saberes y al desarrollo mutuo de nuevas capacidades. Este tipo de cultura colaborativa se sostiene a través de una responsabilidad colectiva, donde la identidad va más allá de uno mismo, más allá de un solo grupo, sino que se extiende a todos los integrantes de la red, constituyéndose así en una identidad global.
Acerca de los integrantes de la Red y su dinámica de trabajo
Actualmente, conformamos esta red un grupo de profesores de diferentes partes del país que nos hemos reunido por voluntad propia, es decir, nos hemos auto convocado para trabajar junto a otros, a través de una dinámica horizontal y con una coordinación no directiva. La única condición indispensable para poder conformar esta Red es que sus integrantes sean profesores que se desempeñen en el campo de la práctica.
En relación a la dinámica de funcionamiento de la Red, retomo palabras de Wenger (2001), para plantear que funcionamos como una verdadera comunidad de práctica ya que cumplimos con las tres condiciones que la autora plantea: compromiso mutuo, empresa conjunta y repertorio compartido. En esta red se desarrolla un compromiso mutuo entre sus integrantes, los cuales participamos en acciones cuyo significado negociamos mutuamente. El compromiso mutuo crea relaciones entre las personas y ellas se caracterizan por una coexistencia, a veces pacífica, concordante, de apoyo mutuo, pero en otras ocasiones, suele haber discrepancias, conflictos y tensiones que siempre se abordan desde el respeto y la negociación ya que partimos de la idea de que las diferencias nos enriquecen. Existe una cohesión suficiente que permite el funcionamiento y el sostenimiento de la red y ello requiere de trabajo para mantener la comunidad. No supone homogeneidad, sino que supone competencia por parte de todos, porque se basa en lo que hacemos y en lo que sabemos y en cómo ello contribuye al conocimiento de los demás.
Se trata de una empresa conjunta porque es el resultado de un proceso colectivo de negociación donde lo que se emprende es definido por los propios miembros durante el proceso, como una respuesta situada, contextualizada que responde a factores históricos, sociales e institucionales. Nos organizamos a través de diferentes comisiones de trabajo que se comprometen a crear y sostener diferentes líneas de acción a lo largo del año.
Lo que ofrece la Red y cómo se vincula con las instituciones.
A lo largo de su existencia, la red ha ido construyendo un repertorio compartido de acciones y propuestas que forman parte de su práctica, las cuáles son revisadas y resignificadas a la luz de lo acontece como desafiante, preocupante, interesante en el campo de la práctica.
Durante el 2021, las diferentes acciones se articularon entre sí a lo largo del año constituyendo una valiosa propuesta de Formación Continua, la cual implica el trabajo conjunto entre los miembros de la red y los institutos en los cuáles se desempeñan como docentes , presentando cada uno de los actores esta instancia de desarrollo profesional a sus Consejos Superiores, académicos o directivos invitando a los mismos a adherir, difundir y acreditar los diferentes eventos que de la Red emanan. Esto potencia la participación de todos los docentes formadores en instancias de intercambio interinstitucionales y posibilita la construcción de conocimiento situado sobre la práctica por parte del colectivo de docentes de la práctica del país.
En el presente año, las diferentes comisiones de trabajo se organizaron en cuatro ejes fundamentales: conversatorios, curso autogestionado, jornada de socialización y publicación de la red. En relación a los conversatorios, se organizaron cinco, los cuáles se articularon con el curso virtual autogestionado en red, donde se conformaron grupos de reflexión en torno a inquietudes centradas en temáticas específicas de la formación docente en los diferentes niveles del sistema educativo, las cuáles emergieron a partir de los conversatorios. Se invitó a los participantes del curso autogestionado a abordar dichas inquietudes, a problematizarlas a través del estudio y el análisis del material bibliográfico aportado por cada uno de los especialistas que participaron de las videoconferencias. Dichas instancias de análisis culminaron con un proceso de escritura y socialización de lo producido en el trabajo colaborativo. También se organizó la Segunda Jornada de Socialización de experiencias en el Campo de la Práctica donde, durante dos días, participaron diferentes docentes de todo el país. Cerramos el año a través de la concreción de la primera publicación de la Red, la cual recopila gran parte de los escritos compartidos en la Primera Jornada de Socialización de experiencias realizada en el año 2020, la cual da cuenta de que la reflexión sobre la práctica y el conocimiento que se genera a partir de esa reflexión son fundamentales para la construcción del conocimiento profesional.
Conclusión
Alliaud (2017) plantea a la enseñanza como análoga a la de una artesanía entendiendo a la misma como un impulso humano a hacer las cosas bien, como una habilidad desarrollada en un alto grado, un saber hacer que requiere una cierta preparación. Además, identifica en el artesano/enseñante otros rasgos, tales como el compromiso con lo hace, un hacer donde pensamiento y acción no se separan, donde hay una articulación permanente entre la teoría y la práctica, ese hacer se apoya en un conocimiento y también es productor del mismo. Dicho oficio mejora cuando se lo practica, y más aún cuando se lo realiza colaborativamente, cooperativamente, con otros, junto a otros.
Aprender a enseñar no es fácil y por eso quienes se están formando para saber y poder hacerlo requieren de formadores que les enseñen guiándolos, ayudándolos, aconsejándolos, acompañándolos a lo largo de todo el proceso de formación, pero sobre todo, de formadores que les enseñen con lo que hacen, con lo que muestran, con lo que ofrecen. Los formadores debemos saber del oficio y para ello debemos seguir formándonos, debemos estar movidos por ese deseo de seguir aprendiendo de otros y junto a otros y sin lugar a dudas, la Red Nacional del Campo de la Práctica se constituye en un espacio propicio para lograrlo.
Laura Tataryn
Especialista en Educación Superior y Tic
Licenciada en Ciencias de la Educación
Profesora en Psicología y Ciencias de la Educación
Profesora de Nivel Primario,
Bibliografía:
- Alliaud, A. (2017) Los artesanos de la enseñanza. Acerca de la formación de maestros con oficio. Buenos Aires: Editorial Paidós.
- Hargreaves, A y Fullan, M. ( 2014) . Capital Profesional . Edit. Morata.
- Wenger, E. (2001). Comunidades de práctica. Aprendizaje, significado e identidad. Paidós. Barcelona. España.
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |