INTRODUCCIÓN Y CONTEXTO
COLEGIO DEL SOL N°1409. Proyecto “Sensibilización literaria en Acción.”
En formato de cuento.
Había una vez en una ciudad llamada Gálvez, provincia de Santa Fe, una escuela —el Colegio del Sol. Era marzo de 2024 y algo comenzaba a moverse en silencio en una biblioteca que, al principio, tenía muy pocos libros. De a poquito, y con la ayuda de todos —estudiantes, docentes y familias—, ese rincón olvidado se fue transformando. Con cada libro que llegaba, con cada estantería que se llenaba, con cada lectura compartida, nacía algo nuevo: el entusiasmo por leer y el deseo de que la biblioteca creciera.
Los chicos y chicas de 6° y 7° grado no lo sabían aún, pero estaban a punto de vivir una aventura que cambiaría para siempre su manera de ver la lectura. Con sus maestras y profesores, impulsados por el deseo de sembrar en otros la sensibilidad literaria —esa que nos permite mirar el mundo con más profundidad, emoción y pensamiento crítico— se habían hecho una gran pregunta: ¿Cómo motivar a los estudiantes a leer por placer?
Así comenzó esta historia, que fue mucho más que un proyecto escolar. Fue un viaje hacia el despertar de la sensibilidad literaria, en un camino sembrado de decisiones y acciones para reencontrarnos con la literatura poniendo en juego la capacidad crítica, la parte afectiva del ser y la profundización de las problemáticas universales. Este viaje nos dejaría a todos el descubrimiento del gusto estético, de la emoción que provoca un buen libro, y de la capacidad de imaginar, soñar, crear y también de pensar y conmoverse.
DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA
CAPÍTULO I: La Biblioteca de los Sueños.
La primera gran misión fue crear una biblioteca escolar donde los verdaderos protagonistas serían los propios estudiantes. Pero no se trataba de ordenar libros o hacer fichas. Quienes asumieron el rol de bibliotecarios, tuvieron la misión de ser los clasificadores de un espacio que se convirtió poco a poco en el refugio de los Devoradores de Libros. Aprendieron a clasificar los textos por géneros, a organizar datos, a crear gráficos y hasta a llevar estadísticas. Pero lo más importante no se medía en números: empezaban a descubrir que los libros eran ventanas al alma humana.
CAPÍTULO II: Té Literario.
Cuando el frío llegó, apareció una idea mágica: un té literario. Un encuentro donde el aroma de las infusiones se mezclaba con las palabras leídas en voz alta, las risas compartidas y las emociones despertadas por los textos. Cada estudiante de 7° grado eligió una obra, preparó cómo leerle la obra a los más chiquitos, leyó con emoción y decoró los espacios como verdaderos anfitriones de un evento cultural. Los niños y niñas de toda la escuela fueron invitados y se convirtieron en cómplices de esta celebración literaria. Así, sin darse cuenta, los chicos ponían en juego la expresión oral, la creatividad, la planificación y la autogestión. Y también algo más difícil de medir: el deseo de comunicar lo que se siente y piensa al leer.
CAPÍTULO III: Salas de Escape – Perdidos en el Mundo de lo Fantástico.
El final del año llegó con adrenalina. Las aulas se transformaron en misteriosas Salas de Escape, donde cada desafío era un pasaje oculto hacia un universo literario. Inspirados en libros clásicos y modernos, los estudiantes diseñaron pruebas, enigmas y recorridos que otros debían superar.
Era necesario comprender a fondo los textos, diseñar juegos, improvisar diálogos, hacer mapas y códigos secretos. Aquí la literatura se volvía juego, reto, emoción y aprendizaje. Las salas se llenaron de luces, música, narraciones y magia y las familias se sumaron a la propuesta con total disposición.
APRENDIZAJES Y CONCLUSIONES
CAPÍTULO IV: Lo que quedó sembrado.
Lo que parecía un proyecto escolar más, se volvió una historia compartida. Los libros comenzaron a circular más, los recreos tuvieron otro color, y la lectura, de a poco, dejó de ser una tarea y empezó a ser un puente hacia mundos nuevos.
Los estudiantes desarrollaron capacidades clave: comprensión, memoria, expresión, imaginación, metacognición y resolución de problemas. Y también aprendieron a pensar en proyectos, a reflexionar sobre lo que leen y sienten, y a construir un lugar propio en el mundo de las palabras.
EPÍLOGO: Una historia que sigue.
Así fue como en una pequeña ciudad del centro de la provincia, un grupo de chicos y chicas comenzó a escribir su propia historia con libros en la mochila y emoción en el corazón. Y como todo buen cuento… éste no termina, sino que se transforma en otros cuentos, en otras voces, en nuevas generaciones que también, quizás, un día descubran que leer puede ser una forma de vivir mejor.
