TODOS NECESITAMOS EDUCARNOS PARA LA DIVERSIDAD CULTURAL.
La memoria colectiva es una construcción sociopolítica con aroma de recuerdo y tradición, donde la historia de la cultura toma fuerza imprimiendo sesgos hermenéuticos a través del tiempo.
La mirada histórica con diversas fuentes proporciona una dimensión de la gran historia que posibilita reflexionar sobre la consistencia de los procesos donde ese contexto único e irrepetible imprime el trazo del tiempo.
Se lleva en la memoria y en el alma representaciones, sensaciones y relatos de los acontecimientos vividos. El tiempo enlazado con la naturaleza, arraigados mediante el olor de la tierra, fortalece y potencia la convivencia comunitaria.
La Subsecretaria de Educación Superior convida la lectura acerca de “TODOS NECESITAMOS EDUCARNOS PARA LA DIVERSIDAD CULTURAL”, elaborado por la Prof. Lic. María Paula Carignano del Instituto Superior Particular Incorporado n° 9110 “Sagrada Familia”, quien invita a conocer y comprender los procesos a través de la escritura histórica como propuesta pedagógica.
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg Patricia Moscato
TODOS NECESITAMOS EDUCARNOS PARA LA DIVERSIDAD CULTURAL.
Prof. Lic. María Paula Carignano
A partir del año 2010, a través de la firma del Decreto 1584/201, en Argentina se conmemora el Día del respeto a la diversidad cultural. […] “Se modifica la denominación del feriado del día 12 de octubre, dotando a dicha fecha, de un significado acorde al valor que asigna nuestra Constitución Nacional y diversos tratados y declaraciones de derechos humanos a la diversidad étnica y cultural de todos los pueblos”[1].
Con este decreto, se intenta superar la idea tan instalada en los imaginarios colectivos de la existencia de “razas” humanas. Hace muchas décadas ya que la Antropología determinó que existe una sola y única raza, la humana. Las diferencias entre los pueblos y naciones responden a las configuraciones sociohistóricas y culturales que producen diferentes identidades étnicas que se expresan en la diversidad cultural global.
A partir de las últimas décadas del siglo pasado, y como parte de la conformación de la sociedad postindustrial y el impacto de la globalización, las ciudades se han convertido en espacios de gran complejidad y entrecruzamiento sociocultural debido a los constantes flujos migratorios que caracterizan el mundo actual.
El impacto de estos procesos ha generado que, en el seno de las culturas hegemónicas urbanas, emerjan otras culturas minoritarias[2], constituyendo sociedades poliétnicas, organizadas según un sistema estatal liderado por el grupo dominante, pero con amplias zonas de diversidad cultural (Barth, 1976). Las ciudades del mundo actual incluyen cada vez más a las minorías étnicas, como culmen de diferentes procesos migratorios; “las fronteras culturales se han movido de un lugar marginal a un lugar central” (Sagastizabal, 2000) y los encuentros con el “otro”, con lo “diferente” se han vuelto cotidianos en los marcos urbanos. Parte de la complejidad de algunas ciudades del Siglo XXI, tiene que ver con el reconocimiento de esa diversidad cultural que las atraviesa y caracteriza, donde interactúan constantemente las identidades particulares de grupos minoritarios provenientes de migraciones de diferentes orígenes (nacional, Interregional y/o internacional) con las culturas hegemónicas devenidas en mundialización y/o globalización.
Rosario, ha sido destino de diferentes oleadas migratorias espontáneas desde antes de la formación de la Confederación Argentina a mediados del siglo XIX, y su carácter metropolitano y portuario la ha ubicado como una ciudad receptiva de migraciones internacionales provenientes de Europa desde finales del mencionado hasta 1950 aproximadamente, otorgándole una impronta cosmopolita y ecléctica.
Al culminar la década del cincuenta, en nuestro país se produjo el segundo impulso industrialista, cuya principal característica fue la gran diversificación de las actividades productivas y económicas, junto a la incorporación de capitales extranjeros que se concentraron fundamentalmente en áreas como: la petroquímica, papel, industrias de base, especialmente automotrices, y de maquinarias. Estas empresas se ubicaron en la zona norte de la ciudad, conformando el "cordón industrial de Rosario". Asimismo, durante la década del setenta y principios del ochenta, la expansión del cultivo de la soja condujo a los agricultores a desplazar los cultivos tradicionales, por esta oleaginosa. De esta manera se reactivó la economía de la “pampa gringa”, lo cual ocasionó un gran impulso en la industria de la construcción, originándose una fuerte demanda de mano de obra no calificada. Paralelamente, se producirá un estancamiento en las economías regionales de características productivas primarias, originando una profunda crisis, y como consecuencia generando en grandes sectores de la población rural desempleo y salarios magros, principales motores del éxodo rural hacia los centros regionales urbanos importantes e industrializados.
La posibilidad de trabajo estable, comparativamente mejor remunerado y la mayor accesibilidad a efectores de salud e instituciones escolares, obraron como poderosos estímulos para que Rosario se convierta en polo de atracción de diferentes oleadas de inmigrantes “expulsados” de sus lugares de origen (Pivetta,1999, p. 34), a los cuales se sumaran migrantes intrarregionales, en especial de los países limítrofes.
La migración Qom[3] a la ciudad de Rosario, se incluye dentro de estos procesos descriptos, junto a las causas que la motivaron. El pueblo Qom habitaba desde antes de la llegada de los españoles en el siglo XVI, y hasta la incorporación de su territorio al sistema productivo del Estado Argentino a finales del siglo XIX, un vasto espacio que abarcaba desde el norte de la provincia de Santa Fe hasta Paraguay, teniendo como límite oeste los ríos Paraná y Paraguay y este las primeras estribaciones de la Precordillera de los Andes.
Desde las últimas décadas del siglo XIX este territorio fue integrado a la economía nacional para la explotación de sus recursos naturales exportables al extranjero, y los pueblos originarios que moraban en este espacio -los Qom entre ellos, captados como mano de obra en los enclaves forestales y en los ingenios azucareros, en primer lugar, y luego como cosecheros de algodón, durante el boom de este cultivo en la provincia del Chaco. Las crisis de las economías regionales, y la caída de las exportaciones de algodón, repercutieron de manera directa sobre el espacio rural de la región Chaqueña, obligando a esta población a migrar en busca de mejores condiciones de vida y de trabajo básicamente.
Este proceso migratorio como asevera Pivetta (1999), se realizó en dos etapas: primero gran parte de las familias Qom que trabajaban en el ámbito rural se ubicaron en centros regionales como Resistencia y sus alrededores; y en un segundo momento ante el impedimento de obtener trabajo permanente, y la insatisfacción de las expectativas, se dirigieron a las grandes ciudades industriales como Rosario, Santa Fe y Buenos Aires.
Al igual que en Buenos Aires, en Rosario, las familias que iban llegando se sumaron a los modos de ocupación informal y ocuparon espacios vacantes fiscales o de particulares, lotes municipales, ferroviarios, inundables, abandonados o con conflictos de titularidad, sin servicios e infraestructura donde la ocupación del terreno se produjo mediante la propia construcción de sus viviendas con materiales que recolectaban a través del cirujeo.
El asentamiento de los Qom en la ciudad de Rosario comenzó en el año 1968, con la llegada de las primeras familias que se afincaron en “Villa Banana”, situada en Avenida presidente Perón y la calle Felipe Moré, y posteriormente en el asentamiento irregular ubicado en la calle Cerrito al 4700. Sin embargo, la presencia de este pueblo originario en la ciudad no sería percibida sino hasta los primeros meses de 1983, cuando las inundaciones del río Paraná, provocaron migraciones masivas de grupos Qom a Rosario. El núcleo más numeroso se ubicó en el barrio Empalme Graneros, en el sector de las tierras bajas de confluencia de las vías de los ferrocarriles Mitre y Belgrano, entre Av. Génova y Juan José Paso (Garbulsky, 1990, p. 26). Las primeras noticias y los primeros entrevistados recién llegados de la etnia Qom, aparecieron en 1983, en el diario “Rosario” que no se edita actualmente.
Los motivos de estos desplazamientos poblacionales se hallaban en la falta de trabajo, en la búsqueda de mejores condiciones de vida, de salud, y educación para los más jóvenes. La situación que atravesaban en sus lugares de origen era desesperante e indigna, y a pesar de que las ciudades fueron incapaces de satisfacer la demanda laboral de los Qom y que tuvieron que instalarse en asentamientos irregulares, evidentemente las grandes urbes les ofrecieron una posibilidad mayor que las localidades y parajes en los cuales vivían previamente, sin que por ello podamos categorizarlas como suficientes. Víctor Díaz, oriundo de presidente Roque Sáenz Peña y miembro al grupo de familias que se instalaron abajo del puente ferroviario en 1983, en los terrenos de Juan José Paso y Travesía, a través de su testimonio al desaparecido medio periodístico Diario Rosario nos relata de manera única las razones que motivaban a estas poblaciones:
Allá no llega ayuda […] Mi tribu no tiene ayuda, siembran algodón, y a veces salen mal porque escasean muchos elementos, y con la inundación es peor[…] allá la gente no conoce la plata, cuando se empieza el trabajo los primeros tres meses se paga a veces, después cuando llegan los meses les dan vales para sacar mercadería, para sacar alpargatas[…] los aborígenes no tienen derechos y mucha gente se aprovecha y los tiene como esclavos, no hay justicia en nuestro pueblo, no hay derecho, sufren hambre” (Mariatti, 1983)
Durante los finales de la década de 1980 y los principios de 1990, los niños Qom no eran aceptados en las escuelas de gestión privada o gestión estatal de los alrededores del asentamiento, por el temor que generaban los estereotipos ahistóricos que atravesaban el imaginario colectivo de los moradores de Empalme Graneros, y de los padres de los alumnos de esas escuelas, que presionaban a los directivos para que no aceptasen a los alumnos Qom, por el miedo a las enfermedades que posiblemente traían desde el monte, porque eran niños que no estaban vacunados, y porque eran “indios” como literalmente refieren los testimonios orales de ese momento.
Entonces los padres de estos niños Qom, decidieron que las nuevas generaciones, sin perder la identidad de pueblo originario, deberían a través de la educación liberarse de la situación de opresión y discriminación que sufrían desde muchos siglos atrás. Ante estas inquietudes, a finales de la década de 1980, una hermana franciscana del colegio “Nuestra Señora de Guadalupe”, junto al entonces Párroco de la Iglesia Santísimo Redentor, que misionaban e impartían apoyo escolar a los niños del asentamiento, impulsaron el proyecto a través del cual canalizaron estas expectativas, con la creación de las Aulas Radiales “San Juan Diego” dependientes de la Escuela Particular Incorporada N° 1197 “Paulo VI”, el 9 de Junio de 1990. El proyecto contempló la edificación de dos aulas dentro del ámbito del asentamiento – Reconquista 2075, porque el espíritu de la creación de esta escuela era que esté inmersa en la realidad Qom y que la sintiesen propia. El crecimiento vegetativo de la población y el arribo de nuevos grupos poblacionales indujo un aumento en la matrícula escolar que provocó la ampliación del edificio, y que, en 2009, esas aulas se convirtieron en la Escuela primaria particular incorporada N° 1485 “San Juan Diego”, integrada en el 2017 a la modalidad intercultural bilingüe por el Ministerio de Educación de la Provincia de Santa Fe. Con la sanción de la Ley de Educación Nacional 26.206, que instaura la obligatoriedad del Nivel secundario, en 2009 se creó la Escuela de Educación Secundaria Orientada N° 316 que ha adoptado desde el año 2020 la Educación Intercultural Bilingüe como modalidad.
La escuela surgió como respuesta a las necesidades escolares que tenían los Qom en un asentamiento irregular de la ciudad de Rosario, y luego de cuatro décadas el sistema educativo provincial cuenta con 33 escuelas en la modalidad de educación intercultural bilingüe, a las que asisten más de 7900 niños, niñas, adolescentes, jóvenes y adultos en los niveles inicial, primario y secundario (Aptus, 2021).
En el ámbito educativo se cuenta con una gran cantidad de legislación nacional y provincial, que se ha traducido en políticas que tienen por objetivo superar los estereotipos del modelo compensatorio, en el cual la diversidad es percibida como carencia. Sin embargo, es dable señalar, como así lo hacen quienes estudian e investigan la Educación Intercultural bilingüe que aún cuando pensamos en diversidad cultural, se está referenciando a la educación de los pueblos originarios, como si el resto de los habitantes urbanos compartiésemos una única cultura e identidad étnica, estática e inmóvil. Todo lo contrario, como decíamos al principio, la multiculturalidad es aquello que caracteriza a las ciudades del siglo XXI, todas las sociedades son heterogéneas, fruto del intercambio y la interacción constante con la otredad en los espacios de contacto cultural que se producen hasta virtualmente en este mundo hiperconectado. Sagastizabal (2009) nos propone pensar cómo convivir en una sociedad plural si no articulamos la lógica de lo común con la lógica de la diferencia, es decir que todos los ciudadanos necesitamos educarnos para la diversidad cultural.
AUTORA: Prof. Lic. María Paula Carignano
INSTITUTO SUPERIOR PARTICULAR INCORPORADO N° 9110 “DE LA SAGRADA FAMILIA”
REFERENCIAS
- Barth, F. (Comp.) (1976), Los grupos étnicos y sus fronteras. México: Fondo de Cultura económica
- Bravo Molina, C (2001). Etnia y etnicidad: dos categorías en construcción, Revista de Ciencias Humanas, Nº 25, http://www.utp.edu.co/~chumanas/revistas/revistas/rev25/bravo.htm
- Garbulsky, E. (1990). Los grupos Kom. En Bonaparte, H. Los que llegaron del Interior. Rosario: Historias De Aquí A La Vuelta. Rosario: Ediciones de Aquí a la Vuelta
- Garbulsky, E. (25 de agosto de 1991). Los Tobas y su historia de desarraigos. Diario La Capital
- La primaria Nº 1485 San Juan Diego fue declarada Escuela Intercultural. (23 de junio de 2017). Rosario Noticias. https://www.rosarionoticias.gob.ar/page/noticias/id/91553/title/La-primaria-N%C2%BA-1485-San-Juan-Diego-fue-declarada-Escuela-Intercultural
- Mariatti, D. (30 de Julio de 1983). Tobas: pauperización de una cultura. Diario Rosario. Suplemento Cultural
- Pivetta, B. (1999). Migración a Rosario y memoria Toba. Rosario: UNR Editora
- Sagastizabal, M. (Dtora) (2000). Diversidad Cultural y fracaso escolar. Rosario: IRICE
- Sagastizabal, M. (Coord.) (2009). Aprender y Enseñar en Contextos Complejos. Buenos Aires:Noveduc
- Santa Fe incorporó dos escuelas a la modalidad intercultural bilingüe (26 de Abril de 2021). Aptus. Propuestas Educativas. https://aptus.com.ar/santa-fe-incorporo-dos-escuelas-a-la-modalidad-intercultural-bilingue/
[1] Decreto Presidencial 1584/2010 ver en http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/170000-174999/174389/texact.htm
[2] Se utiliza el término minoritaria en forma cuantitativa, así como cuando se emplea minoría étnica, se hace referencia a un grupo humano que comparte una misma descendencia cultural, comparativamente menos en número con relación a una realidad cultural-poblacional nacional. Cfr. en Bravo Molina, C. (2001)
[3] Edgardo Garbulsky, explica que el término Qom, es un autoetnónimo, es decir, la manera en que el grupo se denomina a sí mismo; significa gente, en el sentido de nuestra gente, nosotros. Cfr. Garbulsky (25 de agosto de 1991). La lengua Qom es una lengua de tradición oral. Convencionalmente los miembros de esta cultura han adoptado el alfabeto castellano para realizar la grafía de la lengua Qom. Por eso han acordado que el autoetnónimo que utilizan se escribe con Q y no con K. Todavía en la bibliografía más antigua aparece en algunos casos la denominación Qom escrita con K. Por otra parte, aún se utiliza en algunos sectores y/o medios el término “toba/tobas” para designar a los miembros de la etnia Qom. El término toba proviene de la voz “tová” del antiguo guaraní y quiere decir frente amplia, o “frentones”, porque eran conocidos durante el período colonial por la costumbre de raparse la frente. Los españoles adoptaron este término para nombrar a los Qom a partir de su contacto con los pueblos guaraníes.
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |