Módulo: Identidades, Cultura y Sociedad.
Acción Formativa N° 73: “La ruralidad a flor de piel”.
1-INTRODUCCIÓN:
A nivel mundial, cada 15 de octubre, se homenajea al colectivo de mujeres rurales, reivindicando el rol que desempeñan en la agricultura, la soberanía alimentaria y la nutrición, la gestión de la tierra y los recursos naturales, así como en el trabajo y el cuidado doméstico. Con frecuencia, estas mujeres, se enfrentan a situaciones de sometimiento, discriminación e incertidumbre por el simple hecho de ser mujeres en un espacio ampliamente masculinizado. Por esto, proponemos una aproximación al mundo rural desde otro lugar a fin de recuperar el testimonio de las mujeres, los jóvenes o los pueblos originarios tantas veces silenciados. Hablar de lo rural hoy en día supone entrelazar visiones del presente y del pasado, imaginarios y prácticas culturales, paisajes y demás componentes de un territorio atravesado por profundas transformaciones y caracterizado fundamentalmente por una diversificación de actividades económicas y sociales. Una ruralidad enmarcada en un contexto global de creciente complejidad, con diferentes grados de vínculos y actores con distintas posiciones de poder y recursos que debe ser analizada e intervenida por las escuelas desde múltiples enfoques sin dejar atrás ningún territorio, ni a ninguno de los grupos sociales.
Las y los invitamos a visitar esta Acción Formativa.
Lic. Nancy Noemí Alario Subsecretaria de Educación Primaria.
2-DIALOGAMOS CON ACUERDOS Y SABERES DISPONIBLES:
La Organización de las Naciones Unidas estableció el Día Internacional de las Mujeres Rurales con el fin de reconocer sus luchas y concienciar sobre la importancia de la mujer en el espacio rural. Solo en América Latina y el Caribe 125 millones de personas viven en zonas rurales. Aunque el papel que desempeña la mujer en la economía mundial es cada vez más importante, en el ámbito rural existen una variedad de brechas que impiden que alcancemos una igualdad de género. Por ejemplo, menos del 20% de los propietarios de tierras son mujeres y la brecha salarial de género llega al 40%. Además, existen brechas digitales que generan aún más obstáculos para alcanzar la igualdad de género al dejarlas rezagadas en el acceso a la información que pudiera mejorar su toma de decisiones referidas a la producción y comercialización de sus productos así como a la participación en servicios financieros, organizaciones sociales y políticas. A estos datos podemos sumarles que, para el 2019, 1 de cada 2 personas que viven en el ámbito rural son pobres, y en, en particular, las mujeres, los pueblos originarios, las niñas y los niños están representan los pobres y excluidos en el ámbito rural, lo que se traduce en una lógica de opresión hacia las minorías.
“Cerca del 70 por ciento de los pobres del mundo está concentrado en las comunidades rurales. Estas comunidades dependen de la agricultura, la silvicultura, la pesca, la ganadería para ganarse la vida. Dentro de estas comunidades, los más pobres entre los pobres son con frecuencia mujeres y jóvenes que carecen de un empleo decente y regular, que padecen hambre o malnutrición, y que tienen una falta de acceso a la salud, la educación y los bienes productivos. Aunque las desigualdades de género varían de manera considerable entre las diversas regiones y sectores, existen pruebas de que, a nivel mundial, las mujeres se benefician menos del empleo rural (bien sea trabajo por cuenta propia o remunerado) que los hombres.”
Mientras continúan bregando por sus derechos y por el reconocimiento como colectivo, las mujeres rurales cumplen un rol fundamental en el fomento de una producción sostenible, contribuyen a la seguridad alimentaria y a la reducción de la pobreza. Según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), si existieran condiciones equitativas y se propiciara la igualdad de género en la producción agrícola, se podría alimentar a 150 millones de personas más en todo el mundo.
“Las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43 por ciento de la mano de obra agrícola. Labran la tierra y plantan las semillas que alimentan naciones enteras. Además, garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades y ayudan a preparar a esas comunidades frente al cambio climático” (…) y se reconoce la función y contribución decisivas de la mujer rural, incluida la mujer indígena, en la promoción del desarrollo agrícola y rural, la mejora de la seguridad alimentaria y la erradicación de la pobreza rural”
3-COMPARTIMOS ALGUNOS SABERES:
¿Es el término rural un sustantivo o un adjetivo? ¿O se refiere a un espacio de ciertas características atribuibles a cualquier realidad que cumpla con determinadas condiciones? Etimológicamente, la palabra rural procede del latín ruralis, de rus ó ruris, que significa campo ¿Pero es lo mismo hablar de campo que hablar de rural?
Durante el siglo XIX, la sociedad en su conjunto se enfrentó a grandes cambios productivos, económicos y culturales principalmente a mediados de siglo, cuando las familias rurales tuvieron que movilizarse geográficamente para asentarse en las nuevas urbanizaciones que surgieron de la mano del proceso industrial.
Las configuraciones territoriales de nuestro país dan cuenta de la diversidad, pluralidad y complejidad del mundo rural, que en la actualidad, se presenta como multifuncional, heterogéneo, dinámico y articulado. Sin embargo, aún hay mucha confusión en el uso de los términos “campo”, “agrícola” y “rural”. Los que con frecuencia se consideran sinónimos son, en realidad, términos que representan espacios de carácter diferentes. “Agrícola” se refiere a un sector de la actividad económica referido al cultivo de plantas, la cría de animales, y a actividades directamente relacionadas con estas tareas, como la preparación del suelo o la construcción de cercos. Las actividades agrícolas se complementan con las actividades industriales y de prestación de servicios, tales como la fabricación de telas, máquinas y equipos, comercio y servicios en general. Al mismo tiempo, lo que se denomina “rural” es en realidad una categoría geográfica que no define en absoluto actividades económicas, dado que las actividades pueden ser agrícolas o no agrícolas.
El campo tradicionalmente fue representado como un actor homogéneo a lo largo de la historia, pero si nos animamos a ver más allá, desde una mirada compleja, podemos identificar que “el campo” también son aquellas condiciones de vida materiales, experiencias familiares, prácticas de sociabilidad, asociacionismo, resistencias y luchas por sostener o modificar modelos de producción. No podemos dejar de mencionar los diferentes intereses políticos y económicos que existen en torno a la construcción simbólica del “campo” y su territorialidad que, sin dudas, se fue transformando en un devenir de proyectos que sirvieron como soporte del Estado Nación. Podemos distinguir tres etapas en la formación del Estado Moderno Argentino con relación al campo y su territorialidad.
La primera corresponde al último cuarto del siglo XIX, cuando se produce la llamada “Conquista al desierto”. Nombre que se da a un conjunto de operaciones de ocupación territorial que se dieron tanto en el sur patagónico como en el territorio que hoy conocemos como el Gran Chaco (la Conquista del desierto verde). Durante este periodo, se produjo la incorporación de millones de hectáreas al aparato productivo del modelo agroexportador, forjándose así un actor social determinante de la vida política económica del país: “los terratenientes”, quienes van a concentrar grandes extensiones de territorio para la producción agrícola ganadera y tendrán, a su vez, un rol protagónico en la vida política institucional del país hasta mediados del siglo XX. La segunda etapa puede enmarcarse en el proceso de la consolidación del Estado de Bienestar durante la mitad del siglo XX. Esta etapa se caracteriza por una economía planificada y una distribución de las riquezas obtenidas del campo y utilizadas por el Estado en beneficio de las clases populares que consolidan su protagonismo en las grandes transformaciones sociales, políticas y culturales del país.
Por último, una tercera etapa comienza con el advenimiento de gobiernos autoritarios y de facto en la segunda mitad del siglo XX, dando lugar a un periodo en el cual se impulsará la supremacía del libre mercado y de las grandes multinacionales, cuyas políticas tendrán como consecuencia la concentración de tierras en pocas manos, la consolidación de oligopolios y la extranjerización de la tierra en tiempos de democracias durante las décadas de los 80 y 90.
En las primeras décadas del siglo XXI, el medio rural se encuentra inmerso en un proceso de cambio profundo a raíz de los efectos de la globalización que vuelve a reconfigurar su estructura económica, social y demográfica. En nuestro país, las problemáticas de los espacios rurales fueron recobrando un nuevo atractivo y son un gran desafío metodológico para las Ciencias Sociales. Esto fue acompañado por una renovación teórica de su enseñanza en las escuelas. Asimismo, las temáticas que se plantean permiten problematizar la realidad social y habilitan la recuperación de la voz de ciertos actores que, por lo general fueron constantemente invisibilizados.
Como en todo ámbito social, en el medio rural existen una diversidad de actores, que presentan intereses, necesidades e identidades específicas y a los cuales, necesariamente, debemos contemplar. Es preciso identificar y conocer los sujetos y las subjetividades que integran las comunidades rurales y reconocer la heterogeneidad y la multiculturalidad que participa, activamente, de la vida social y productiva en las áreas rurales.
Por otra parte, nos parece importante subrayar el tema del relato acerca de lo rural como espacio en disputa. Asimismo, consideramos fundamental hacer hincapié en el papel que juegan los imaginarios culturales a la hora de reproducir estereotipos de género y, sobre todo, el rol de las mujeres rurales (y también las urbanas) como sujetos que histórica y actualmente han sido obliterados por las narrativas dominantes.
Cuando hablamos de género nos referimos a los modos en que se establecen las relaciones entre varones y mujeres, en un determinado lugar y tiempo, que fueron construidos culturalmente, y que se transmiten y aprenden en los espacios de socialización, como la familia, la escuela o el barrio. La categoría de género, entendida como construcción social y como producto de la cultura, establece qué es lo que se espera de los varones y qué se espera de las mujeres. Son los roles y funciones atribuidos a varones y mujeres, estereotipos que regulan y pre establecen sus comportamientos, en ámbitos privados como la familia y en ámbitos públicos como el trabajo remunerado, las organizaciones sociales o la política. A estas “regulaciones” también se las llama orden de género o mandatos de género. Gerda Lerner (1990):
“(…) el género es la definición cultural de la conducta definida como apropiada en una sociedad dada y en una época dada. Género es una serie de roles culturales. Es un disfraz, una máscara, una camisa de fuerza en la que hombres y mujeres bailan su desigual danza".
Como hemos observado los espacios rurales han cambiado en función de transformaciones impulsadas por un conjunto de usos y de actores. Los fenómenos y procesos que se desarrollan provocan tensiones y conflictos que sería importante que se aborden desde las escuelas. Sin embargo, su abordaje torna necesario hacer visible que, en dichos procesos, se entrelazan visiones del presente y también del pasado, prácticas, paisajes y demás componentes de un territorio cuya realidad social está sometida a lógicas de exclusión. Por otra parte, es necesario considerar que el medio rural cobra importancia no sólo por su labor productiva, sino porque en él se realizan otras funciones, Fernández Aguerri (2002), lo sintetiza de la siguiente manera:
“El carácter social: ya que la actividad productiva ha permitido la permanencia de la población en este ámbito; la función cultural: pues mantiene las tradiciones y culturas populares del dicho entorno; y la función medioambiental: pues su actividad es responsable de los paisajes y biodiversidad de nuestro medio.
Los marcos teóricos que permiten el abordaje de este objeto de estudio se enriquecen con las nuevas perspectivas epistemológicas que van incorporando los enfoques críticos. Estos ofrecen herramientas de interpretación teórica para la comprensión de fenómenos y procesos las cuales hacen visibles las contradicciones y convergencias que presenta el mundo rural. De ahí la importancia de recurrir a un enfoque integrador, construido desde el concepto de territorialidad y multifuncionalidad que contempla los vínculos rural-urbanos e incluye los procesos históricos de agriculturización, productivos y los intereses de los diferentes actores. Estos marcos ayudan a interpretar que el espacio rural ya no es exclusivamente productivo (agrario). La diversidad de ámbitos geográficos y de realidades sociales, dificulta alcanzar una única definición de “ ruralidad”. No es lo mismo tratar de definir el espacio rural de un país desarrollado, que el de uno subdesarrollado. Tomamos la palabras de Díaz y Otros:
“El territorio rural no es solamente un espacio geográfico delimitado por la identidad. También debe entenderse como una red de relaciones o conexiones sociales, en la que se combinan acciones, percepciones que surgen al calor de emociones, informaciones, valores culturales, y vínculos con la naturaleza, creando una gran trama constructora. Esta compleja realidad nos plantea la necesidad de leer el entorno desde distintos puntos de vista y analizar las vinculaciones entre elementos, aparentemente separados, para comprender la dinámica de la realidad territorial.”
4-CREAMOS Y PROPONEMOS:
- ¿Cómo empezamos?
Una historia para contar, un relato para recuperar. Invitamos a utilizar distintos recursos didácticos para aproximarnos a la vida en los espacios rurales. Sabemos que la escuela abre horizontes, al recuperar las vivencias del mundo rural a través de los relatos cotidianos permite expandir los contenidos a trabajar, e invita a niñas y niños a pensar en otros modos posibles de configurar la realidad.
- Para el primer ciclo. Te invitamos a leer juntos el siguiente relato:
“El ambulante”
Al día siguiente, Ana estaba en el comedor, donde todos desayunaban y se calentaban con las brasas. De pronto, oyó el ladrido de los perros y vio que por el río venía alguien a caballo.
La abuela señala y dice que es el vecino que lleva a vender un cabrito.
Abuela: hoy llega el ambulante. Dicen que es un ambulante muy lindo, trae de todo: gaseosa, pasto, verdura. Más tarde vamos a ir.
Anita: por el río vamos, yo quiero ir…
Ana y su abuela van a la Rinconada, donde para el ambulante. Sobre los estantes de su camioneta estaba la mercadería.
Mientras la abuela miraba todo y buscaba harina, Ana le contó al ambulante que se rompió el pantalón el día en que un puma se llevó su cabrito…
Les sugerimos algunas preguntas y actividades para acompañar la lectura e interpretación espacial del relato:
- Ana y su abuela: ¿Viven en una ciudad? ¿Cómo se compra y se vende donde ustedes viven? ¿Cómo se imaginan el paisaje de Ana? ¿Será muy distinta a las ciudades?
- El vendedor ambulante: ¿De dónde viene? ¿A dónde va? ¿De dónde trae los productos que ofrece? ¿Cómo los traslada? ¿Dónde compra tu familia los alimentos?
- Realizarán en sus cuadernos un pequeño listado de todo aquello que se imaginan que trae el ambulante para vender.
- Otros lenguajes expresivos: Finalmente te invitamos a que dibujes en tu carpeta el “paisaje de Ana” eligiendo el fragmento del relato que más te gustó.
- Para el segundo ciclo. Te invitamos a que conozcas la historia de Carlos, un niño de 11 años, que vive en la región patagónica. (Minuto 17).
CAMINO A LA ESCUELA Doblada al Español Una carrera de obstáculos y el saber de una
Te proponemos que identifiques los siguientes elementos de su vida cotidiana y puedas registrarlo en tu carpeta:
1. ¿Cómo está compuesta su familia? ¿Qué actividades laborales realizan?
2. ¿Cuáles son sus alimentos?
3. ¿Cuáles son los desafíos u obstáculos que deben enfrentar Carlos y su hermanita camino a la escuela?
4. ¿Qué importancia tiene la escuela para Carlos y su familia?
5. ¿Cómo describirías el encuentro con los amigos y los docentes después del largo viaje?
- Para un séptimo grado les proponemos recuperar los relatos de mujeres rurales de América latina. Te invitamos a ver el siguiente video:
Mujeres rurales en América Latina
Cuba celebra el Día Internacional de la Mujer Rural
Actividades:
- Registrar en tu carpeta los siguientes aspectos de los videos:
- Identificar de qué países son los relatos de las mujeres rurales. Ubicarlos en el mapa del Continente Americano. (pintar el país)
- ¿cuales son los principales reclamos que realizan en torno a la producción agrícola y el cuidado del medio ambiente?
- ¿Qué rol ocupa la mujer en el trabajo rural? ¿Cómo fué cambiando ese rol a lo largo de la historia?
- Investiga en otros portales de noticias de Argentina la situación actual de las Mujeres Rurales en nuestro país. Leer y comparar con las reivindicaciones, reclamos y experiencias de otras mujeres rurales de América Latina.
A modo de cierre se invita a las alumnas y alumnos a exponer sus registros oralmente. Dialogando y volviendo sobre el video y los diferentes relatos, problematizando y contextualizando las diferentes realidades.
5-BIBLIOGRAFÍA:
GARCÍA RAMÓN, M.D. (1995): Geografía rural. Síntesis, Madrid.
CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el Caribe). 2001. Urbanización y evolución de la población urbana de América Latina, 1950-1990. Boletín demográfico número especial, Mayo. Santiago, División de Población.
Cecilia Díaz, Carlos J. Jara y Anne M. Robert, Develando experiencias: Otra mirada hacia la sistematización. IICA (2006:86).
Giarracca, N., ed. 2001. Desarrollo rural: ¿Una nueva ruralidad en América Latina? Buenos Aires, CLACSO – Grupo de Trabajo Rural.
CRUZ VILLALÓN, J. (1991): “Nueva dinámica de los espacios rurales”, XII
Jarapillo, Alepio. 1958: “Campesinos” Bogotá, Centro Cultural de Bogotá, Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU), Exposición Permanente de la Colección de Arte, La renovación vanguardista
Las aventuras de Anita (Diuk, B.; Borzone de Manrique, A.; Rosemberg, C., 2004), págs. 17-18.
Lerner, G. (1990): La creación del patriarcado. Crítica, Barcelona, p. 339.
SANTOS, Milton. La Naturaleza del Espacio. Técnica y Tiempo. Razón y Emoción. (1997). Editorial Ariel S.A. Barcelona.
6-PÁGINAS DE INTERNET UTILIZADAS:
https://www.asociacionpaisaje.org/evento/dia-internacional-mujer-rural/
https://inta.gob.ar/videos/mujeres-rurales-en-argentina
https://www.revistainternos.com.ar/2020/06/mujeres-rurales-con-perspectiva-de-genero/
https://www.fao.org/argentina/es/
https://www.ilo.org/global/about-the-ilo/newsroom/news/WCMS_174885/lang–es/index.htm
https://journals.openedition.org/nuevomundo/2875
Cómo fuimos desarrollando, los estudios desde las ciencias sociales sobre el medio rural latinoamericanos han estado, por lo general, abocados a determinados actores sociales, sea por su funcionalidad económica, por su protagonismo política o la información a la que accedemos. En la ruralidad, las niñas, los jóvenes, los campesinos, los trabajadores, las disidencias y las mujeres, entre otros, han sido silenciadas sistemáticamente hasta prácticamente invisibilizar su importancia, un mecanismo que permite, entre otras cuestiones, perpetuar diferencias sociales. De allí radica la importancia de las escuelas como medio para recuperar estas voces acalladas.
Agradecemos la colaboración de los Profesores Alejo Cámpora y Cristian Acosta, miembros del Equipo Pedagógico de la Subsecretaría de Educación Primaria.
Seguimos compartiendo próximas publicaciones.
Subsecretaría de Educación Primaria.
Autor/es: | ACERBI, INES CARMEN |