El desafío de los «militantes de Comenio» hoy: la enseñanza en tiempos de pandemia
Hace tres semanas que estamos inmersos en una situación de crisis sanitaria global. Bastante hemos leído ya sobre ella y sobre lo que debemos hacer (o no) desde las instituciones educativas. Algunos intelectuales, investigadores, docentes, funcionarios, periodistas han planteado su postura, muchos de forma descriptiva y otros en un lenguaje más prescriptivo.
Creemos que reconocer las voces de aquellos que transitamos el nivel superior resulta oportuno
Entendemos que la enseñanza implica mediación y que en este proceso los “saberes”del colectivo docente se tornan definitivos.
Los militantes de Comenio del siglo XXI reconocemos que para posibilitar aprendizajes dos condiciones de conocimiento se presentan necesarias: conocer el objeto de enseñanza y a los sujetos de aprendizajes. Cuando hablamos del primero nos referimos a reconocer la complejidad de lo que vamos a enseñar, su contexto de descubrimiento y su contexto de justificación, los obstáculos epistemológicos que se necesitaron superar para producir determinado conocimiento. Y, cuando hablamos de los sujetos de aprendizaje nos referimos a reconocer las características de nuestros estudiantes, su lógica de pensamiento, su entorno socio cultural, los sueños, preocupaciones y desvelos de su generación, y de su contexto próximo
Ahora bien, ¿qué hacemos como colectivo docente con todo esto?, es decir, ¿qué podemos producir cuando somos capaces de dar cuenta de la complejidad del objeto y de los sujetos de nuestra enseñanza? Producimos propuestas pedagógicas, en las que están presentes múltiples, variadas y contextualizadas “transposiciones didácticas”. Así, la práctica docente se va enriqueciendo de estas y en un proceso dialéctico entre teoría y práctica el colectivo docente “crea” teoría sobre su práctica.
Sabemos que en estos procedimientos, el estado primero y luego la escuela y los docentes somos irreemplazables. El estado, desde lo macro y la escuela, desde lo micro, deben garantizar el derecho a la educación. Las propuestas pedagógicas construidas por profesores y maestros, a través de múltiples adaptaciones y traducciones de las políticas concretan este derecho. Pensar hoy en propuestas pedagógicas en entornos no presenciales, en el marco de una crisis sanitaria, supone priorizar el acompañamiento y la enseñanza de los jóvenes como modos de amparo. En este sentido, la reinvención de nuestras propuestas es necesario pensarlas en clave política.
En los últimos años, del campo de las nuevas tecnologías se puso a disposición de los profesores un conjunto de dispositivos que propician el proceso de enseñanza y aprendizaje. Las nuevas tecnologías, como toda tecnología educativa (la tiza y el pizarrón la más tradicional y antigua) pueden abonar a propuestas constructivistas o profundizar modelos tradicionales y conductistas.
En el escenario en que nos encontramos actualmente, que como describimos en la publicación anterior, nos era impensado hace un mes atrás; las nuevas tecnologías son presentadas por algunos como una estrategia legítima que le puede servir a las instituciones escolares para seguir enseñando. Sin embargo nos hacemos algunas preguntas al respecto, ¿son la estrategia única y excluyente? ¿Qué pasa con las condiciones de acceso a las Tic? ¿el entorno digital virtual nos garantiza el proceso de enseñanza y aprendizaje? ¿el uso de determinada plataforma o dispositivo favorece enseñanza y aprendizaje? O por el contrario, ¿el entorno virtual entorpece los procesos de enseñanza y aprendizaje?
Así entonces, ¿Hay recetas? ¿Existe alguna app o plataforma digital que lo garantice? Sabemos que el modelo pedagógico asumido por el docente es anterior al recurso seleccionado. El trabajo creativo, contextualizado,” entramadado en la narrativa de la unidad curricular” que propone el profesor a sus estudiantes será lo que otorgue sentido y significatividad.
Tal como afirmamos más arriba y en publicaciones anteriores, la mediación de los profesores, tanto en entornos presenciales como virtuales es lo que resultará definitivo para que la propuesta pedagógica sea significativa para un determinado grupo de estudiantes.
Sabemos que no existe magia en un recurso determinado, o en tal o cual plataforma. Será, como ocurre en el ámbito presencial, la propuesta del docente lo que otorgará la magia necesaria para entusiasmar, para querer seguir aprendiendo, para inspirar….
Entonces, la metáfora de la maga sin magia de las tecnologías educativas, las nuevas o las viejas, resulta pertinente. De por sí no nos proporcionan ni nos garantizan enseñanza y aprendizaje. El estado y las instituciones educativas son los responsable del proceso, y el colectivo docente a través de múltiples transposiciones y los consabidos procesos transferenciales son los verdaderos “magos” que pueden llegar a inspirar,
El sostenimiento del vínculo pedagógico se concreta transmitiendo “humanidad” Por esto, recomendamos desplegar desde el inicio un encuadre humano, que nos muestre como sujetos, que enmarque a este grupo que empieza a emerger
Algunas orientaciones básicas para pensar los primeros encuentros
Sabemos que el lunes 13 en los institutos superiores santafesinos comienzan las clases ¿Cómo vamos a empezar a construir un “nosotros” que nos identifique como grupo de aprendizaje? ¿Cómo plantear la bienvenida en nuestros espacios virtuales?
En las clases presenciales le dedicamos un tiempo a las presentaciones reales, así vamos construyendo una idea de “nosotros”. Mariana Maggio recomienda poder empezar a construir este colectivo con las nuevas tecnologías. Para esto, por ejemplo, propone que podamos hacer una bienvenida a la unidad curricular posibilitando las presentaciones con imágenes, preocupaciones e intereses, con el objetivo de construir una idea de común y de reconocimiento colectivo. Herramientas interactivas que posibiliten el intercambio entre los estudiantes y el docente se presentan como las más pertinentes para ir construyendo el “común” de la clase.
Resultan infructuosos los debates sobre “la mejor herramienta o recurso” que giran en torno al uso “asépticos” de los mismos. La pertinencia siempre, como en la presencialidad, estará en función de la propuesta global y de cómo el docente va “entramando” los recursos como instrumentos cognitivos. Serán altamente significativos aquellos que impriman participación, interacción y construcción de conocimiento. Por esto, el reservorio de materiales bibliográficos con guías de lectura en clave de preguntas y respuestas cerradas, no puede ser pensados como propuestas pedagógicas constructivas y se asemejan mucho a clases presenciales que giran en torno a exposiciones cerradas con sus posterior guía de aplicación.
Reinventar propuestas pedagógicas en estos momentos en donde una crisis sanitaria como una pandemia atraviesa nuestra vida y nuestros sueños supone una revisión de sentido. Entonces, una mirada sobre los componentes del proyecto de cátedra, se torna definitiva en función de la significatividad. ¿Podemos identificar en nuestra planificación un contenido potente para priorizar y comenzar en este contexto? ¿Cómo estamos pensando el tiempo cuando secuenciamos las actividades? ¿Nos imaginamos cómo están gestionando esta variable nuestros estudiantes en sus casas? ¿Cómo hacemos para separar el tiempo común del tiempo de la clase? ¿Por dónde pasan las preocupaciones de los estudiantes en estos momentos? ¿Cómo vinculamos esta experiencia colectiva a la experiencia del aula en entornos no presenciales? ¿Estamos sumando alguna voz diferente (de algún investigador, científico o artista) que le imprima significatividad a la propuesta?
Estas preguntas y otras que surgirán en nuestra práctica nos ayudarán a asumirnos como organizadores y dinamizadores de nuevos proyectos, en palabras de Daniel Brailovski en “arquitectos y anfitriones” de nuestras propuestas.
Este proceso supone un trabajo colaborativo y en equipo de los docentes por áreas o departamento. Así, como en nuestras propuestas para llevar a cabo en el instituto real, el trabajo cooperativo a través de recursos digitales y plataforma entre colegas optimizan y dan sentido al proyecto educativo global de la institución.
Patricia Moscato – Subsecretaria de Educación Superior
Bibliografía consultada
Tardif, M (2006) Los saberes del docente y su desarrollo profesional. Madrid. Narcea
Litwin E (2007) Maestros en Tecnología. Ministerio de Educación. Buenos Aires. Educared.
Maggio, M (2018) Reinventar la clase en la universidad. Buenos Aires. Paidos
Coronado, J. Entrevista a Manuel Área. Ined 21 https://ined21.com/p6959/ Recuperado 3/04/2020
Plataforma Instagram
Perfil de Instagram Mariana Maggio recuperado 04/04/2020
Imagen del blog: Lane, B Pixabay https://pixabay.com/es/illustrations/perspectiva-tecnolog%C3%ADa-fractal-3201397/ recuperado 05/04/2020
Autor/es: | MOSCATO, PATRICIA CAROLINA |