La Revolución de mayo de 1810. Un eslabón más del proceso revolucionario latinoamericano
Este 25 de mayo nos encuentra conmemorando un aniversario más de la formación del primer gobierno patrio de una forma muy diferente cómo la hubiésemos imaginado.
Sabemos que hace doscientos diez años se comienza a materializar un proceso político que se venía gestando a lo largo y a lo ancho del Virreinato del Río de la Plata en consonancia a lo que ocurría en Europa. Es pertinente reconocer en este proceso a todos los actores involucrados que en aquel entonces empezaron a pensar acerca del futuro de la región y su organización político espacial.
A continuación presentamos un artículo alusivo, en donde el Prof. Ricardo Gonzalez, nos invita a problematizar la historia oficial de este hito histórico, ubicándolo en el contexto internacional y latinoamericano de aquella época y develando a sus verdaderos protagonistas.
Prof. Patricia Moscato – Subsecretaria de Educación Superior
La Revolución de mayo de 1810
Un eslabón más del proceso revolucionario latinoamericano.
Por Prof. Ricardo N. González
Diferentes historiadores coinciden en plantear a los sucesos de la Semana de Mayo de 1810 como un hito inicial en el proceso de las luchas por la independencia de nuestro país. Norberto Galasso nos dice “En los discursos escolares se califica a la Revolución de Mayo como el día del nacimiento de la patria y según este criterio, año a año, se festeja, con cantos y escarapelas, el aniversario o bien podría decirse, el cumpleaños”. (1) Siguiendo el análisis de Galasso, la gesta de Mayo nos ha sido presentada como REVOLUCION separatista, independentista, antihispánica, dirigida a vincularnos al mercado mundial, probritánica y protagonizada por la “gente decente” del vecindario porteño con apoyo decisivo de los militares. Aquí trataremos de ver tal caracterización para entender de qué estamos hablando cuando en las escuelas tratamos de abordar aquella Semana de Mayo de 1810. Así presentado el relato, resulta que la Revolución de Mayo fue un movimiento social y político que se produjo en la ciudad de Buenos Aires, organizado por una minoría (450 personas fueron invitadas al cabildo abierto del 22 de mayo, y no concurrieron todas, sobre una población cercana a los 44.000 habitantes (2)); de carácter separatista (con intenciones de dejar de ser colonia o depender administrativamente de la Corona de España); con el objetivo de declarar la independencia (cortar lazos políticos y económicos con la metrópoli); con marcado acento anti-español (todo lo vinculado a España debía verse como aquello que había que eliminar), con una decidida impronta económica hacia el librecambio comercial en alianza con la economía británica dueña de los mares y del comercio en ésa etapa histórica; desde el punto de vista social nos mostraron la imagen de una clase social acomodada como la gestora y protagonista de la revolución la cual fue sostenida por las fuerzas armadas comandadas por Cornelio Saavedra, como actores de reparto negros esclavos, mestizos y hasta descendientes de pueblos originarios. Así vista la revolución de mayo fue realizada exclusivamente por los sectores militares, eclesiásticos y “señores” pertenecientes a un grupo selecto de civiles, sin participación popular. Los sectores plebeyos, en este relato oficial, solo fueron notas de color pintorescas casi como los paraguas o la reconocida postal del cabildo. En cada acto escolar no faltaron jamás los negros esclavos que al final de la presentación gritaban “Viva la Patria, ya somos libres”. ¿Ironía del destino o relato político? Porque la libertad de vientres recién se concede en 1813 y la abolición de la esclavitud en nuestro país en 1853 con la sanción de la Constitución Nacional. Es decir, los negros no fueron libres en 1810. Tampoco se cuenta, en aquel relato, que la noche del 24 de mayo de 1810 algunos revolucionarios patriotas recorrieron las calles de Buenos Aires juntando firmas para pedir el Cabildo del 25 y en contra del Virrey Cisneros solicitando se cumpla el espíritu del cabildo abierto del día 22 de mayo, se reunieron 400 firmas. Las dos primeras son las de Domingo French y Antonio Berutti representantes de sectores populares y orilleros (quienes pasaron a la historia por repartir escarapelas como si ese hubiese sido su rol), en su mayoría analfabetos que no sabían firmar pero que buscaban un cambio de gobierno. Entre esas firmas se encuentra la del Cacique José Humac Minoyulle en representación de nuestros pueblos originarios (3). Pero veamos con más detenimiento el relato oficial que es el que más se ha difundido. Y que por ser el relato oficial es el que se enseñó por años en nuestras escuelas.
Les propongo viajar a 1810 y recorrer juntos el relato que aprendimos. Si la revolución de mayo de 1810 fue SEPARATISTA y ANTIHISPANICA, ¿por qué los integrantes del Primer Gobierno Patrio, aquel 25 de mayo, juraron fidelidad al Rey de España?, ¿cómo se explica que una revolución antiespañola se haga en nombre de España y qué además haya españoles como miembros de la Primera Junta? Larrea y Matheu eran españoles, Belgrano y Azcuénaga estudiaron en España, jamás evidenciaron su rechazo hacia lo hispánico. La bandera de España siguió flameando por dos años más hasta febrero de 1812 cuando Belgrano enarbola la celeste y blanca en un contexto de guerra. Sorprende conocer que French y Berutti en las jornadas de mayo repartían efigies con la cara de Fernando VII. ¿Por qué no se aprovechó ese momento, si la idea era separarnos de España, para declarar la independencia? Son varios interrogantes que desalientan a pensar que fue un movimiento Separatista y anti-español como lo aprendimos. También nos contaron que una de las razones de la revolución era que los criollos querían el Librecambio como modelo comercial y que se encontraban ahogados por el monopolio español. Y que buscaron con la revolución acercarse a los ingleses. Ahora bien, cuando vemos en 1809 una economía destrozada, donde el poder hispánico en lo económico quebró definitivamente y que los españoles se vieron obligados a otorgar facilidades al comercio inglés en América para que éste último tuviera libertad para introducir sus mercaderías sin trabas aduaneras, no se sostiene ésa causa como determinante para la revolución de mayo de 1810. Sigamos un poco más. Se sostuvo que fue la sociedad porteña la protagonista de la revolución. Qué allí nació la patria y que fue gracias a una minoría de hombres decentes con el auxilio del ejército y de la Iglesia los que gestaron la Patria. Si bien los hechos comenzaron en Buenos Aires no es posible adjudicar a la revolución una identidad solo porteña, ya que forma parte de otros levantamientos que se dieron en otras regiones del continente dominado por la monarquía española. Y los hechos más significativos ocurrieron en la zona del llamado Alto Perú que era parte del Virreinato del Río de la Plata. Así la insurrección popular en 1810 recorre toda la extensión de la Patria Grande, el movimiento de mayo nuestro se inscribe en esa Gran Revolución. Es un eslabón más en la historia común de los pueblos latinoamericanos. Es preciso señalar que la revolución de mayo no fue solo realizada por abogados, militares o sacerdotes, participaron muchos activistas, negros, indios, mestizos y cuchilleros de las orillas que fueron determinantes a la hora de exigir al Virrey que cese en el mando. Ese era el Pueblo que quería saber de qué se trataba. Juan Bautista Alberdi ya nos decía “la revolución de mayo es un capítulo de la revolución hispanoamericana, así como ésta lo es de la española, y ésta, a su vez, de la revolución europea que tenía como fecha liminar el 14 de julio de 1789 en Francia” (4) Solo si entendemos que nuestro 25 de mayo no fue una casualidad del destino, sino el desenlace lógico de un proceso histórico regional e internacional originado en Europa y exportado a nuestro continente, podremos comprender en su totalidad la trascendencia de la Semana de Mayo. Si podemos ver con nuestros alumnos que las ideas de los hombres de mayo fueron parte de la “época revolucionaria” en que les tocó vivir habremos avanzado en una comprensión histórica integral y no parcializada. Nuestra Revolución de mayo no fue separatista ni antiespañola, no fue pro británica ni siquiera por el libre comercio, no fue exclusivamente porteña ni realizada por las élites citadinas. De la lectura de los hechos es razonable suponer que el movimiento fue parte de los movimientos revolucionarios de nuestra América, imbuidos de las ideas de la Revolución Francesa, cuestionadores de una forma de Gobierno Absolutista, despótica y corrupta, que descansaba en la auténtica expresión del sentimiento de las clases sociales que empujaban la revolución propiciando cambios, pero al mismo tiempo manteniendo la adhesión al rey español cautivo de Napoleón, Rey al cual adjudicaban tendencias renovadoras que podrían mitigar el despotismo de los “godos o realistas” (como se conocerán a los partidarios de la Monarquía Absoluta, burocracia estatal vinculada al monopolio) a quienes enfrentarán los “patriotas” (partidarios de la monarquía constitucional con un poder del Rey atenuado).
El gran desafío al momento de enseñar la Revolución de Mayo de 1810 será llevar adelante el abordaje desde una mirada del proceso revolucionario mundial y latinoamericano, en términos de conceptos de libertad e igualdad contextualizados en tiempo histórico, caracterización geográfica y agrupamientos sociales intervinientes. Y sin dudas asumir el compromiso de incluir en el relato a todos los actores, corriéndonos de la foto de los integrantes de la Primera Junta, mirando por la ventana de la historia hacia la Plaza para reconocer el rostro del verdadero protagonista de la gesta: el Pueblo movilizado.
Citas:
- Galasso Norberto: La Revolución de Mayo (el pueblo quiere saber de que se trató)
- Red de Revistas Científicas (redalyc.org), La ciudad de Buenos Aires en los Censos de 1778 y 1810 págs 75-85 Población de Buenos Aires. Año 7 11 de abril de 2010.
- Ministerio de Cultura Nacional: El camino que llevó a la Revolución de Mayo.
- Alberdi Juan Bautista: La Revolución de Mayo. Crónica Dramática.
La imagen del posteo pertenece a Aurora Reyes (1962) Los maestros de la Patria
Autor/es: | MOSCATO, PATRICIA CAROLINA |