17 DE JUNIO: DÍA NACIONAL DE LA LIBERTAD LATINOAMERICANA, EN CONMEMORACIÓN DEL FALLECIMIENTO DEL GENERAL MARTÍN MIGUEL DE GÜEMES
La ley Nº 26.125 establece el 17 de junio como feriado nacional, en correspondencia con la fecha de fallecimiento del caudillo salteño. De este modo, se realiza un acto de reivindicación histórica al reconocer la relevancia del accionar de los caudillos en el marco del proceso independentista de la América del Sur. El caudillismo tuvo estrecha relación con el proceso de formación del Estado en toda la América latina pos independiente, dando lugar a movimientos políticos regionales que marcaron de alguna manera la definitiva configuración de los Estados nacionales.
Martín Miguel de Güemes pertenecía por nacimiento a una élite aristocrática criolla del noroeste argentino, sin embargo, se identificó siempre desde las Invasiones Inglesas (1806-1807), hasta el devenir del primer ciclo revolucionario de 1810 con la causa de liberación e independencia del espacio colonial peruano-chileno y rioplatense. La defensa estratégica del Noroeste que comprendía no solo las actuales provincias de Salta, Jujuy y Tucumán sino también las de Tupiza y Tarija, en el sur del altiplano boliviano, (que en realidad era el “Centro” geopolítico entre Lima y Buenos Aires), lo convocó y lo transformó junto a sus milicianos rurales a ser protagonistas de la defensa de ese norte, defensa solicitada por San Martín en el marco del Plan de Independencia Continental. Güemes y sus “Infernales” volvieron infranqueable la zona para las tropas realistas que en vano intentaron penetrar en el territorio hasta que fueron vencidos. Así, Güemes, en las guerras de la revolución independentista construyó su poder político y militar y también hizo de estas guerras la causa de los sectores rurales subalternos postergados.
El “güemismo” se caracterizó por las medidas de fuerte sesgo popular que adoptó, como hacer caer todo el peso de la guerra sobre la oligarquía. En efecto, fue ella quien soportó las frecuentes requisas de ganado, las confiscaciones y contribuciones forzosas con las que se proveían las campañas contra los españoles. Es de señalar que, además, la clase alta sufrió las consecuencias del cierre de la ruta comercial al Alto Perú. En este sentido, no es difícil entender la férrea oposición que tuvo Güemes, por parte de un grupo de políticos e ideólogos locales que aspiraba a un régimen con mayor libertades, por lo que fue confrontado y combatido en sus aristas más personalistas, en sus forzadas y exageradas exacciones a los sectores más acaudalados, de la oligarquía provinciana salteña, quienes veían con preocupación la radicalización de ciertos sectores de las poblaciones empobrecidas.
Reflexionar históricamente hoy sobre la muerte de Güemes, nos permite poner en tensión algunos aspectos de un mismo proceso histórico, (el de la construcción de una nueva organización estatal, por lo menos hasta 1820/21): el accionar de las milicias y las alianzas establecidas por las jefaturas militares con la elite, y los diferentes proyectos políticos que involucran a Buenos Aires, a Bolivia y a las provincias del Norte. Esto nos posibilita por un lado evaluar en qué medida la desaparición de Güemes significó la derrota de las aspiraciones económicas y sociales de los sectores rurales subalternos; reconociendo en la participación de las milicias rurales (en la guerra de guerrillas), la importancia que para muchos de ellos tenía el acceso a la propiedad de la tierra, al desconocer los derechos de los propietarios, (lo que les otorgaba un espacio de negociación política en una lucha por el control del poder local y regional). Finalmente, otro aspecto a vislumbrar tiene que ver con la visibilización de la solidaridad de clase social que persistirá, más allá de la muerte de Güemes, entre la oligarquía local salteña y los sectores de españoles realistas del Perú, producto de los enmarañados intereses económicos que tenían en común.
Autor/es: | EKKERT, ELIZABET GERTRUDIS |