INTRODUCCIÓN Y CONTEXTO
El proyecto se inició a partir de la necesidad de repensar las prácticas pedagógicas, reconociendo que el aprendizaje no es solo un proceso cognitivo, sino también emocional. Desde el comienzo, se propuso generar espacios de reflexión que permitieran visibilizar las emociones presentes en el aula y su influencia directa en la enseñanza y el aprendizaje.
• Reconocimiento inicial de las emociones presentes en el aula.
• Identificación de situaciones pedagógicas donde las emociones influyen en el aprendizaje.
• Nivel de participación y apertura de docentes y estudiantes al planteo del proyecto.
• Interés por vincular los contenidos curriculares con el bienestar emocional.
Las expectativas se centraron en fortalecer propuestas de enseñanza que integraran la dimensión emocional, favoreciendo la motivación y el aprendizaje significativo, así como en acompañar a los estudiantes en el reconocimiento, la expresión y la gestión progresiva y saludable de sus emociones dentro del ámbito escolar.
Durante el proceso, se presentaron desafíos vinculados a la incorporación de nuevas estrategias pedagógicas y al abordaje de las emociones en el aula.
El proyecto ABP promovió una mirada integral de la enseñanza, favoreciendo prácticas pedagógicas más humanas, empáticas y significativas, y reafirmando la importancia de considerar los aspectos emocionales como un componente fundamental del proceso educativo. Asimismo, el proceso evidenció la necesidad de continuar fortaleciendo propuestas pedagógicas que integren las emociones como elemento esencial para enseñar y aprender mejor.
Reafirmamos la pregunta inicial ya que consideramos que es necesario seguir trabajando en ella para ampliar y fortalecer los objetivos planteados en el proyecto.
DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA
El proyecto se desarrolló en diferentes fases, con el propósito de mejorar las prácticas de enseñanza–aprendizaje incorporando la dimensión emocional como eje transversal. En una primera etapa diagnóstica, se generaron espacios de diálogo y observación sistemática que permitieron identificar emociones presentes en el aula, así como las necesidades e intereses de los estudiantes. Estas instancias favorecieron la escucha activa y el reconocimiento de las emociones propias y de los demás. Surge la necesidad de trabajar la comunicación asertiva (capacidad de expresar ideas, emociones y necesidades de manera clara, respetuosa y adecuada).
En diferentes momentos, se diseñaron e implementaron propuestas pedagógicas que integraron contenidos curriculares con actividades orientadas al reconocimiento, la expresión y la regulación de las emociones. Se utilizó como recurso el cuento “La coleccionista de palabras” de Sonja Wimmer, y a partir de ello se realizaron juegos, dinámicas grupales, trabajos colaborativos y momentos de reflexión guiada, promoviendo la participación activa y la implementación de la comunicación asertiva.
Otro momento del trabajo fue a partir de la proyección de la película Intensamente 1 y 2 acorde a cada ciclo, con el objetivo de reconocer y aprender que todas las emociones son válidas y necesarias.
Durante el desarrollo del proyecto, se priorizó un clima de aula basado en el respeto, la empatía y la cooperación. Se incorporaron rutinas de inicio y cierre que habilitaron la expresión emocional, así como estrategias de acompañamiento docente para la resolución pacífica de conflictos y el fortalecimiento de los vínculos.
La participación de los estudiantes y de la comunidad educativa fue activa y comprometida a lo largo del proyecto. Los estudiantes se involucraron de manera participativa en las propuestas, mostrando mayor interés, apertura al diálogo y disposición para expresar sus emociones. Asimismo, el acompañamiento de las familias y del equipo docente favoreció la construcción de un clima escolar positivo, con repercusiones significativas en la convivencia y la comunicación asertiva.
Durante el desarrollo del proyecto se identificaron algunos momentos críticos y obstáculos, principalmente relacionados con la disponibilidad de tiempo para la implementación de las propuestas y la integración de las actividades emocionales dentro de la planificación curricular. Asimismo, surgieron desafíos vinculados a la adaptación de las rutinas escolares y al acompañamiento sostenido de los estudiantes. No obstante, estos obstáculos fueron abordados mediante la organización flexible de los tiempos y el trabajo colaborativo entre los actores institucionales.
A lo largo del proyecto se evidenciaron logros y avances significativos, tales como una mayor participación de los estudiantes, mejoras en la comunicación asertiva y un clima áulico más respetuoso y colaborativo. Asimismo, se observó un progreso en el reconocimiento y la expresión de las emociones.
APRENDIZAJES Y CONCLUSIONES
Educadores:
• Reconocieron la importancia de las emociones en el aprendizaje y la necesidad de generar espacios de escucha.
• Incorporaron nuevas estrategias pedagógicas integrando la dimensión emocional en la enseñanza.
• Reflexionaron sobre la mejora de las prácticas docentes y la necesidad de sostener propuestas integrales.
Estudiantes:
• Comenzaron a identificar y expresar sus emociones, comprendiendo su valor en la convivencia escolar.
• Fortalecieron la comunicación asertiva, la participación y el trabajo colaborativo.
• Avanzaron en la gestión saludable de sus emociones, favoreciendo aprendizajes significativos y vínculos positivos.
Como proyección futura, se prevé fortalecer el trabajo articulado con las familias mediante espacios de diálogo y actividades compartidas que acompañen el desarrollo emocional de los estudiantes; invitación de profesionales del ámbito psicopedagógico y de la orientación escolar, a fin de brindar talleres, charlas, espacios de orientación y asesoramiento que fortalezcan el trabajo escuela – familia. Asimismo, se propone dar continuidad a estas acciones en futuros proyectos, profundizando estrategias de educación emocional y promoviendo la participación de toda la comunidad educativa para consolidar prácticas pedagógicas integrales y sostenidas en el tiempo.
La experiencia desarrollada a través de este proyecto permitió valorar la importancia de integrar la dimensión emocional en las prácticas de enseñanza, evidenciando su impacto positivo en el clima escolar, la participación de los estudiantes y la calidad de los aprendizajes. La implementación del ABP favoreció instancias de reflexión y mejora de las prácticas docentes, promoviendo una educación más integral, empática y significativa, con proyección a futuras acciones que fortalezcan el bienestar y el desarrollo pleno de los estudiantes.