CRÓNICA DE UNA EXPERIENCIA. COLEGIO SUPERIOR N° 42 «Dr. Agustín L. Rossi”. VERA.
“La reflexión es consciente y posee una función crítica al poner en cuestión la estructura de suposición del conocimiento en la acción y poder modelar la acción futura” (Schön, 1992: 32-34)
Desnaturalizar lo cotidiano, lo dado, por el desafío de la pregunta y de la mirada introspectiva. Narrarse en la práctica pedagógica como la posibilidad de “fugarse”, de lograr el movimiento necesario para transformar la práctica pedagógica, para transformarse y al mismo tiempo no enquistarse ni detenerse en los puntos acríticos de la misma se constituyó en uno de los tantos desafíos del 2020.
La creación o recreación de situaciones pedagógicas a partir de la mirada en las distintas instancias de la vida educativa plantea la posibilidad de recuperar el aprendizaje “situado” de los propios docentes y estudiantes.
Una mirada comprometida que desafía a transitar la realidad de la complejidad en el conocimiento y por ende, en el currículo, se constituyó en un reto epistemológico y pedagógico.
Un reto por un lado a reflexionar sobre la tradición educativa y por otro lado una invitación a lo nuevo, integrar, no acumular o excluir, lo innovador en las diversas maneras de concebir y de pensar en tiempos de pandemia.
Sea cual fuere la forma es importante resaltar que cuando en la formación se instala la modalidad reflexiva de mirar los supuestos incorporados y de analizar críticamente la realidad sociocultural, las consecuencias que de ellos resultan se habrá asentado un nuevo estilo pedagógico que facilitarán los futuros encuentros en los desafíos que advienen.
La Subsecretaría de Educación Superior tiene el honor de culminar un ciclo de conversatorios de lecturas a través de la producción del COLEGIO SUPERIOR N° 42 “Dr. Agustín Luis Rossi” a cargo de los siguientes profesores/as: Prof. Verónica Lacombe; Prof. Lucrecia Nigra; Prof. Andrea Vergara; Prof. Mercedes Costa; Lic. Analía Martínez; Prof. Rosa Wekid; Prof. Carolina Rossa; Prof. Graciela Sarramona; Prof. Miguel Gómez; Prof. Walter Pighin
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg Patricia Moscato.
“Las teorías, las representaciones, los imaginarios siempre producen efectos en las políticas concretas, en las prácticas específicas y en los sujetos reales”.
Graciela Frigerio
Nada hacía pensar lo que estaba por acontecer. Porque ese es el misterio de vivir, la incertidumbre de no saber lo que nos va a suceder. Y la educación no está ajena al devenir constante de la vida, en ella todo lo que acontece en el contexto local, nacional, mundial repercute como caja de resonancia; paradojalmente ella también genera cambios que repercuten en los contextos más amplios.
El 2020 nos sorprende con una pandemia; algo inédito en nuestra contemporaneidad
y como tal, intempestivo; con sus luces y sombras; impregnando todos los aspectos y ámbitos de nuestra vida cotidiana. Miedo, incertidumbre, aislamiento social obligatorio, diversa y abundante información para procesar y tomar decisiones en el tiempo disponible, las veinticuatro horas del día. Pero este año también nos enseñó que eso que nos daba seguridad podía desaparecer, que el espacio físico donde los hechos acontecían estarían prohibidos, que las formas establecidas de convivencia serían modificadas, que los vínculos ya no serían tan estrechos y que otros modos de estar en el mundo deberían ser pensados. El Covid 19 nos despojó de todo aquello donde nuestras certezas se asentaban, modificó la cotidianeidad, el ritmo de nuestras actividades escolares, los rituales y mucho de lo conocido.
Un “escenarios emergente” que impuso “procesos de deconstrucción de la práctica docente”, transfiguró la “subjetividad docente” y obligó a repensarla y deconstruirla desde una indagación crítica sobre la propia práctica. Tuvimos que re-pensar, diagramar, diseñar, re-construir, proyectar otros modos de encuentro con el saber. Todo aquello que se había pensado y planificado debió repensarse y darse nuevos formatos en función de las necesidades que se iban presentando. Realidad que nos enfrentó con caminos diferentes a los que estábamos acostumbrados. Nos obligó a examinar las formas de desarrollar nuestros contenidos y de evaluar, y sobre todo a establecer vínculos con nuestros alumnos y compañeros en otros entornos muy diferentes a los que teníamos naturalizados.
Nos hizo “sentipensar” en la necesidad imperiosa de proponer una nueva cultura educativa basada en los criterios de la “bimodalidad”, con una integración real de los “recursos digitales”, con valores transparentes, inclusivos y democráticos propios del pensamiento crítico y que representan una oportunidad genuina para impulsar “otros de modos hacer” en los vínculos, los tiempos, los espacios y los posicionamientos que se ponen en juego en el enseñar, el aprender, y que obligan a una deconstrucción de la “subjetividad docente”. Como un escenario de búsqueda de nuevas miradas y encuentros, espacio renovado para la construcción y de-construcción de alternativas a las pedagogías tradicionales.
La tarea fue en casa, en la soledad de nuestros hogares; se notó más que nunca la falta de los espacios de conversación con nuestros directivos, colegas, estudiantes; que no es que no estuvieron, pero la virtualidad nos enseñó también la riqueza de la presencialidad de la proximidad del encuentro con el otro, cara a cara, cuerpo a cuerpo. Si bien las TIC´s son herramientas muy útiles en estos momentos, tienen una frialdad e imponen una distancia, que necesariamente debe ser complementada con la sensibilidad de los otros, con sus humanidades, porque aunque estamos hechos de palabras, las palabras escritas en muchos momentos no alcanzaban. Faltaron las miradas y sobre todo los gestos, faltó el dulzor de la esencia de la escuela, justo allí donde lo humano y lo sensible se dan cita para que podamos crecer con los otros y desde los otros.
Notamos las ausencias de esas presencias que hacen a toda praxis educativa. Nos faltaron los encuentros con nuestros colegas, las palabras de aliento, los consejos entre pares, el comentario sobre la trayectoria de algún estudiante. Nos faltaron las miradas contenedoras, las palabras que empujan, los abrazos que contienen.
Súbitamente la escuela, tal como la conocemos y habitábamos desde sus orígenes, estalló en miles de partículas pero cada una de ellas se esforzó por sostener el vínculo, como hilos imaginarios, tejiendo redes en el espacio. Encontramos que la plataforma virtual nos permitía armar propuestas de enseñanza significativas, a las cuales les sumamos grupos de WhatsApp, video llamadas, conversatorios por google Meet. Recursos que nos permitieron un acercamiento al estudiante para fortalecer el vínculo pedagógico y acompañarlos en sus trayectorias. Trabajamos mucho: preparamos recursos, buscamos bibliografía digitalizada sino no había la construimos, seleccionamos contenidos, organizamos propuestas de aprendizaje anacrónico, y por sobre todo no dejamos de pensar en ellos nuestros estudiantes. Muchas de las situaciones que se nos fueron presentando, eran desconocidas y a veces problemáticas, lo que hizo que busquemos la mejor forma de resolverlas.
Sin embargo, también fue cierto, que muchos de estos nuevos vínculos no alcanzaron, otros fueron débiles pero sobrevivieron, otros muy potentes y motivadores. Las luces del estallido dejaron al desnudo las diferencias en distintos aspectos del quehacer educativo, las desigualdades económicas y sociales, las inconsistencias, contradicciones y asincronía de un sistema educativo con el contexto pre-pandemia que, si bien se percibía y debatía, quedó al descubierto con crudeza. Subjetividades forjadas en instituciones de encierro flotando en el espacio a cielo abierto.
Muchas preguntas quedan dando vueltas y nos ponen nuevamente a pensar:
¿La irrupción del virus nos ha provocado “pensar” otros modos o ha impulsado esfuerzos por sostener la continuidad pedagógica con las formas preestablecidas? Se escuchan muchas expresiones de deseos de volver a la escuela y continuar con la “normalidad”, con las clases presenciales, como una inmensa necesidad de aferrarse a lo conocido. ¿Será esto posible? ¿No es esto una señal, un signo de nuestro tiempo para que lo pensemos de otro modo? ¿Qué implica “pensar”? Pensar lo que adviene implica siempre pensarse, es decir repensarse. Estar de otro modo en el “mismo” lugar. La in-comunicación es un camino para pensar. ¿Qué contradicción, no? En este contexto, donde estamos saturados de comunicación, esto se convierte en un obstáculo, como una neblina densa que nos obtura la visión y nos detiene, no por propia voluntad sino porque no nos permite desplazarnos. ¿Qué elementos o procesos necesitamos para transitar en ese camino? Creemos que son cosas éticamente valiosas y como tal, escasas.
Mirando atrás, viendo el camino recorrido, nos damos cuenta que confiamos en nosotros, en nuestro profesionalismo, en los saberes que fuimos construyendo a lo largo de nuestra formación docente. Fue un año cargado de significados, de aprendizajes, de empatía, de reconocimientos, de procesos, de aprender nuevas palabras “home- work”. Nos frustramos, muchas veces. Sentimos que no podíamos otras tantas. Pero aquí estamos evaluando aquello que podemos mejorar, pensando en aquellos a los que no pudimos sostener.
Tiempo- Escucha-Lectura y Conversación.
Este procedimiento golpearía el intento comunicativo. No “escuchamos” para entendernos. No escuchamos lo dicho. No es en el universo de la regulación comunicativa donde circula la escucha. La escucha es justamente de aquello no dicho en lo dicho. Escuchar es atravesar el signo, ingresar en una caja de resonancias que abre lo impensado. La comunicación cuenta con un arsenal de recursos: comunicados, informes, legajos, actas, diccionarios. Quien comunica no conversa. ¿Cómo opera la comunicación? La comunicación define, explica, identifica, denuncia, intenta evitar los equívocos. Informa lo que sabe.
Y aquí pensamos en la potencia de las palabras; tal vez muchas de las palabras con las que comunicamos representan sólo interpretaciones apresuradas en función de demandas tecnicistas y burocráticas. La necesidad de definir, explicar, pareciera ser la única lógica posible. Necesitamos tierra firme, movernos en un terreno conocido. Pero esta inercia, esta continuidad, en nuestras prácticas pedagógicas produce subjetividad, tiene resonancias en los autoconceptos y proyectos de vida de los estudiantes y en la calidad de la gestión educativa.
¿Se piensa en la ética de lo que comunicamos cuando comunicamos? ¿Se es consciente del poder de las palabras cuando comunicamos? Pensar requiere tiempo. Y ¿Qué es el tiempo? ¿Por qué nos falta tiempo para pensar, para escuchar, para conversar? ¿El tiempo es algo dado, impuesto o es algo que podemos crear? Nuestro tiempo, es un tiempo que nos impone velocidad, el capitalismo se alimenta de eficiencia, mayor producción en el menor tiempo posible y al menor costo posible, esta lógica se cuela aún en aquellas instituciones que no tienen que ver con la producción de bienes y servicios, pero que en algunos casos, como algunas instituciones educativas parecieran estar al servicio de la producción de mano de obra calificada y de la sociedad de consumo. Por ello, el tiempo de escucha, de conversación es considerado inútil; el tiempo debe ocuparse en realizar múltiples tareas, planificadas, evaluadas, todo debe estar pensado de antemano, y debe ser susceptible de ser comunicado a través de documentos, explicaciones, informes; aún con la irrupción de lo inédito, la maquinaria debe seguir funcionando.
Y entonces, en nuestra institución, como colectivo nos preguntamos ¿cómo podemos
producir otros efectos sin dejar de ser parte de esa maquinaria? Es decir, no contribuir a la
reproducción, sino que siendo consciente de eso, en los procesos en los que somos artesanos de las condiciones, transformar lo “inútil” en fuente de algo que tenga potencia.
En este sentido, durante este año, una de las formas que hemos puesto a prueba, a modo de anclaje de la condición deseante, necesaria para que haya conversación, en escenarios muchas veces hostiles, con presencias agotadas, fue todo el tiempo aportar desde la escritura en los espacios compartidos, estar en estado de investigación, proponer trabajo colaborativo, generar espacios de conversación y con alegría podemos decir que hubo resonancias, algo se comenzó a mover, quedaron ideas en el aire, las palabras haciendo algo entre las cosas, (por ejemplo un escrito sobre evaluación elaborado en forma colaborativa publicado en el portal educativo de la provincia de Santa Fe, la conformación del equipo de investigación de nuestra institución, capacitaciones ofrecidas por plataforma virtual, talleres de lectura y conversación entre docentes) se percibe potencia y eso anima a seguir por ese camino, creando la composición.
Creemos que este es un tiempo que los educadores debemos enfocarnos en la incomunicación más que en la comunicación, sin dejarla de lado, porque es necesaria pero pensar en los procesos de gestión, enseñanza, aprendizaje y evaluación como una conversación abre posibilidades de desplazamiento, bifurcación; dejarnos afectar por los signos que emergen o subyacen en las formas, transitar lo inédito, lo nuevo como tal, no sólo tratar de sostener el vínculo pedagógico (sino buscar fuerzas vinculantes) y una escuela que ya no existe; en especial su función homogeneizadora.
A pesar de todo, la pandemia no nos paralizó….
Como Instituto de Formación Docente y Técnica, y desde un recóndito del norte santafesino pudimos desarrollar actividades de investigación, capacitación y sostener vínculos con otras instituciones.
-Desarrollamos nuestra primera DE FORMACIÓN VIRTUAL “Educación y pandemia: interpretaciones, exclusiones y experiencias” que implicó la elaboración colectiva y colaborativa del proyecto, la gestión de las herramientas digitales necesarias para el desarrollo de la propuesta, la circulación de la ayuda necesaria a los docentes a cargo del dictado del encuentro virtual para la utilización óptima de ese tipo de recursos (habilidades para el manejo de aplicaciones necesarias para proporcionar recursos a los estudiantes y garantizar el registro del proceso de la propuesta), la creación de un Aula Específica en la Plataforma Virtual del Colegio para generar el espacio desde el cual se tramite la inscripción, participación, acompañamiento y evaluación de los capacitandos, y la socialización del encuadre metodológico de la propuesta.
-Fuimos parte del 4 Congreso de Informática Del Norte Santafesino “Experiencias Educativas”. Este evento organizado por los Institutos de formación superior del departamento Gral. Obligado, es la primera vez que se da participación a institutos de otras localidades y departamentos. La temática que se decidió abordar fue “Sistemas Informáticos para la Unidad 10”, temática abordada en el espacio curricular Prácticas profesionalizantes con el apoyo de los espacios curriculares Desarrollo de Sistemas y Bases de Datos y los demás espacios curriculares ya que todos trabajan sobre los proyectos propuestos por PPI. A diferencia del resto de los expositores, desde el Colegio se decidió darles participación a las alumnas que realizaron el proyecto, que en la actualidad son nuevas profesionales recibidas de la Tecnicatura Superior en Análisis de Sistemas Informáticos. Cabe destacar que nuestra institución tiene proyectos y planes para que los alumnos desarrollen aptitudes en la elaboración de disertaciones, capacitaciones y congresos.
– Seguimos siendo parte de un convenio colaborativo con la Unidad Penal 10, institución considerada como Cárcel Modelo, donde a través de programas se busca la reinserción de los internos a la sociedad. Dentro de los programas que ofrecen está el de granja, donde tienen producciones diversas como cría de animales para el consumo y huerta, esto no se realiza para consumo interno sino para la venta y es una de las fuentes de ingresos más importantes en lo que respecta a la economía de la unidad. Por ende se buscaba una organización eficiente y eficaz que permita al administrador el control de la producción: ingresos, egresos, nacimientos, donaciones, etc.
Por esto se ofreció desde el espacio Practicas Profesionalizantes realizar un sistema integral que permita gestionar esta actividad, tanto a la parte administrativa como al personal que forma parte del proyecto. Esto les permitió a nuestros alumnos estar en contacto directo con otra realidad, muy diferente a la que acostumbran. Además, salir de cualquier esquema de programación y forma de trabajo, para reestructurarse y tener contacto directo con sus potenciales usuarios.
– Comenzamos a trabajar en un proyecto de investigación denominado “Ciencia, educación y desarrollo sostenible local” con un invitado especial, Alberto D. Cimadamore (CONICET/UBA), y cuyo objetivo es promover el cambio hacia la sostenibilidad socioeconómica y ambiental local a través de la educación, investigación y coproducción del conocimiento entre investigadores, docentes y estudiantes de la comunidad educativa del Colegio Superior No. 42 (CS42) y representantes del gobierno y organizaciones sociales de la ciudad de Vera, Santa Fe. La idea del proyecto es contribuir, desde el nivel local, a alcanzar los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados por la Organización de Naciones Unidas y adaptados por la República Argentina. El logro del objetivo se hará a través de una estrategia trans-disciplinaria que integra la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS – Módulo 1) promovida por UNESCO -que será incorporada a los planes de estudios del CS42-; un proyecto de investigación-acción sobre la asignación de recursos del presupuesto de la municipalidad para el desarrollo sostenible de Vera (Módulo 2); y un plan de archivo y comunicaciones destinado a sensibilizar y movilizar a la comunidad local en materia de ODS (Módulo 3).
No queda dudas que fue un año de experiencias y nuevos aprendizajes. Lo más valorable es todo el esfuerzo compartido con aciertos y desaciertos que nos ha hecho para llegar hasta aquí.-
COLEGIO SUPERIOR N° 42 “Dr. Agustín Luis Rossi”: Prof. Verónica Lacombe; Prof. Lucrecia Nigra; Prof. Andrea Vergara; Prof. Mercedes Costa; Lic. Analía Martínez; Prof. Rosa Wekid; Prof. Carolina Rossa; Prof. Graciela Sarramona; Prof. Miguel Gómez; Prof. Walter Pighin
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |