29 de junio de 1815 – 2021 “El día de la Independencia olvidada”
El sentido de la historia se construye colectivamente a través de las huellas de la memoria, en los bordes del horizonte de los acontecimientos, donde el recuerdo se inviste de significantes a través de la pregunta permanente y del relato prospectivo del encuentro.
La recuperación de tramas reflexivas que invitan al conocimiento y reconocimiento sociocultural de la historiografía del 29 de junio de 1815 – 2021, nominada como “El día de la Independencia olvidada” se actualiza a través de la producción académica en diálogo con la pedagogía mediante los procesos simbólicos escolares.
El espacio de lectura colectiva sobre los movimientos emblemáticos de la historia es una invitación a la legítima lucha por la toma de conciencia de quienes fuimos para entender lo que somos en perspectiva de quienes podemos llegar a ser como cultura.
La Subsecretaría de Educación Superior socializa procesos de producción genuina mediante la autoría que autoriza la comprensión crítica reflexiva ante la pregunta ¿Por qué el 9 de Julio de 1816 fue la segunda declaración de Independencia?. Se renueva el agradecimiento al Prof. Mag. José Hugo Goicoechea – Instituto Superior de Profesorado N° 5003 Eduardo Lafferriere Villa Constitución – Santa Fe por la evocación a mirar la historia con el caleidoscopio del reconocimiento.
Subsecretaría de Educación Superior.
Mg. Patricia Moscato.
29 de junio de 1815 – 2021 “El día de la Independencia olvidada”
Actos escolares como “clínicas de historia”: Los juegos de simulación hacen justicia.
Problemática:
¿Por qué el 9 de Julio de 1816 fue la segunda declaración de Independencia? La primera declaración de nuestra independencia fue el 29 de junio de 1815 en el Arroyo de la China, hoy Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos. ¿Por qué no es reconocida y recordada? ¿Qué provincias participaron? ¿Por qué las provincias federales lideradas por el “Protector” José Gervasio Artigas no participaron del Congreso de Tucumán de 1816? ¿Por qué el caudillo oriental no pertenece a nuestro imaginario nacional junto a Belgrano, San Martín, Güemes, entre tantos otros? Si es el héroe máximo del Uruguay ¿que tendrá que ver con los argentinos?
Son las clínicas de historia las que planifican un revisionismo decolonial sobre los tradicionales formatos de la historia liberal y la escuela positivista.
El recurso:
Los juegos de simulación o de roles son vitales para componer el íntimo clima de época y las problemáticas concretas hechas cuerpo. Traducir en primera persona la biografía de Artigas y sus contemporáneos en constante diálogos, es reconocer directa e indirectamente las condiciones políticas e historiográficas del fragante reduccionismo injusto y estigmatizante. ¿Por qué con Artigas? ¿Quién fue?
Soy Artigas…
Mis padres fueron Don Martín José Artigas y Doña Francisca Antonia Arnal. La sangre india materna corre por mis venas.
Después de estudiar en el colegio franciscano de San Bernardino, me dediqué a las tareas rurales, cosa que me gustó mucho desde chico. En la estancia de mi padre había que hacerse hombre frente a los ataques permanentes de indios y bandeirantes portugueses. Charrúas que, de tratarlos como iguales, son gente buena amante de su tierra, aliados y fraternos con los criollos, negros, pardos y mestizos de nuestra tierra americana.
Es así que ingresé como soldado de caballería en el regimiento de Blandengues, partícipe activamente en defensa y reconquista de Buenos Aires durante las invasiones inglesas como así también en la defensa de Montevideo.
Nunca olvido cuando deserté del ejército de colonias y me puse a entera disposición de la Junta Revolucionaria de Mayo, la de Buenos Aires, para destituir al nuevo Virrey del Río de la Plata en Montevideo. Lideré uno de los levantamientos más importantes contra el dominio español reclutando a un verdadero ejército popular. Es allí que comprendí lo valioso de nuestra gente gaucha, india y afroamericana, la que me agradeció eternamente el reparto de tierras y ganado español.
¡Pero descubrí también las mentiras e intereses de la burguesía porteña! ¡Si! ¡La del gobierno de Buenos Aires que firmó un armisticio con el Virrey Elio habiendo derrotado a los españoles en mayo de 1811 en el combate de Las Piedras! ¡Que ridiculez! Me desautorizaron como líder revolucionario en estas tierras del Río de la Plata. Me obligaron a levantar el sitio de Montevideo y retirar mis tropas patrias. ¿Quién los entiende? ¿De qué revolución nos hablan, a nosotros que le ponemos el pecho a las balas?
Bueno Aires no me reconoce hijo de esta tierra americana. Es capaz de aliarse a cualquier interés en contra de su propia madre. Así es como me rearmé desde Entre Ríos para reorganizar la lucha, pero ahora con los porteños como enemigos. Es más, porteños y portugueses entrelazados para derrotarme a mí, el “Protector de los Pueblos Libres”
¿Negociar con los extranjeros? ¿Entregar la Banda Oriental a los portugueses? Vayan a decirles a mis Charrúas que su nuevo jefe es ese tal Manuel Sarratea. ¿Qué idea tiene éste de los males orientales? si no piensa más que aniquilarnos para liberar su comercio con los ingleses.
He sido reemplazado y mis diputados orientales han sido rechazados por la Asamblea Constituyente de 1813. Es que es clara mi intención federal para las Provincias Unidas del Río de la Plata. ¡Unidas! ¿Bajo qué condiciones?
… Claras son mis instrucciones, declarar de inmediato la independencia absoluta de estas colonias, absueltos así de toda obligación de fidelidad a España y a la familia de los Borbones y que toda conexión política entre ellas deba ser totalmente disuelta. ¿Qué no es oportuna aún? ¿Cuándo lo será? No hay lugar para especular con esto.
Ya lo afirmé en el Congreso de Tres Cruces convocado en abril de 1813: “La soberanía particular de los pueblos será precisamente declarada y ostentada como objeto único de nuestra revolución. La unidad federal de todos los pueblos e independencia no sólo de España sino de todo poder extranjero”
Como recurso, un juego de contextos en primera persona, un texto vivo de un Artigas omnipresente y una convocatoria histórico: el 29 de junio de 1815 el Congreso de Oriente en Concepción del Uruguay, las provincias litoraleñas integrantes de la Liga de los Pueblos Libres declaran la independencia. Entonces ¿Por qué concurrir al Congreso de Tucumán de 1816 si ya habían cumplido con tal propósito? Los negacionistas acusan ¿Por qué no existe acta alguna que formalice su declaración? Será que ¿La hicieron desaparecer sus enemigos, los portugueses o sus aliados los unitarios liberales vencedores de la guerra civil? No es descabellado desaparecer intencionalmente y borrar de la memoria todo aquello que cuestione el poder hegemónico de turno.
Sigue Artigas en primera persona:
La Banda Oriental es parte constitutiva de las Provincias Unidas del Río de la Plata, pacto de una estrecha e indisoluble confederación ofensiva y defensiva. Todas las Provincias tenemos igual dignidad, iguales privilegios, y derechos y cada una renunciamos al proyecto de subyugar unas a otras.
Como si fuera poco, estamos echados a la suerte del avance portugués, y a la vez ¿Buenos Aires invade militarmente a nuestros aliados? ¿Somos díscolos y rebeldes porque proclamamos autonomía y confederación? ¿Cómo asistir al Congreso de Tucumán, si sabemos de sus propósitos? Divididos, auspician la creación de otra nueva nación o sumisos incorporados al imperio portugués. Me estoy quedando sólo.
Nuestra declaración de la independencia es requisito fundamental de nuestra alianza libertaria. Declarar la independencia es condición de nuestra unión federal. ¿Libres de quiénes creen ustedes?
El Congreso del Oriente o de Concepción del Uruguay del 29 de junio de 1815 no figura en las efemérides nacionales argentinas ni uruguayas. Se declaró la Independencia en esta parte del cono sur, la primera de nuestra historia, y no se la conmemora aún. ¿Por qué olvidada por nuestra historiografía y nuestras efemérides escolares? Su omisión es materia de estudio y análisis. Cuando Artigas tomó conocimiento de la Declaración de Independencia en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1816, escribió al Director Supremo en Buenos Aires, Juan Martín de Pueyrredón el 24 de ese mes: "A más de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará V.E. presente al Soberano Congreso para su Superior conocimiento". (O´Donell, 2016)
La Liga de los Pueblos Libres se había conformado en oposición a la orientación política del gobierno revolucionario en Buenos Aires. Para 1814 incluía Entre Ríos y a comienzos de 1815 su influencia llegó hasta Santa Fe y Córdoba. Las banderas de “libertad y unión” confederales levantadas por el artiguismo sintetizaban los reclamos de pueblos y provincias autoconstituidos como nuevos sujetos soberanos. Estas ideas chocaban con la concepción centralista que veía en ellas, división, anarquía y disolución de la nación. Desde una extrema politización del concepto, el Directorio de las Provincias Unidas reforzaba la carga negativa del mismo, aplicada tanto a las personas como a los cuerpos territoriales. Para las primeras, “independencia” implicaba no sujetarse a las reglas que eran la base del orden social. Respecto a los territorios, encerraba peligros que iban desde un “espíritu de provincialismo” hasta un atentado contra la unidad nacional. 1815 marcó el momento de mayor expansión del Protectorado; un congreso a realizarse en Concepción del Uruguay a fines de junio debía sellar los lazos de la confederación.
Nuestro Artigas representado nos concluye:
Los intereses portugueses por extender sus dominios al Río de la Plata son coincidentes con nuestra derrota. ¿Avanzan bajo el propósito de “pacificar” a la Banda Oriental? ¿Para evitar la “infección” revolucionaria? ¿Qué soy jefe de bandidos? Parece que motivos sobran para que los portugueses se entiendan con el Directorio y la mayoría del Soberano Congreso. Ya nos habíamos pronunciado independientes sobre las únicas condiciones de la unión. La libertad.
Consigna: Te invitamos a que investigues el desenlace de toda esta historia. ¿Qué otra biografía contemporánea a Artigas, tal vez opositora a su figura, podrías traducir en primera persona? ¿Cuál otra campana suena frente a su postura? Te proponemos que consultes la biografía de Manuel de Sarratea o la de Juan Martín de Pueyrredón y puedas poner en sus palabras, el otro lado de “la grieta”.
La guerra civil parece perpetuarse en el panteón de los héroes nacionales. Sin efemérides, las luchas artiguistas parecen seguir estando presentes frente al olvido. “¿La conmemoración es, a veces, un olvido disfrazado? Olvidar ¿no es también la pérdida del otro?” (Candau, 2006)
Convencidos de que la narración en primera persona resulta el puente intertextual entre sujeto y documento histórico, nos invita a caminar junto Artigas sobre ese mismo puente. Reconstrucción dramática en movimiento que nos atraviesa subjetivamente por la historia.
Si el narrar es un proceso inherente a la naturaleza humana, como expresa Paul Ricoeur, a través del mismo organizamos el tiempo humano, el tiempo se convierte en humano cuando es narrado. Diríamos que cobra dimensión presente como un viaje personal. A través del relato en primera persona, no solo unificamos nuestra existencia, sino que la sentimos, la imaginamos. Mientras la narramos tomamos conciencia de quiénes somos, otorgamos un sentido y explicitamos la interpretación que damos a aquello que acontece. “La dimensión narrativa un importante recurso para la construcción de la propia identidad y para la escucha de “las otras memorias”, asumiendo el punto de vista del otro, sobre todo el de las minorías y el de los vencidos” (Castillo, Allori, 2005)
La geopolítica histórica del presente:
¿Cómo en tiempos de Artigas se desplegaba la trama geopolítica regional, la de la independencia del Paraguay y de la formación del Estado Uruguayo? La disgregación de las jurisdicciones coloniales resultó ser la tendencia continental bajo la extensa y burocrática estructura organizativa del Imperio Español. La preponderancia de Buenos Aires como ciudad puerto, ex capital del Virreinato, iba en aumento. Era el centro económico y político de las Provincias Unidas del Rio de la Plata. ¿Y Montevideo? ¿Qué intereses en juego se distinguían en disonancia? Artigas se negaba convertir a Montevideo y a toda la Banda Oriental en un puerto estado tapón. ¿Por qué un estado tapón? ¿Esta condición beneficiaba a que sectores sociales? ¿Cómo este contexto signaba la constitución de una Liga -de los Pueblos Libres- por sobre encima de las Provincias Unidas del Rio de la Plata? ¿Qué las desunían? ¿Artigas protector de qué, de quiénes?
La geopolítica de los ríos fue vertebral como base económica del conflicto político. Esto se corresponde con la necesidad de compartir la cuenca hídrica, la libre navegación de los ríos y la cuestión monopólica de la aduana de Buenos Aires como condición central del poder político de la ex capital puerto.
Y Santa Fe entre los dos fuegos. ¿Cuál fue el dilema político y económico en su doble dependencia con la Banda Oriental y con Buenos Aires? Santa Fe necesitaba establecer un lazo especial por su amplio litoral geopolítico. Si interpretamos que por la vía de la Banda Oriental Montevideo era puerto competidor con el de Buenos Aires, estaríamos hablando de un enfrentamiento entre burguesías locales portuarias. Ambas estaban deseosas de generar condiciones ventajosas con el comercio ingleses. La idea de un estado tapón es la estrategia que Inglaterra propiciaba para sacar ventajas de las irreconciliables diferencias, condición que podemos observar hoy en la disputa soberana de la Hidrovía.
El Congreso Constituyente de 1813 fue fuertemente centralista ¿Negociaba con Portugal la eliminación de Artigas? ¿Justificaba su intervención a la Banda Oriental a costa de peligrar su soberanía? El Imperio del Brasil exigía su inclusión a su territorio. ¿Quién fue el enemigo? ¿Artigas o los portugueses?
El contexto geopolítico de la Banda Oriental como área fronteriza con los portugueses, hizo vulnerable el proyecto artiguista. El poder central aprovechó este escenario para debilitar a su enemigo interior.
Por otro lado, Buenos Aires se había configurado en vínculo comercial con potencias extranjeras. Toda su actividad era producto de ese vínculo ágil y directo con el comercio y el capital ultramarino. ¿Qué pasó con las regiones y economías del interior? ¿Estaban en condiciones las economías regionales de asumir el reemplazo del viejo centro de consumo potosino? ¿Se adaptaron a los cambios del circuito comercial porteño liberado a la importación de productos extranjeros? ¿Qué posibilidades reales tenían las políticas a favor de las manufacturas y artesanías locales?
La historia en las clínicas cobra vida.
Los juegos de simulación resultan recursos estratégicos claves, ya que expresan en primera persona la representación de intereses e ideologías en pugna, compromete el factor emocional y afectivo de los sujetos históricos jugando su incidencia en las decisiones personales e históricas. Relocalizan el vínculo directo entre acción-territorio, identifican espacios económicos en conflicto y despliegan un potencial escenario empático (la intervención de los estudiantes en grupos) a la hora de involucrar y resolver situaciones concretas. Lo social se hace cuerpo. Dichos juegos dejan al descubierto las potencialidades comprensivas de lo investigado y de aquello que no ha sido del todo abordado.
Con ellos y a la par, es posible definir los puntos cardinales del “locus ideológico” de su tiempo; una brújula política se puede construir y definir. Un estratégico recurso para distinguir posiciones y juegos de posiciones políticas dentro de una compleja palestra ideológica. ¿Cómo se relocalizan ideológicamente los partidarios de la confederación frente al modelo centralista porteño? ¿Federalismo y Confederación son lo mismo? El artiguismo ¿Norte del pensamiento latinoamericano?
A esta altura, las clínicas invitan al uso de las fuentes históricas apuntalando el trabajo de investigación. La gama de conclusiones empieza a tener forma. Nuestra condición actual de “República Federal” amerita seguir el análisis en el tiempo. ¿Un conflicto aún sin resolver?
El momento de problematización no termina ni se agota. Para su resolución disciplinar nos abocamos a construir artísticamente una galería de hombres y mujeres de nuestra historia que, a modo de brújula ideológica y política de argentinos y sudamericanos, delinean los modelos de país en pugna. Morenistas vs. Saavedristas, el interior vs. Buenos Aires, Federales vs. Unitarios, resultan los cimientos más visibles de nuestras actuales diferencias políticas y sociales.
Artigas y su pueblo reviven como un acto de justicia.
La desaparición de fuentes y el sesgo ideológico excluyente es el resultado de casi 50 años de guerras civiles y otros 50 años de Estado oligárquico – conservador que dejaron las huellas autoritarias de más de 100 años de luchas sectoriales. La consolidación de un poder local, llamado “Nacional”, se reafirmó con las alianzas de poderes externos. Un país unitario con nombre de federal, un país autoritario con nombre de república. El federalismo terminó siendo el cartel que la oligarquía utilizo para fundamentar su definitivo modelo hegemónico, pampeano y agro exportador. Una práctica de represión y corrupción caracterizó las dobles posiciones de muchos personajes, priorizando más sus intereses que sus promesas.
Los que a pesar de todo supieron mantener sus ideales en consonancia con sus acciones, como Moreno, San Martín y Artigas, acabaron drásticamente sus vidas, ya sea por magnicidio o en el exilio, dejando en evidencia que no había lugar para las opciones revolucionarias y populares. Una historia de violencia legitimada por los poderes políticos y económicos parece regresar en América Latina con toda impunidad.
Nuestras clínicas son justicieras. Reivindicamos nuestra primera Independencia, como así también, nuestras primeras revoluciones sociales, como la de Túpac Amaru en el Alto Perú. No para borrar la consagrada importancia del 9 de julio de 1816 en Tucumán, sino para comprenderla complementariamente. ¿Dos independencias para un proyecto integrado de país?
Clínicas que como afirma Walter Benjamin, nos inviten a recuperar la densidad temporal y espacial de la historia; cuando hacemos memoria hacemos justicia. La imagen del pasado corre el riesgo de desvanecerse para cada presente que no se reconozca en ella. Los que hoy hacen historia, son los herederos de los que han vencido; hay un destino fatal en esa historia instrumentada desde el poder al transformarnos en cómplices inconscientes de una segunda muerte, de una segunda injusticia.
Una primera conclusión:
Coherente con este principio, Eduardo Sartelli nos dice que la historia escolar: (…) “existe para negarse a sí misma, para que los alumnos se aburran y las consideren banales y descartables, porque nunca trata de nada que tenga que ver con sus vidas” (…) “En consecuencia nunca tratarán de entender la sociedad en que viven recurriendo a ella. No encontrarán auxilio en libros de historia para los problemas políticos que se les plantea. Se neutraliza a sí misma. El potencial revolucionario de la reflexión sobre el lugar que se ocupa en la sociedad, esencial para defender lo que se quiere y para cambiar lo que no se quiere, muere por la misma mano que debió insuflar la vida” (Sartelli, 1997)
¿Para quienes unos son héroes y otros no lo son?
Aquí la figura de José Gervasio de Artigas empieza a configurarse y a tener cuerpo. En sintonía con nuestro planteo el historiador Fermín Chávez afirma que: “Seguimos enseñando la historia argentina como hace cien años seleccionando próceres en apoyo del denominado proyecto del 80. La filosofía que el sistema disimula – niega tenerla, pero la tiene- apunta a desconocer la existencia de un modelo neocolonial y se traduce en una historia de grandes islotes, con cortes tajantes, donde el curso del proceso social desaparece” (…) “Y ocurre que detrás de Mayo no hay más que tinieblas y una raza semibárbara y, para colmo, católica: barbarie que vuelve con los federales, los que a su vez son aventados por los hombres de la organización nacional” (…) “Si uno habla de orientar la enseñanza hacia la historia económica y social de la cultura, corre el riesgo de que se nos acuse de politizar la enseñanza y que se nos diga que la verdad no es una propuesta política. ¿Pero es que la orientación actual de supuesta neutralidad y objetividad, no es política?” (Chávez, 1984)
Lo establecido en nuestro presente no es el producto de un progreso lineal natural. Nuestro presente es producto del desarrollo histórico contradictorio, de formas de control, dominación y legitimación. Deberíamos explorar las tantas alternativas históricas “marginadas” y desechadas como utópicas e inviables. ¿No habría en ellas planteamientos que apuntalen otras líneas posibles de evolución? Empecemos a identificar los supuestos ideológicos detrás de las Historias como blanco o instrumento de proyectos políticos, de empeños culturales de viejas y muchas veces anquilosadas polémicas políticas.
Recreemos una Historia donde no siga siendo preciso racionalizar la desigualdad como una condición necesaria para el progreso colectivo, ni construir una visión de la Historia para legitimar este argumento.
Prof. Mag. José Hugo Goicoechea – Instituto Superior de Profesorado
N° 5003 Eduardo Lafferriere Villa Constitución – Santa Fe
BIBLIOGRAFIA:
- Benjamin, Walter (2009) Tesis Sobre la Historia y otros fragmentos. Rosario. Prohistoria Ediciones.
- Candau, Joël (2003) Memoria e identidad. Buenos Aires. Ediciones Del Sol.
- Chávez, Fermin (1984) “¿Qué historia se enseña en el país?” Buenos Aires. Suplemento Cultura de Clarín.
- Castillo, Silvia Allori, Adriana (2005) Los actos escolares como prácticas rituales: ¿conservar o redefinir? Universidad Nacional de La Pampa Facultad de Ciencias Humanas. Instituto para el Estudio de la Educación, el Lenguaje y la Sociedad
- Bianco Gabriela (2009) Memoria, verdad, libertad, y justicia en W. Benjamin- Ediciones Digitales CECIES Pensamiento Latinoamericano y Alternativo.
- De Lorenzi, Esteban Mario (2018) “El primer bicentenario de la independencia de Santa Fe. Un tema oscurecido por la historia oficial. Rosario. Editorial del Castillo.
- Fernandez, Jorge; Rondina, Julio Cesar (2017) Historia Argentina Tomo 1. Santa Fe. Universidad Nacional del Litoral.
- Nocera, Eduardo (2016) Quien es Artigas. Viajando tras sus pasos. Tomo II Por los Pueblos Libres. Buenos Aires. Ediciones Instituto Superior Dr. Arturo Jauretche. Colección Patria Grande.
- Sartelli, Eduardo (1997) “¿Qué idea de patria reciben los chicos en los actos escolares?” Buenos Aires. Suplemento Cultura Clarín.
- Souroujon, Gastón (2011) Reflexiones en torno a la relación entre memoria, identidad e imaginación. Andamios. Revista de Investigación Social, vol. 8, núm. 17, septiembre-diciembre, pp. 233-257 Distrito Federal, México. Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
- O´Donell, Pacho (2012) La Otra Historia. El revisionismo Nacional Popular y Federalista. Buenos Aires. Ed. Ariel.
- Ternavasio, Marcela (2010) “El pensamiento de los Federales”. Buenos Aires. Colección Claves del Bicentenario. El Ateneo
Autor/es: | LEONETTI, GISELLE EDIT |