El 12 de octubre se recuerda en nuestro país el Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Se trata de una fecha cargada de sentidos que, con el paso del tiempo, fue transformando su nombre y las interpretaciones que la rodean. En un principio se conoció como Día de la Raza, expresión que reflejaba una mirada eurocéntrica y colonial, más tarde revisada a la luz de nuevas lecturas críticas de la historia fue cambiando de denominación.
La conmemoración tiene sus raíces en España, hacia fines del siglo XIX, cuando la Reina Regente María Cristina de Austria presentó a las Cortes un proyecto para declarar el 12 de octubre como Fiesta Nacional Española. En América Latina, paralelamente, se conmemoraba el IV Centenario del arribo europeo, que se celebraba en un clima de consolidación de los Estados nacionales, con monumentos y ceremonias que buscaban fortalecer la identidad y ganar reconocimiento internacional, exaltando la hazaña europea en estas tierras y erigiendo a Cristóbal Colón como símbolo de aquel proceso.
En Argentina, el presidente Hipólito Yrigoyen instauró oficialmente en 1917 el Día de la Raza, justificando su decisión en el valor histórico del llamado “Descubrimiento de América”. El término respondía a las concepciones propias de la época, que exaltaban la nación a partir de criterios culturales y biológicos de cohesión, continuando con la tradición de identificarse con Europa bajo los principios de modernización, progreso y civilización.
Con el tiempo, la efeméride fue adquiriendo nuevos matices, influida por movimientos indigenistas, transformaciones sociales y políticas en la región, y por los procesos de descolonización a nivel mundial. El debate de 1992, en el marco del V Centenario bajo el lema “Encuentro de Dos Mundos”, abrió nuevas discusiones sobre la memoria histórica y el rol de los pueblos originarios.
Un momento decisivo llegó en 2010, cuando la fecha pasó a denominarse oficialmente Día del Respeto a la Diversidad Cultural. Esta nueva designación reconoce la pluralidad de identidades, valora los aportes de los pueblos originarios y propone una convivencia fundada en la igualdad y el respeto.
Así, el 12 de octubre ha transitado distintas etapas, siempre en diálogo con los contextos históricos, las ideologías dominantes y las demandas sociales. Lo que alguna vez se exaltó como “descubrimiento de América” y luego como “Día de la Raza”, hoy se resignifica como una invitación a reconocer la diversidad cultural y la memoria de los pueblos originarios.
Mirar esta efeméride desde la perspectiva de la memoria colectiva nos permite comprender cómo los relatos oficiales se entrelazan con memorias alternativas, y cómo de ese cruce surgen nuevas formas de interpretar el pasado y proyectar un futuro más inclusivo.
El 12 de octubre nos recuerda que la historia de América no se cuenta con una sola voz. Cada documento, recurso y actividad que compartimos ilumina esta pluralidad: relatos oficiales, testimonios de mujeres, voces de pueblos originarios, historias de migrantes y expresiones culturales que laten en la memoria de nuestro continente.
Este recorrido invita a sumergirse en el análisis crítico de cómo se construyen las memorias, a descubrir qué voces fueron acalladas y a reconocer las tensiones y aprendizajes que nos ayudan a comprender el presente. Convocamos a docentes y estudiantes a explorar estas miradas, dialogar con ellas, recrearlas y atreverse a construir nuevas interpretaciones.
Porque estudiar la efeméride del 12 de octubre no es solo recordar un hecho histórico: es abrirse a la riqueza de la diversidad cultural, al respeto por las identidades y a la multiplicidad de voces que dan forma a nuestra historia común.
Con este espíritu, les proponemos adentrarse en los siguientes materiales:
Narrativas sobre la llegada de Cristóbal Colón a América y el origen del nombre del continente.
Material audiovisual y textos de interés para ampliar el análisis y trabajar en Comunidad.