20 de Junio: conmemoración del fallecimiento del General Manuel Belgrano.
En una nueva conmemoración de la muerte de un hombre que pudo apropiarse de los ideales de libertad, igualdad y solidaridad declamados en la revolución francesa, pensando que un futuro diferente era posible para las colonias españolas en América; nos encuentra hoy en Rosario, sobre el margen del Paraná reunidos intentando recuperar el lazo social que nos une fraternamente como país. Entonces surge la pregunta, insoslayable sobre cómo recuperar los sentidos de esta efeméride, que en el 20 de junio aunó el Día de la Bandera con el día de la muerte de Manuel Belgrano. Como sí de borrar se tratara su denodado interés por la educación estatal, gratuita y obligatoria de todos y todas, su desasosiego por la pobreza y la exclusión de hombres y mujeres en el ámbito provinciano- rural (que son para él en su momento histórico la clase productiva de una sociedad), su preocupación por la ausencia de una concepción social de la propiedad de la tierra, y por la instalación de monopolios en un país nuevo, donde sólo priman los intereses particulares de aquellos hombres que no les interesan sus semejantes ni el interés del común. Quizá, una forma de sentirnos representados por la bandera y celebrar celebrándonos en ella como ciudadanos de una provincia y de un país, sea la de reconocer la actualidad del pensamiento de Belgrano, hoy 20 de junio de 2018; más allá de la gestas y de las derrotas militares, redimensionando sus ideas económicas, políticas y sociales desde las complejidades de un presente, que interpela fuertemente el concepto de ciudadanía plena y pública. Porque si la escuela sigue siendo el suelo de la solidaridad, de la esperanza, y de la construcción ciudadana, el desafío es la reinvención del ritual de la promesa de lealtad a la bandera que los niños argentinos realizan; que es también una invitación a la renovación del compromiso cotidiano con las nuevas generaciones y el legado de Manuel Belgrano, apostando por un país democrático, más federal, más justo e inclusivo.
Para continuar reflexionando…
“Nada importa saber o no la vida de cierta clase de hombres que todos sus trabajos y afanes los han contraído a sí mismos, y ni un solo instante han concedido a los demás; pero la de los hombres públicos, sea cual fuere, debe siempre presentarse, o para que sirva de ejemplo que se imite, o de una lección que retraiga de incidir en sus defectos. Se ha dicho, y dicho muy bien, ‘que el estudio de lo pasado enseña cómo debe manejarse el hombre en lo presente y porvenir’; porque desengañémonos, la base de nuestras operaciones siempre es la misma, aunque las circunstancias alguna vez la desfiguren.” Manuel Belgrano.
Autor/es: | MONTENEGRO, LILIANA MAURICIA |