La ESI como oportunidad, como cobijo y abrazo
“La palabra: ese cuerpo hacia todo
La palabra: esos ojos abiertos”
Roberto Juarroz
Ante las situaciones de violencias que acontecen en la sociedad de la que somos parte, y que ponen en riesgo la cotidianidad de la vida de las infancias y adolescencias de nuestras escuelas…
Ante la angustia, el dolor, las lágrimas, las ausencias, “¿qué puede una escuela?”, se torna un interrogante necesario.
Silvia Duschatzky nos ofrece esta pregunta y a la vez suma: “Una buena pregunta es aquella que no sólo desconoce a priori la respuesta sino que se formula por efecto de una inquietud que pone en jaque lo sabido”. (¿Qué puede una escuela? Notas sobre el poder Silvia Duschatzky)
Esa inquietud puede llevarnos a revisitar el eje de la ESI valorar la afectividad, teniendo en cuenta que la dimensión afectiva nos atraviesa de modo singular y colectivo, no solo al estudiantado sino también a la docencia que cotidianamente las/los/les esperamos en las escuelas.
Es así que la ESI puede ser una oportunidad para:
- Realizar la mediación pedagógica entre aquello que acontece y las infancias, adolescencias que habitan la escuela.
- Para dar lugar a nuestros temores, nuestros, miedos, angustias y también nuestros deseos.
- Para registrar las expresiones de afectividad de las demás personas.
- Para escuchar y reflexionar crítica y colectivamente.
- Para que la palabra, la escucha y la ternura sigan siendo modos de cuidar a las infancias y adolescencias.
La escuela sabe de palabras-nidos que cobijan, abrazan y permiten soñar otros mundos posibles.
Les compartimos posibles lecturas para abordar el eje afectividad:
-Ramón Preocupón, Anthony Browne
-Miedo, Graciela Cabal
-El país de los miedos perdidos, Ana Marìa Shua y Sebastían Dufour.
-Dragón, Gustavo Roldán
Autor/es: | SCIARRATTA, CARMIÑA ITATI |