La Escuela de Educación Secundaria Orientada Nº 222 «Pascual Chabás» participó de
la 23 edición de FESPAL – Feria y Seminario de Producción Alternativa – con el
proyecto “Tierra Mate”, una iniciativa que forma parte de la Comunidad Productiva de la
Red de Comunidades de Aprendizaje.
Durante los días 9, 10 y 11 de mayo, en el predio del ferrocarril de la localidad de
Chabás, departamento Caseros (Santa Fe), estudiantes, docentes y directivos de la
institución estuvieron presentes en la feria de emprendedores más grande del país,
representando a la escuela y dando a conocer esta innovadora propuesta. El proyecto
“Tierra Mate”, enmarcado dentro de la cooperativa escolar y en diseño e
implementación desde 2024, consiste en la producción artesanal de yerba mate en
distintas variedades, destinada a su comercialización a través de redes sociales y
dentro de la comunidad educativa. Está integrado por estudiantes de todos los cursos y
articula saberes prácticos y teóricos desde una perspectiva pedagógica emprendedora.
«El valor de este proyecto radica en la posibilidad de generar un aprendizaje real,
práctico y vinculado a las necesidades que cualquier persona puede tener a la hora de
emprender. Además, nos permite integrar las tres orientaciones que tiene nuestra
escuela: Economía, Ciencias Naturales e Informática», explicó Evangelina Tumini, una
de las docentes a cargo. En coherencia con el enfoque colaborativo y transversal que
propone la Red de Comunidades de Aprendizaje, el proyecto se articuló con distintos
actores locales. «Nos contactamos con el área de Bromatología de la localidad, que nos
capacitó en manipulación de alimentos y nos orientó sobre los pasos necesarios para
que el producto sea seguro para el consumo. También recibimos formación sobre el
proceso de saborización de la yerba, a cargo de una farmacéutica especializada.
Además, establecimos un vínculo con un hogar de ancianos local, que produce hierbas
y nos provee insumos», agregó la docente.
“Tierra Mate” no solo promueve la integración de contenidos curriculares y el trabajo
colaborativo, sino que fortalece la autonomía, la responsabilidad y el compromiso social
de los estudiantes, posicionándose como un ejemplo de cómo la educación puede
transformarse en motor de desarrollo local y aprendizaje significativo.