INTRODUCCIÓN Y CONTEXTO
Inició con la inquietud ante la observación del alto consumo de productos no saludables y la decisión de investigar cómo modificar esta conducta de los niños de nivel inicial y primer ciclo de la Escuela N° 6074 de Las Palmas.
El objetivo principal fue brindar herramientas y conocimientos a los alumnos para cambiar sus hábitos alimenticios y favorecer un estilo de vida saludable, logrando que reconozcan e incorporen alimentos beneficiosos para su salud.
Por ello el tema Central fue: Educación Alimentaria y Hábitos de Vida Saludable en la Infancia.
Este proyecto se llevó a cabo en el ámbito escolar, a partir del mes de mayo 2025.
Con respecto a las expectativas Iniciales podemos afirmar que la principal expectativa era modificar los hábitos e incrementar el conocimiento de los alumnos sobre los alimentos y su función. Esto generó un desafío inicial ya que se descubrió que los niños tenían un «poco conocimiento sobre la función de los alimentos», lo que obligó a enfocar las estrategias en la enseñanza de este aspecto fundamental.
El proyecto logró comprobar que con propuestas significativas, creativas y sostenidas, los niños no solo aprendieron a reconocer los alimentos beneficiosos, sino que «comenzaron a incorporarlos».
Si volveríamos a llevar a cabo el proyecto porque Se reafirma el «rol clave» de la escuela como agente de cambio y formación de hábitos desde la infancia, viendo la educación alimentaria como un componente esencial del currículo.
DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA
Inició con la inquietud ante la observación del alto consumo de productos no saludables y la decisión de investigar cómo modificar esta conducta.
Se Identificó el alto consumo de alimentos no saludables. Por ello se realizaron encuestas y charlas con profesionales para entender el problema y determinar el bajo nivel de conocimiento de los niños.
Una vez que recabamos todo este tipo de información se procedió al desarrollo de actividades lúdicas y significativas (juegos, poemas, canciones, adivinanzas) y experienciales (desayunos y taller de cocina saludable). Para que el alumno incorpore nuevos conceptos y poder compartirlos con el resto de la comunidad educativa mediante publicación y promoción de afiches, menús saludables, recetas, etc.
Este proyecto permitió que los niños aprendan a reconocer alimentos beneficiosos y así comenzar a incorporarlos.
El principal desafío fue superar el desconocimiento inicial de los estudiantes sobre la función de los alimentos. Un potencial conflicto no explicitado, pero inherente, pudo ser la resistencia de las familias o el choque cultural con los hábitos alimenticios ya establecidos en el hogar, aunque el resumen se enfoca en los éxitos pedagógicos.
Los y las estudiantes evolucionaron de la ignorancia/hábito pasivo a la comprensión activa de los alimentos, manifestada en el cambio de elección y la incorporación de productos saludables.
Aunque no se detalla, la implementación de menús y recetas saludables implica que el proyecto buscó impactar la dinámica familiar, fomentando una comprensión colectiva sobre la importancia de la nutrición.
APRENDIZAJES Y CONCLUSIONES
Como aprendizaje cabe mencionar que desde el rol de educadores la clave para el cambio de hábitos radica en la significatividad y creatividad de la propuesta, utilizando el juego y la experiencia directa (talleres). Y para los estudiantes el conocimiento de la función de los alimentos es la base para tomar mejores decisiones.
Con el camino recorrido del proyecto coincidimos que se podría incluir una fase más explícita y sostenida de seguimiento e intervención familiar para asegurar que los hábitos adquiridos en la escuela se mantengan en el hogar. Por ello, como acción futura se podría extender el proyecto a otras áreas (ej. Huertos escolares para conectar alimento-origen) o incluir el ejercicio físico como parte integral del estilo de vida saludable.
El proyecto demostró con éxito la capacidad de la escuela para influir positivamente en la salud infantil. Contribuyó a revitalizar el saber al transformar un conocimiento abstracto (nutrición) en una práctica cotidiana (elección de alimentos), impulsando el aprendizaje no solo de conceptos, sino de competencias para la vida.